lunes, 25 de junio de 2012

524.- Mary Phelps Jacob y el sujetador

 


Mary Phelps Jacob y el sujetador

Jacob tuvo una brillante e innovadora idea en una ocasión  en la que había comprado un vestido de noche para asistir a una fiesta. La ropa interior que utilizaban las mujeres eran unos corsés rígidos hechos con huesos y alambres de acero  y cuando se probó el vestido con uno de estos corsés,  uno aquellos huesos de ballena asomaba por su escote y se dejaba mostrar bajo la tela de su vestido afeando su figura.

Jacob intentó solucionarlo con dos pañuelos de seda, un poco de cinta rosa y mucho ingenio, y con la ayuda de su doncella elaboró lo que sería el primer sujetador moderno. Cuando sus familiares y amigos se enteraron le pidieron permiso a Jacob para crear sostenes ellos también, e incluso le llegó la solicitud de un desconocido que le ofrecía dinero para poder fabricarlos. Vio que aquello podía ser un buen negocio solicitó una patente que le fue concedida el 3 de noviembre de 1914.


Hay que aclarar que no se trata del primer sujetador de la historia, pero su diseño fue el primero en ser ampliamente utilizado, una mujer llamada Marie Tucek patentó el sujetador por primera vez en 1893 pero era mucho más complejo, lo que hizo Jacob fue simplificarlo.

Jacob levantó un negocio, con el nombre de Caresse Crosby. Más tarde vendió la patente del sostén a los hermanos Warner Corset Company por 1.500 dólares, quienes recaudaron 15 millones de dólares en 30 años.

Maria Phelps Jacob, a quien su familia llamaba Polly, era la hija de una familia de bien de Nueva Inglaterra. Tuvo una infancia y una educación privilegiada, acudió a una escuela de pago donde aprendió baile y equitación.

En 1915 se casó con Richard Rogers hijo de una familias de pro de Massachusetts, un hombre educado, que no tardó en sufrir las consecuencias de sus experiencias en la guerra y que acabó convirtiéndose en un alcohólico.


Su segundo matrimonio fue otro descendiente de una familia socialmente destacada, había nacido en Boston y también había sido víctima de la guerra. Polly que al casarse cambia su nombre por el de Caresse se trasladó a Francia y junto a su marido fundaron la revista El Sol Negro en la que publicaban la obra de diversos escritores y además ella misma escribió un libro de poesía “Cruces de Oro”. Su marido se suicida en 1929.

En 1937 se casa con  un futbolista casi 20 años menor que ella, se muda a Virginia y abre una galería de arte. Es una mujer políticamente activa que funda la organización Mujeres contra la Guerra. Se divorcia en 1950 y se marcha a Italia. Muere en 1970 en una relativa soledad.

523.- Las espartanas








Las espartanas


Según nos narra la historia, los espartanos iban al combate dispuestos con una alegría y un orgullo inmenso en el corazón. Eran hombres de honor, valientes, señores de la guerra, capaces de dar su vida por la libertad de su pueblo. Pero…, ¿sabemos cómo eran las madres, esposas, compañeras de estos hombres….?

Esparta

En la Grecia Clásica, la mujer se ocupaba en el mejor de los casos de organizar la casa y acudir a los actos religiosos. El matrimonio ocupaba un lugar esencial en la vida de la ciudad ya que a través de los hijos se transmitían la ciudadanía y las propiedades. Pero la mujer, por lo general, no podía ser propietaria de bienes y su poder era nulo.

Sin embargo en Esparta la situación era diferente en aspectos muy importantes. La mujer se encargaba de organizar la casa y las tierras. Se encargaba de la educación de los hijos hasta los 7 años, pero vivían también de puertas hacia fuera. Podían ser propietarias de tierras y su opinión era muy tenida en cuenta entre los hombres.

El origen de Esparta se atribuye al legislador Licurgo. Según el historiador Plutarco, Licurgo se embarcó en un viaje con la intención de conocer las costumbres de las ciudades que él entendía mejor gobernadas. Después, las mejores costumbres las aplicó en Esparta.


La intención de Licurgo fue crear un estado donde reinara la justicia y sus ciudadanos fueran felices. Curiosamente, no dio Licurgo leyes escritas porque creía que la felicidad y la virtud se deben basar en las costumbres y aficiones de los ciudadanos y no en la necesidad. Es decir, que el buen uso y mantenimiento de las leyes estaba basado únicamente en la educación.

La educación se basaba en la superación de uno mismo. Y la disciplina era lo que le daba eficacia a ese sistema educativo.

Los espartanos eran educados para ser valerosos en la batalla, pero tenían unos sentimientos muy refinados, ellos honraban a sus abuelos con un respeto que llamó la atención de toda Grecia y amaban a sus madres con una intensidad conmovedora.


Las mujeres espartanas

Las mujeres espartanas, desde muy jóvenes ejercitaban sus cuerpos en correr, luchar, lanzar el disco y tirar con arco. Con la intención de que de unas mujeres fuertes y robustas nacieran hijos fuertes y vigorosos y además para que pudieran aguantar mejor los partos. Con la intención de que no perdieran con estos ejercicios su lado más femenino, también danzaban y cantaban.

Las espartanas eran las únicas en Grecia que vestían un peplo arcaico sin coser por los costados. Las espartanas enseñaban las piernas al caminar, algo vergonzoso para los atenienses de aquella época. Sin embargo, para los espartanos no lo era. De hecho, las mujeres espartanas, al igual que ellos, acostumbraban a realizar sus ejercicios de gimnasia desnudas o semidesnudas sin que esto supusiera ninguna vergüenza por parte de nadie. Simplemente era una costumbre más.

Las competiciones deportivas eran mixtas y se dice que ningún espartano se avergonzó nunca de ser vencido por una mujer. La espartana fue la única mujer en toda Grecia que tenía permitido el acceso a los torneos.

A la edad de 15 años, las jóvenes se emancipaban de su hogar paterno, recibían unas tierras de sus padres, pero no oficializaban su matrimonio normalmente hasta 10 años después. La ceremonia del matrimonio era muy curiosa: la madrina de la joven le cortaba el pelo de raíz y la vestía con ropa y zapatos de hombre. La recostaba en un mullido de ramas, sola y sin luz. El hombre llegaba sobrio de comer en un banquete público. Se acostaba con ella en el lecho y al poco tiempo se retiraba a dormir con los demás jóvenes. Durante mucho tiempo, los recién casados tendrán encuentros con mucha precaución de que nadie los vea. Era trabajo de la mujer proporcionar estas oportunidades sin que nadie se diera cuenta. Había algunas parejas que tenían hijos antes de que el marido viese a su mujer a la luz del día, prácticamente. Según nos cuenta Licurgo, parece ser que este método tan particular evitaba que se perdiese el deseo además de ser un ejercicio de moderación. Una vez que se casaba, la mujer espartana se encargaba del gobierno de su casa pero sin quedar recluida en ella.

Plutarco nos cuenta en una de sus obras algunas pequeñas historias y anécdotas sobre las espartanas que nos pueden ayudar a comprender cómo eran estas mujeres.

LASESPARTANAS2.jpg

Nos cuenta Plutarco que Gorgo, hija del rey Cleómenes y esposa del famoso rey Leonidas, cuando una mujer de Atenas le preguntó:
¿Por qué vosotras, espartanas, sois las únicas que gobernáis a vuestros hombres?, ella le respondió: “Porque somos las únicas que alumbramos hombres”.

Con esta frase, Gorgo quería decir que sólo los espartanos eran hombres de verdad y que ellas tenían ese poder porque eran las que les habían dado la vida. Las espartanas se sentían dignas e indispensables de forma natural.

Ellas también se expresaban de una forma muy directa, muy concisa y en muchos casos con cierta ironía o humor.
Un extranjero llegó a la casa de Gorgo con su sirviente. Cuando ella vio que el sirviente le ataba los zapatos al griego, ésta le dijo a su padre: “Padre, el extranjero no tiene manos”.


En Esparta existían los ilotas, que eran los hombres y mujeres que se encargaban del cultivo de la tierra, de tejer la lana y de aquellas labores que no podían hacerlas los guerreros porque no tenían tiempo. Los espartanos, según la ley de Esparta, tenían la obligación de dedicarse totalmente al arte de la guerra, y las espartanas a sus tareas de organización del hogar y la educación de los hijos hasta los siete años. Pero no se dejaban llevar por el exceso de comodidades. Este exceso se consideraba dejadez, y la educación espartana estaba orientada hacia la superación de uno mismo.

El libro Puertas de Fuego de Steven Pressfield, aunque sus hechos históricos puede que no concuerden con la realidad, nos permite comprender algo mucho más profundo: el trasfondo humano, la realidad de los sentimientos de los espartanos y espartanas.

Un párrafo muy interesante es el que narra la partida de los espartanos hacia las Termópilas. Leonidas, en el momento de la partida, dirigiéndose a sus hombres les comenta que la fuerza necesaria para fortalecer su corazón la encuentra en sus hijos, en los compañeros, pero sobre todo encuentra el valor en el corazón de esas mujeres que les observan partir en silencio, sin derramar una lágrima, con aquella expresión austera, con la mirada firme… con la postura erguida y solemne que siempre tenía una espartana.
Decía Leonidas: El dolor del hombre se soporta con ligereza y pronto se supera. Nuestras heridas son de la carne, que no es nada; las de las mujeres son heridas del corazón: tristeza infinita, mucho más larga de soportar.

LASESPARTANAS1.jpg

Evidentemente, las espartanas eran educadas para luchar su propia batalla. Ellos se marcharon y ahora perviven en nuestra memoria, en nuestros libros, como valientes, como héroes que han conseguido la gloria. Pero esas madres, esas esposas que quedaron en Esparta tuvieron que continuar con su vida cotidiana como si nada hubiera ocurrido. Recibiendo las noticias de la muerte de sus padres, maridos, hermanos y compañeros.
Las mujeres espartanas son un ejemplo que nos ha dejado la historia de mujeres fuertes, no sólo física, sino psicológicamente. Mujeres valientes, no en el campo de batalla porque ellas no eran educadas para eso, sino en la batalla de cada día. Capaces de organizar y mantener el orden y la calma en sus hogares aún en las circunstancias más difíciles, aunque su corazón estuviera destrozado. Manteniendo su dignidad ante la más profunda tristeza mientras infundían valor a los guerreros que partirían a la siguiente batalla.
Las espartanas no dejaban que sus hombres volvieran a casa habiendo perdido su honor en la batalla. Una madre espartana le dijo a su hijo mientras le entregaba un escudo: “O con él, o sobre él”.
El amor de estas mujeres hizo que los espartanos entregaran su vida por aquello en lo que creían. Por su pueblo, por sus costumbres, por su honor, lucharon los espartanos, con el firme apoyo que les brindaron aquellas mujeres, las espartanas.

Nuria Embid

522.- El círculo Bluestockings




El círculo Bluestockings

Algunos historiadores dicen que las medias azules que vestían sirvieron para que llamaran Bluestockings de forma peyorativa a un grupo de mujeres intelectuales del s XVIII que se reunía en Londres.

El círculo Bluestrockings lo formaron un grupo de damas de la alta sociedad cansadas de las reuniones sociales en las que los hombres se apartaban para hablar de política y otros temas importantes, mientras ellas vestidas con sus medias negras de seda se mantienían al margen y se dedicaban a entablar conversaciones más banales. Eran mujeres de la alta sociedad con una buena formación académica y se aburren y es en este contexto es en el que las mujeres deciden realizar sus propias reuniones.

Para otros historiadores este nombre se les dio porque Elizabeth Vesey, una de las fundadoras del círculo, invitó al botánico Benjamin Stillingfleet a una de sus reuniones. Stillingfleet le respondió que no iba correctamente vestido puesto que llevaba unas medias azules, pero Vesey insistió diciendo que ellas llevaban las medias de lana que se usaban en las situaciones informales. Desde entonces Benjamin formó parte del grupo.


Sus acciones fueron revolucionarias, aunque sus ideas eran conservadoras, no hay que olvidar que eran damas de alta alcurnia. Se ocupaban de cuestiones humanitarias conservando un perfecto rigor moral e intelectual manteniéndose al margen de vicios y pasiones, uno de sus objetivos fue ayudar a mujeres que quisieran instruirse a las que por su situación económica y social no les era posible.

En sus reuniones estaba prohibido hablar de política, su discusión principal fueron la literatura y el arte y a algunas no les fue tan mal porque consiguieron publicar sus obras literarias, como Elizabeth Carter que publicó sus ensayos y poemas y también tradujo a Epícteto.




521.- Mujeres de negro



Mujeres de negro


Jerusalén 1988, ocho feministas radicales de izquierdas salen a la calle para protestar, en silencio y vestidas de negro, de la ocupación de los territorios palestinos por parte de Israel.  Su idea era promover un sentimiento de paz y establecer puentes entre las mujeres israelies y palestinas.



A finales de 1989, seis mil mujeres realizan una marcha de protesta, con en lema “Mujeres caminan juntas” atravesando Jerusalén. Hay mujeres palestinas, israelíes, europeas y norteamericanas. También se convoca una conferencia en Bruselas en la que se inicia el trabajo que va a permitir establecer el “Jerusalén Link” que quedará integrado por el “Bat Salón” en el lado de Israel y el “Jerusalén Center for woman” en el lado de Palestina. Son los principios del movimiento de las Mujeres de Negro que va a ir en crescendo en todo el mundo y cuya idea principal va a girar en torno a la idea que las mujeres pueden ser visibles y manifestarse en la calle para hacer sus aportaciones políticas.


Es imposible saber cuantos grupos de Mujeres de Negro existen en la actualidad, pero esta red está presente en todos los continentes. Se comunican por internet y realizan encuentros internacionales cada dos años para divulgar la solidaridad entre mujeres y su participación en la resolución no violenta de conflictos.

Objetivos:

- la resistencia a la guerra, a la politica militarista (hacer visibles las actividades de las Mujeres de Negro, convertir el rechazo y la resistencia en una accion responsable de la mujer como individuo)
- la intervencion sin violencia en su ambito, hacer visible la desobediencia publica a todo tipo de violencia, no solo simbolicamente sino a traves de la educacion para la paz y la no violencia.
- la promocion de la politica feminista alternativa a nivel internacional.
- la difusion de la contrainformacion
- la interconexion de la actividad local con la situacion gobal
- el apoyo mutuo

520.- Dama de Warka

File:UrukHead.jpg
                            Imagen de la Máscara de Warka o Dama de Warka


Dama de Warka

La Dama de Warka, "Dama de Uruk", "Máscara de warka" también llamada coloquialmente "La monalisa sumeria", es una escultura datada del año 3300 a. C., fue esculpida en época de la civilización sumeria, que se considera la primera y mas antigua civilización de la historia, que se extendió por el sur de Mesopotamia, en la zona de los ríos Tigris y Eufrates, (actual Irak) concretamente forma parte del período de Uruk, un período arqueológico de la historia de Mesopotamia comprendido entre el 3800 a. C. y el 3200 a. C., en el último milenio del Calcolítico en la región mesopotámica.

La Dama de Warka es de las primeras representaciones femeninas que se conocen. Es una escultura que data del año 3300 a.C y que se ha encontrado en el actual Irak, en lo que antiguamente era la antigua Mesopotamia entre los ríos Tigris y Eufrates. Correspondía a una mujer sumeria considerada la civilización más antigua de la historia, puesto que su escritura está descifrada y por lo tanto ya se considera civilización.

La pieza fue hallada en 1938 durante unas excavaciones llevadas a cabo por arqueólogos alemanes, en el del complejo de templos dedicados a la deidad sumeria Eanna, Inanna ; diosa del amor y la fertilidad, que forman parte de las ruinas de la antigua ciudad de Uruk, ubicadas cerca de a ciudad de Samawa, 280 km al SSE de Bagdad en la provincia iraquí de Al Muthanna.

Forma: placa en altorrelieve
Altura: 20 centímetros
Material: piedra caliza metamórfica mármol y complementos en Lapislázuli, betún, láminas de oro.
Figura que se cree representa a la diosa sumeria Eanna

Zona de influencia de la civilización sumeria


Curiosidades y Conservación

La Dama de Warka fue uno de los millares de objetos que fueron saqueados del Museo Nacional de Iraq durante la Invasión de Iraq en 2003, despareciendo el 9 de abril de 2003, y siendo devuelta en septiembre del mismo año por un ciudadano iraquí que la tenía enterrada en el patio de su vivienda







jueves, 21 de junio de 2012

519.- Marco Polo


File:Marco Polo portrait.jpg


Marco Polo

Marco Polo (15 de septiembre de 1254 – 8 de enero de 1324) fue un mercader y explorador veneciano que, junto con su padre y su tío, estuvo entre los primeros occidentales que viajaron por la ruta de la seda a China. Se dice que introdujo la pólvora en Europa, aunque la primera vez que se utilizó en Occidente acaeció en la batalla de Niebla (Huelva) en 1262.
Los Polo (Marco, su padre y su tío) vivieron allí supuestamente durante diecisiete años antes de volver a Venecia. Tras su regreso, Marco Polo contaba a la sazón 41 años y comandaba una galera veneciana el día en que se libró, ante los muros de Korcula, una batalla naval contra la gran rival de Venecia, la República de Génova, en 1298. Los genoveses apresaron a Marco Polo, lo llevaron a Génova y allí, en la prisión, Polo dictó a un tal Rustichello de Pisa las memorias de su viaje fabuloso hasta Catai (China) y el regreso por Malaca, Ceilán, la India y Persia. Rustichello redactó en un dialecto franco-véneto el libro conocido como Il Milione (El millón o «Los viajes de Marco Polo») acerca de sus viajes. El libro se llamó originalmente Divisament du monde ("Descripción del mundo"), pero se popularizó como Libro de las maravillas del mundo y, más tarde, como Il Milione. Es creencia general que tal nombre vino de la tendencia del autor a referirse a grandes cantidades; "millones" pero es más probable que derivase de su propio nombre "Emilione", abreviado en Milione. No habría, pues, en esta denominación ninguna alusión a su exageración. Marco Polo está considerado como uno de los grandes exploradores, e insigne narrador en literatura de viajes.

En la época de Marco Polo, el comercio en Europa seguía un sistema triangular, en el que los productos de lujo procedentes de Oriente (seda, especias) ocupaban un importante lugar. Éstos, en la conocida como ruta de la seda atravesaban Asia Central y las tierras controladas por los sarracenos, siendo comprados por comerciantes italianos (venecianos, genoveses, pisanos...), que obtenían grandes beneficios al revenderlos luego por Europa.
Es por ello por lo que Venecia y otros puertos italianos ganaron en importancia y comenzaron una política comercial agresiva para explotar estas rutas comerciales.

Venecia en la época

Durante la Baja Edad Media, la República de Venecia comenzó a convertirse en una potencia mediterránea. Al control del interior y de la costa de Dalmacia, se unió una extensa actividad mercantil con Oriente, que le llevó a establecer consulados y colonias de comerciantes por todo el Mediterráneo Oriental. Apoyó a los cruzados como manera de contrarrestar al Islam y mantuvo un largo conflicto con Génova por el predominio comercial.
Durante la Cuarta Cruzada, por sugerencia veneciana, los cruzados saquearon Constantinopla, decapitando el Imperio bizantino y conquistando numerosos territorios. Aunque el subsiguiente Imperio Latino fue pronto reconquistado por los griegos, Venecia siguió controlando varias islas y ciudades, y siendo una de las principales potencias mercantiles.

El Imperio Mongol

El Imperio Mongol fue instituido por Genghis Khan en 1206. Éste, tras largas luchas internas, unificó a las diversas tribus mongolas bajo su mando, involucrándolas en una expansión que les llevaría a conquistar China, Asia Central, Rusia y llegar hasta Irak, Siria y Anatolia.
A su muerte le sucedió su hijo Ogodei, quien continuó con esta expansión y consolidó la jerarquía del Gran Khan sobre los diversos reinos mongoles. En tiempos de Marco Polo este Gran Khan era Kublai Khan.

El conocimiento europeo de Oriente

El mundo conocido por los europeos no iba mucho más allá del actual Oriente Medio. Las pocas noticias que se tenían de lo que estaba más allá eran generalmente confusas y muy mitificadas. Es de destacar la leyenda del Preste Juan, un mítico rey cristiano que se suponía existía rodeado de infieles en Asia Central. Los intercambios comerciales se encontraban casi siempre mediatizados por persas y árabes.
La expansión del imperio mongol les llevó a las mismas puertas de Europa tras atravesar las estepas rusas y amenazar Polonia, aunque pronto se retiraron. Más al sur, sin embargo, los mongoles saquearon Bagdad (Iraq) y sometieron a reinos musulmanes que se habían enfrentado en las cruzadas con los cristianos.
Es así como se despierta el interés por los mongoles en Europa. A la curiosidad por esos bárbaros, tenidos hasta entonces como seres casi mitológicos, se le suma en lo político la posibilidad de obtener un aliado contra el enemigo islámico, una forma más ventajosa de negociar con Oriente en lo económico, y un deseo evangelizador, dada la gran tolerancia religiosa de los mongoles. Antes de Marco Polo, varios misioneros, como Giovanni da Pian del Carpine, viajaron como embajadores a Oriente, aunque sin conseguir resultados concretos. Se hace referencia a los contactos entre romanos y el Imperio Chino, pero éste también estableció contacto con los romanos con anterioridad a la Ruta de la Seda. Uno de los primeros contactos que tuvo China con Roma fue cuando el emperador Ban Chao hizo una campaña contra los nómadas de Asia Central y envió a uno de sus colaboradores, Ga Yin, que viajó hacia occidente visitando los establecimientos comerciales romanos de la costa oriental del Mar Negro. Por tanto, el contacto entre Roma y China era recíproco, pese a que Roma tenía más información sobre China gracias a la multitud de viajes que se habían hecho hacia aquella zona.

La familia de Marco Polo



Casa de la isla Curzola (Croacia) en la que habría nacido Marco Polo.

Cronistas posteriores a Marco Polo rastrearon sus orígenes hasta la “isla de Curzola” en el Mar Adriático (actualmente Curzola, en Croacia) donde incluso se sigue conservando una vieja casa en la que se dice que nació. Sin embargo, la historiografía moderna tiene serias dudas de este origen, pues el apellido Polo (de origen veneciano) aparece mencionado varias veces en ciudades del norte de Italia. No obstante, hay quienes afirman que su verdadero nombre y apellido eran Marc Pol, apellido que, efectivamente, tuvo su primera aparición en Dalmacia. Esta última afirmación es dada en base a los registros aparecidos en el anuario veneciano Chronicon Iustiniani (1358). El escudo familiar de los Pol contiene tres pájaros de agua, aves que recibían el nombre de "pol" en Dalmacia del Sur, mientras que en Venecia se les llamaban "pola", palabra de la cual se cree se derivaron los apellidos "Polo" y "Pollo" en Italia.

El primer viaje

En la familia Polo hubo otros exploradores además de Marco. Su padre Nicolás (o Niccolò en veneciano) y su tío Mateo (o Maffeo, también en veneciano) eran prósperos mercaderes dedicados al comercio con Oriente. Ambos partieron hacia Asia en 1255 y alcanzaron China en 1266, llegando a Khanbaliq o Cambaluc (Pekín). Volvieron de China como enviados del Kublai Khan con una carta para el Papa en la que pedía que enviase a gente ilustrada que enseñase en su imperio, para informar a los mongoles sobre su forma de vida.

Ruta seguida

Salida de Venecia.
Rodeo de Grecia hasta llegar a Constantinopla.
Cruce del Mar Negro y el de Azov.
Tránsito de las estepas euroasiáticas, cruzando el Volga y rodeando el Mar Caspio por el norte hasta llegar al Mar de Aral y la ciudad de Bujará.
Cruce de las montañas y desiertos de Asia Central a través de la Ruta de la Seda, hasta alcanzar Pekín.

El segundo viaje

Mateo y Nicolás Polo partieron en un segundo viaje, con la respuesta del Papa a Kublai Khan, en 1271. Esta vez Nicolás se llevó a su hijo Marco, quien pronto se ganó el favor de Kublai Khan, haciéndole su consejero. Poco después Marco pasó a ser emisario del Khan, quien le daría diversos destinos a lo largo de los años. En sus diecisiete años de servicio al Khan, Marco Polo, llegó a conocer las vastas regiones de China y los numerosos logros de la civilización china, muchos de los cuales eran más avanzados que los contemporáneos europeos.
Cuando una embajada del rey de Persia le solicita a Kublai Khan una princesa para el rey, los Polo la acompañan, decidiendo regresar a Venecia.

Ruta seguida

Salida de Venecia.
Desembarco en Acre.
Marcha a través del Creciente Fértil hasta llegar a Tabriz.
Llega a la capital imperial en Pekín
Atraviesa China hasta llegar a Pagán, en Birmania.
Vuelve a Pekín, donde se inicia el viaje de vuelta.
Marcha hacia sur a Yangzhou.
Embarco en Zaitun.
Rodeo de las costas de China meridional, Indochina, Malaca y Sumatra.
Cruza el Golfo de Bengala hasta Ceilán y sigue la costa de la India hasta la Península de Kathiawar.
Desembarco final en Ormuz y nuevo regreso a Tabriz.
Cruza el Cáucaso y embarca de nuevo en Trebisonda.
Recala nuevamente en Constantinopla y regresa finalmente a Venecia.

Il Milione

A su regreso de China en 1295 (escoltando a una princesa china llamada Kokacín), la familia de Marco Polo se estableció en Venecia donde se convirtió en una sensación y atrajo a multitud de oyentes, que a duras penas creían sus historias sobre la lejana China.

File:Marco Polo at the Kublai Khan.JPG
Marco Polo en la corte de Kublai Khan.

Su impaciente carácter llevó a Marco Polo a tomar parte en la batalla naval de Curzola (Kórchula) entre Génova y Venecia en 1298. Fue capturado y pasó los pocos meses de su encierro dictando un detallado relato de sus viajes por las entonces desconocidas regiones del Lejano Oriente. Su libro, Il Milione (‘El Millón’, conocido en castellano como Los viajes de Marco Polo o Libro de las Maravillas) fue escrito en provenzal y traducido pronto a muchas lenguas europeas. El original se ha perdido y se conservan varias versiones, con frecuencia contradictorias, de las traducciones. El libro se convirtió de inmediato en un éxito.

La veracidad del viaje

En su lecho de muerte, su familia pidió a Marco que confesase que había mentido en sus historias. Marco se negó, insistiendo: «¡Sólo he contado la mitad de lo que vi!».
Mientras la mayoría de los historiadores creen que Marco Polo efectivamente llegó a China, recientemente algunos han propuesto que no llegó tan lejos, y que simplemente contó la información que oía de otros. Estos escépticos señalan que, entre otras omisiones, su relato falla al no mencionar la escritura china, los palillos, el té, el vendado de pies ni la Gran Muralla.
Marco Polo sólo estuvo en la región norte de China, concretamente en el Palacio del Gran Khan. Durante la dinastía Ming, desde 1368 hasta 1644, fue cuando más se amplió la muralla, es decir, que en la época del viaje de Marco Polo no estaba la edificación defensiva construida en su totalidad, lo cual explica la ausencia de menciones a ésta.
El té entra en contacto con los europeos por primera vez en la India, cuando los portugueses llegan a ella en 1497, ya que en la India el uso del té estaba muy extendido; es fácil deducir que antes no tuvo importancia en las mesas europeas. Más todavía, debe tenerse presente que las descripciones de Marco Polo se centran en miembros de la élite gobernante mongola, la cual no consumía masivamente el té a diferencia de sus súbditos chinos; por el contrario Marco Polo sí hace alusión a las bebidas preparadas a base de leche que son típicamente mongolas. Similar es la cuestión respecto a la práctica de los pies vendados de las niñas, costumbre de la aristocracia china pero no mongola. Se debe advertir además que las niñas sujetas a esta práctica permanecían recluidas en sus casas y no a la vista de los extranjeros.
No reviste mucha trascendencia que no mencione la escritura china, pues ya muchos europeos la conocían debido a que en ese tiempo ya llegaban viajeros chinos a Europa.
Además, los archivos chinos de la época no le mencionan, a pesar de que él afirmaba haber servido como emisario especial del Kublai Khan, lo que resulta insólito dado el celo con el que se llevaban los archivos en China en aquel tiempo; no obstante, otros estudios concluyen que Marco Polo sí es mencionado en archivos chinos con el nombre de "Po-Lo".
Por otra parte, Marco describe otros aspectos de la vida en el Lejano Oriente con mucho detalle: el papel moneda, el Gran Canal, la estructura del ejército mongol, los tigres y el sistema postal imperial. También se refiere a Japón por su nombre chino, Zipang o Cipango. Se considera normalmente ésta como la primera mención del Japón en la literatura occidental.
También se cree que Marco Polo describió un puente donde sucedió el incidente del Puente Marco Polo, una batalla que marcó el comienzo de la invasión japonesa del norte de China en los años previos a la Segunda Guerra Mundial.

Impacto histórico

Aunque los Polo no fueron en forma alguna los primeros europeos en llegar a China por tierra (considérese por ejemplo a Juan de Plano Carpini así como la única delegación romana que partió a la China con objeto de establecer relaciones diplomáticas entre Roma y China), gracias al libro de Marco su viaje fue el primero en conocerse ampliamente y el mejor documentado hasta entonces.
La leyenda cuenta que Marco Polo introdujo en Italia algunos productos de China, entre ellos los helados, la piñata y la pasta, especialmente los espaguetis. Sin embargo, esta leyenda está muy cuestionada. Por ejemplo, hay pruebas de que la pasta era conocida en Grecia e Italia desde la antigüedad. En la España árabe hay referencias escritas acerca de los fideos (llamados entonces aletría) desde el siglo XII.
El libro escrito por Marco Polo, a pesar de que muchas de sus aseveraciones, en su época, se pusieron en duda, inspiró a muchos viajeros y exploradores. El mismo Cristóbal Colón tenía una copia en su viaje de 1492.



Los viajes de Marco Polo


Mapa de los viajes de Marco Polo.

Los viajes de Marco Polo, conocido también como El libro de las Maravillas o El Libro del Millón: acortamiento de El Libro del Millón de costeras de Oriente: Japón, India, Sri Lanka y el Sudeste de Asia, así como la costa oriental de África. El cuarto libro trata de las guerras que mantuvieron poco antes entre sí los mongoles, y describe también algunas regiones bastante más al norte, como [Rusia].
El libro alcanzó un éxito nada frecuente en la época anterior a la invención de la imprenta. Se tradujo a varias lenguas europeas ya en vida de su autor, pero los manuscritos originales se han perdido.
Puede decirse sin duda, que es un documento importante, cuya lectura nos introduce de facto a la mentalidad predominante en el occidente cristiano medieval. El libro está más allá de la simple anécdota, una multiplicidad de significados lo rodea.

Un libro de mercadería

En principio el libro es una especie de estudio de mercado, en donde se nos señalan distancias, precauciones, consejos sobre productos y mercaderías, así como las previsiones que el comerciante debe tomar antes de adentrarse en determinada ciudad. Como toda exploración es imperfecta, antes bien es una guía rudimentaria para aquellos aventureros que decidieran establecer algún tipo de intercambio con el oriente. Véase: Rustichello de Pisa

Michel Mollat en este sentido dice:
(...) el libro de Marco Polo ha sido comparado con todos esos manuales de mercaderes que, en el curso del siglo XIV, puso en gran boga la Practica della mercatura, de Pegoloti. De hecho, más de la mitad de la Descripción du monde [como le llama Mollat] indica las distancias entre las ciudades en jornadas y en millas, proporciona consejos prácticos para el viaje, enumera los objetos del comercio, anota los pesos y medidas, las formas de pago, en metálico y en papel moneda.
Michel Mollat

Cabe aquí recordar a dos precursores del viajero que realizaron su viaje hacia oriente con una misión análoga: por un lado tenemos al discípulo de San Francisco de Asís, Jean de Plancarpín (o Giovani di Pian Carpino), que recibió del papa Inocencio IV la orden de ir hacia los dominios tártaros con el objeto de “examinarlos con todo cuidado”; así como a otro fraile es común: alcanzar al gran kan, sucesor de Gengis Kan, en su residencia ambulante, dondequiera que se encuentre, para entregarle los mensajes del papa en el primer caso, y del rey de Francia en el segundo.”2
Plancarpín partirá de Kiev en el invierno de 1246, el 3 de febrero para ser más precisos. Rubruck lo hará de Constantinopla el 7 de mayo de 1253, durante la primavera. El padre y el tío de Marco Polo (Nicolo y Mafeo) salen de Venecia hacia Constantinopla en el año de 1260, y de hecho su viaje se cruza con el del segundo religioso en cierto momento, aunque no existen datos sobre si éstos se llegaron a encontrar.
Los hermanos Polo asumen una misión similar (aunque en sentido inverso) a la de los monjes en su segundo viaje, en el que los acompañará el joven Marco. Durante el viaje obtienen la encomienda por parte del Gran Khan, de contactar al señor de los tártaros con el papa, señor de la cristiandad con miras a establecer una posible alianza en contra del área musulmana. Tiene en definitiva aires de cruzada. Y es aquí en donde Marco Polo asumirá un papel fundamental, ya que al ganarse la confianza del emperador mongol, y al ser nombrado embajador por éste, no dejará escapar oportunidad para señalar las convergencias entre ambas civilizaciones.

La crónica de un diplomático

Por lo anterior el libro de Marco Polo no puede dejar de verse como la crónica de un diplomático, es decir, como una descripción de las singularidades de los múltiples territorios y pueblos, bajo dominio mongol. Marco Polo, según su compañero de celda y redactor del libro —maese Rustichello de Pisa—, se ganó el agrado del Gran Khan, gracias a sus habilidades narrativas, que desarrolló mientras estuvo como funcionario al servicio de la corte:
Había Marco oído que cuando el Gran Khan enviaba embajadores por las diversas partes del mundo, y éstos no sabían, a su vuelta, hablarle más que de la misión que para cumplir la cual habían sido designados, él los trataba de necios e ignorantes. Le agradaba más que le hablasen de las costumbres y particularidades de las cortes extranjeras que de lo referente al pretexto que escogía para enseñarles. (...) Y [Marco Polo] lo hizo con tal sagacidad y soltura que el Gran Khan quedó maravillado.

Podemos imaginar, tal y como lo hizo Italo Calvino en su libro Las ciudades invisibles, la estrecha relación que sostienen el soberano conquistador y su embajador, quien con "maestría y soltura” entretenía a un emperador que se mostraba incapaz de conocer por sí mismo la inmensidad de sus dominios. Podemos suponer de igual manera, que con esa misma maestría y soltura, le fue transmitida en un segundo momento al compañero de celda de Marco Polo, Rustichello, la crónica de viajes y leyendas vistas y oídas por el veneciano.

Un documento etnográfico

Así, es también en tanto que narración de “particularidades y costumbres”, una especie de reportaje de carácter etnográfico en el que se observan claramente los prejuicios y la mentalidad del occidente medieval, en donde éstos se superponen a las múltiples realidades, siendo a la luz de los conceptos cristianos y grecolatinos, que se someten y explican mundos distintos y distantes.
Es en este sentido una visión de los márgenes, aunque no marginal. Es una mirada desde los límites del occidente cristiano medieval, hacia aquellos que "por ignorancia" (que es el caso de los "pueblos salvajes", así como del mismo Gran Khan), "o perversidad" (los musulmanes), estaban a su parecer, situados en un más allá, en un afuera.
Con todo, Marco Polo está lejos de ser un dogmático, lo que podemos corroborar leyendo su comparación entre "Sergamoni Bochán" (Buda) con Jesucristo, así como el elogio que hace de los abramayanes hindús, debido a su vida “saludable” y de abstinencia, lo que a su parecer les acercaba a la santidad. Dichas posturas vistas desde una posición cristiana ortodoxa, podrían haber sido consideradas como una franca herejía.
Marco Polo salió de Venecia hacia los quince años, mantuvo relaciones durante veinte con los diversos mundos de “idólatras”, con quienes en determinado momento había convivido más tiempo que con sus semejantes en imaginario, lo que lo predispuso a escudriñar de vez en vez las similitudes que estos mundos tenían con su herencia cristiano-medieval. "Salvajes bestiales y perversos", así como "sarracenos crueles y traicioneros", eran los modelos que más se alejaban de su ideal moral.

El libro de las maravillas

Finalmente podemos calificar el texto como un libro de maravillas, milagros y hechos mágicos en donde se manifiestan las tres formas de lo sobrenatural en el occidente medieval, según Jacques Le Goff:4
La maravilla propiamente dicha (mirabilis) de orígenes pre-cristianos.
Lo magicus: asociado (a pesar de que durante el medievo se habla de magia negra y blanca) al demonio. Es lo sobrenatural satánico.
Lo miracolosus, el milacorum. Que sería lo sobrenatural cristiano, en donde lo inexplicable se “normaliza” debido a la influencia del propio Dios.

File:Prester John.jpg
Imagen del Preste Juan.

En tanto que narración de lo maravilloso, el libro de Marco Polo es un espacio en donde, y desde donde se observan la vida y costumbres de seres que no están sometidos a los rigores de una ética cristiana. Es un espacio aparte, en el que el pecado (frecuentemente el de la lujuria) no es considerado como tal. Es como una proyección de los temores, pero también de los deseos, de ciertas libertades negadas al occidente cristiano-medieval, antes que una descripción de los rasgos principales de las distintas culturas de oriente.
Asimismo, es una descripción de algunos “oasis cristianos”, en medio de un espacio hostil, lleno de sarracenos, "desiertos diabólicos y bestias". Basta ver algunos milagros que se relatan en él, como el de los cristianos que con sus oraciones mueven una montaña ante los ojos estupefactos del Califa de Bagdad para salvarse de la muerte, así como la referencia continua al reino cristiano del Preste Juan, acosado siempre por infieles.
Es en fin, un anecdotario de magias, hechizos, encantamientos y sortilegios, que lindan con lo diabólico, y que vendrían a ser algo así como la contraparte a los milagros realizados ante los mencionados “oasis cristianos”, con ayuda del demonio y por tanto asociados a lo idolátrico, perverso y cruel.
Así se tiene que lo maravilloso, de origen precristiano, puede verse como una forma de resistencia cultural a la ideología oficial del cristianismo; lo milagroso, como una “normalización” de lo sobrenatural, puesto que se realiza mediante la intervención divina que banaliza la maravilla; y lo mágico, como lo que se debe excluir y combatir, ya que está profundamente ligado a lo demoniaco, lo tenebroso, y peligroso. Todo esto moviéndose en el libro, no con fronteras rígidas, sino como fenómenos mentales que se entrecruzan y mantienen lazos muy permeables entre sí.






518.- Chad: pozos con fondo





Chad: pozos con fondo

La Fundación We Are Water («Somos Agua»), una iniciativa de la empresa Roca, ha auspiciado un proyecto de la ONG Intermón Oxfam que ha conseguido mejorar las precarias condiciones de vida de cinco campos de refugiados situados en el este del Chad. Allí, desde el año 2004, conviven miles de personas afectadas por el sangriento conflicto bélico de Darfur, en Sudán occidental (una guerra que provocó 400.000 muertos y más de dos millones y medio de desplazados), con otros refugiados chadianos y la población local en una zona devastada por la sequía. Para asegurar el abastecimiento de agua potable y el saneamiento de los campos, Intermón Oxfam ha puesto en marcha la gestión de los tanques de agua, el saneamiento de pozos y fuentes, la construcción de letrinas, lavaderos, kits de higiene y vertederos de basura, y la formación de promotores de higiene para evitar la propagación de enfermedades. También ha distribuido jabón, otros artículos de limpieza, mosquiteras y contenedores de basura. Todo ello en el marco de una campaña de sensibilización para recordar al mundo este lugar tristemente olvidado. 
—Eva van den Berg

Foto: Intermón Oxfam





martes, 19 de junio de 2012

517.- OTRO ESCÁNDALO QUE NOS CUESTA 40 MILLONES EUROS






OTRO ESCÁNDALO QUE NOS CUESTA 40 MILLONES EUROS


HIPOCRESÍA

Por Fernando Sabido Sánchez

El actual ministro de Defensa Pedro Morenés, fue hasta un mes antes de entrar en el Gobierno de Rajoy, (promocionado por el Rey), representante de Instalaza S.A., cuyas bombas de racimo fueron usadas por Gadafi contra la población civil, según desveló el diario estadounidense The New York Times.
Pedro Morenés entró a formar parte de Instalaza S.A. el 26 de agosto de 2005 como consejero. Estuvo en ese puesto casi dos años, hasta el 31 de mayo de 2007, fecha en la que cesó para ser nombrado representante, cargo que ostentó hasta el 20 de septiembre de este mismo año (registrado en el Boletín Oficial del Registro Mercantil del martes 4 de octubre de 2011), solo un mes antes de que se celebrasen las elecciones generales.
Mientras ocupaba el cargo de representante, y según desveló Cinco Días el pasado 9 de mayo, Instalaza decidió reclamar al Gobierno “una compensación de 40 millones de euros en concepto de daño emergente y lucro cesante después de que España decidiera prohibir las bombas de racimo”.
La empresa de armamento de guerra Instalaza fabricaba (entre otras) bombas de racimo, una de las últimas partidas se le vendió, por ejemplo, al gobierno de Gadafi. Los dueños de la empresa decidieron demandar al Estado en mayo del año pasado (estando el PSOE en el gobierno) por aprobar una ley en 2008 en base al Tratado de Dublín contra las bombas de racimo. Alegaban que esta prohibición les haría perder dinero. Es decir, una empresa de armamento pide una indemnización al Estado porque ha prohibido el uso de bombas que ya habían sido vetadas por la ONU por su peligro.
Hoy sabemos que Instalaza venderá la deuda a una tercera empresa que a su vez la revenderá y finalmente el Gobierno pagará alegando que no es una empresa de armas la que cobra. El dinero saldrá de los impuestos de todos.


Nuestro dinero servirá para pagar bombas que mutilan a niños: las sub-municiones esparcidas por las bombas (de la hasta hace 5 meses fábrica de Pedro Morenés) tienen un rango de fallo de entre el 5% y el 30% por lo que pueden quedar bombas enterradas sin explotar siendo peligrosas tiempo después de terminada la guerra, tal que las minas antipersonas. Son especialmente peligrosas para los niños por sus formas llamativas, como “pelotitas de tenis o latas de refrescos”. Era así como las camuflaba la empresa del ministro.
¿Por qué pagar a una empresa una cantidad astronómica (estipulada por la propia empresa) sólo porque no pueden vender sus armas? ¿Por qué ceder a este chantaje? ¿Quién ha tomado la decisión? ¿Qué hará la empresa de armamento con esa millonada de dinero público? ¿Sigue teniendo Pedro Morenés acciones de la empresa? ¿Hay que indemnizar por hacer cumplir la ley a una empresa que incumple una resolución sobre armas prohibidas por la ONU?
El Rey impuso a Rajoy que Pedro Morenés fuera el ministro de Defensa. Rajoy, como ya había anunciado, quería a Alberto Ruiz Gallardón para ese cargo. Todos los ministros de Defensa, fueran del PSOE o del PP, han conseguido el puesto gracias a Juan Carlos de Borbón (que ocupa un cargo militar de honor, no se olvide). Así sucedió, entre otros, con José Bono, Antonio Alonso e incluso Carme Chacó, que tiene lazos muy estrechos con la monarquía, especialmente con Felipe de Borbón.


La “carrera” de Pedro Morenés ha estado desde siempre metida de lleno en el negocio del armamento militar. Además de ser representante de Instalaza, ha sido presidente ejecutivo en España de MBDA (uno de los mayores fabricantes de misiles del mundo); presidente de Segur Ibérica, una empresa de seguridad privada con varios contratos con el Ministerio de defensa; presidente de Kuitber, una consultora de defensa; consejero de Aritex, una constructora de diseño industrial con contratos militares; etc Pese a las buenas relaciones que mantiene con Rajoy, Morenés nació en el mundo de la política de la mano de José María Aznar. Y concretamente, como secretario de Estado de Defensa y Seguridad (en el año 2000). Desde marzo de 2005 preside el Círculo de Empresarios.

Termino con un poema que escribí hace unos años:
Minas antipersonas Butterfly-PFM1
Se fabrica en tres colores, verde, blanco y café
Especialmente atractiva para los niños
La confundirán con un juguete
PSMK1 – 700 bolas de acero de carga
Made in Spain
(Catálogo de una empresa española año 2005)

516.- Vaticano Secreto



Vaticano Secreto


Las salas de la memoria

Desde hace 400 años, el Archivo Secreto Vaticano custodia los documentos más importantes de la historia de la Iglesia. Algunos de ellos salen hoy a la luz.

Por Marco Merola
Fotografías de Marco Ansaloni

Si en lugar de paseos y parterres de césped tuviese un pavimento transparente, el Patio de la Piña de los Museos Vaticanos se convertiría en el lugar más fotografiado de Italia y del planeta entero. En vez de recorrerlo a buen paso en dirección a la Capilla Sixtina, los visitantes se detendrían a contemplar el enrevesado laberinto de pasillos que se despliega bajo sus pies: el corazón del Archivo Secreto Vaticano.
El «búnker», como lo llaman quienes trabajan en él, es un cubo de hormigón armado desti­nado a proteger tesoros de incalculable valor. Cartapacios, libros de familias nobles romanas, registros papales, actas de tribunales eclesiásticos, correspondencia diplomática. Millones de datos y fechas, nombres, hechos. Historias de papas y de ejércitos, de descubrimientos geográficos que cambiaron el rumbo de la historia, vívidos testimonios de católicos devotos y de peligrosos herejes. Un compendio de al menos mil años de historia del mundo.

«En su interior hay 85 kilómetros lineales de estanterías», explica Antonio del Brocco, joven colaborador del Archivo a quien el prefecto, monseñor Sergio Pagano, ha encomendado la misión de guiarnos. Antonio viste un impecable traje azul. Saluda con efusión a todo el mundo que se encuentra por el camino, entre ellos un joven de su edad con bata y escoba: «Hoy le toca a él, pero hace unos días la limpieza la hice yo». Los chicos empiezan desde abajo, trabajan duro y en un ambiente de camaradería. Y aprenden a hacer de todo. «A menudo trabajo también de ayudante en la sala de consultas, el puesto con el que sueño», prosigue Antonio. Sus colegas y él, todos titulados en archivística por la Escuela Vaticana perteneciente al propio Archivo, tienen la misión de atender las solicitudes de documentos de los estudiosos. Anotan la signatura en un formulario y se adentran en el búnker o en los demás espacios del edificio donde se conservan los documentos originales. Reaparecen una vez han encontrado lo que buscaban.
A las siete de la mañana el Archivo está en plena actividad. Se devuelven a los depósitos decenas de tomos prestados para su consulta el día anterior y se reordenan; todos los encargados van de punta en blanco, e incluso el prefecto y el viceprefecto, el padre Marcel Chappin, un jesuita holandés, están ya en sus despachos. Dentro de una hora los estudiosos entrarán por la puerta de Santa Ana y procederán a ocupar sus puestos en los bancos para aprovechar al máximo la mañana. De hecho, solo a algunos se les concede el privilegio de regresar por la tarde. Problemas de plantilla. «Piense que otros grandes archivos del Estado italiano cuentan con el doble de personal que nosotros.»
Cada 30 o 35 años las nunciaturas apostólicas, es decir, las representaciones diplomáticas de la Santa Sede repartidas por el mundo, remiten a Roma todos los documentos acumulados. A ellos se suman los aportados por la Curia romana, congregaciones, tribunales y negociados. Una mole impresionante de papeles que se añaden a lo custodiado. En cambio, ya no puede llegar nada de familias particulares. En su día los Bor­ghese, los Rospigliosi, los Boncompagni-Ludovisi eran libres de donar sus archivos al Vaticano, pero desde la Segunda Guerra Mundial el Estado italiano se arroga el deber de tutelar su propio patrimonio documental haciendo valer la posesión iure soli, esto es, por derecho territorial.
La historia oficial del Archivo Secreto Vaticano comienza en 1612, año de su fundación por parte del papa Paulo V Borghese. (Con ocasión del cuarto centenario de la fundación del Archivo, una muestra significativa de los documentos más preciosos se exhibe estos días y durante los próximos meses en la exposición Lux in arcana, organizada por Roma Capitale y Zètema y habilitada en los Museos Capitolinos.) La historia oficiosa, empero, comienza antes.
El prefecto tiene ante sí numerosos folios, amarillentos por el paso del tiempo, que lo confirman. Son peticiones de personas que escribían al Papa ya en el siglo XVI (Archivum Secretum significa privado, de exclusiva pertenencia del Pontífice) para solicitar documentos o información, o con las exigencias más variopintas. «Mire esto, es la petición de un miembro de la familia Cenci que, hallándose procesado, necesitaba una escritura notarial que lo exculpase. Se le respondió que el documento en cuestión no se localizaba. El Archivo remitía copias de todo siempre que podía. Jamás fue una entidad muerta, sino una institución plenamente viva.»



La Iglesia siempre ha considerado imprescindible conservar su propia memoria, desde el mis­mo momento en que las persecuciones pusieron en riesgo su existencia. Así, después del edicto de Constantino en el año 313 d.C. y la consecuente salida de la clandestinidad de la religión cristiana, empezaron a recogerse códices litúrgicos y documentos de registro en unas oficinas ad­­ministrativas llamadas sacra scrinia. De aquel período no ha sobrevivido nada. Conquistas, incendios y expolios han borrado para siempre la memoria de épocas históricas enteras.
Los documentos más antiguos conservados en el Archivo Secreto datan de los siglos VIII-IX. El Liber diurnus Romanorum Pontificum es el formulario eclesiástico más antiguo, seguido de un pergamino del año 809 que sanciona una donación a la iglesia de San Pietro in Castello en la ciudad de Verona. El acta forma parte del Fondo Véneto, que de por sí conserva cerca de 17.000 pergaminos. Una gota en un océano de documentos pendientes de estudio.



«Tenemos más de 650 fondos y no cesan de llegar otros nuevos –explica el secretario general Luca Carboni–. El archivo de la Secretaría de Estado de Juan Pablo II, por ejemplo, nos ha transferido 15.000 “sobres” (el término técnico para definir los cartapacios). Si calculamos una media de 500 folios por sobre, estamos hablando de 15 millones de páginas. Ya está todo abierto, sellado, paginado y descrito minuciosamente, pero todavía tenemos que reordenar algunos fondos medievales…»
Tras haber explorado el búnker y las salas climatizadas que contienen los pergaminos más valiosos, es hora de hurgar en la historia, a la búsqueda de testimonios directos sobre hechos y personajes que no siempre han hallado un espacio en los libros de texto. «¿Alguna preferencia? –pregunta Carboni–. Lo importante es que la solicitud se haga con bastante antelación, porque tenemos que localizar los documentos.» La elección se circunscribe a dos períodos: los siglos XII-XIV y XVI-XVII. Después de una atenta selección de los temas, parte la orden.
Bastan unas pocas horas para llevar a cabo la operación. Un carrito cargado de rollos y volúmenes aguarda en la penumbra a que unas ma­­nos expertas se pongan a la obra. Uno por uno, el prefecto abre los documentos, los coloca en un atril y comienza a leer en voz alta, avanzando con habilidad a través de unas grafías incomprensibles para cualquier otro lector: «El marqués de la Santa Cruz me dijo ayer que desde Inglaterra le ha llegado noticia de que la Reina está armando 50 buques con más de cinco mil soldados, y que en esa armada hay un Corsario Inglés llamado Drach […]». Era el año 1585: el nuncio de Lisboa escribía al Papa que el corsario inglés Francis Drake suponía un peligro para las naves que viajaban por la ruta portuguesa.
Del mismo período, unos años antes, y del Fondo Borghese: «Relación de la jornada de las Equínadas entre la Armada Turca y la Cristiana el 7 de octubre de 1571 referida por el Comendador Romagasso». Se trata de un informe de campaña sobre la batalla de Lepanto librada en aguas griegas por las naves cristianas y otomanas.
Avanzamos por orden no cronológico: monseñor Pagano despliega ante sí dos pergaminos valiosísimos. El primero, inventariado como «Inocencio III convoca la Cruzada» es de 1198; el otro es la bula por la cual, el 2 de mayo de 1312, Clemente V transfería los bienes de la Orden de los Templarios a los Hospitalarios de San Juan de Jerusalén, la actual Orden de Malta. Avanza un poco en el tiempo para localizar noticias de la muerte del pintor Caravaggio en una carta que el obispo de Caserta envió el 29 de julio de 1610 al cardenal Scipione Borghese.
En el archivo todo es secreto, nada es desconocido. Como sucede con todos los archivos de Estado, los documentos no adquieren estatus de consultables hasta que ha transcurrido el período de rigor desde que se producen los hechos. En el Vaticano se trabaja por pontificados: actualmente pueden consultarse las cartas del de Pío XI, fallecido en febrero de 1939. Sigue vedado el polémico período de Pío XII: los años de la Segunda Guerra Mundial, el Holocausto, los albores de la Guerra Fría. «Estamos estudiando esos documentos; en estos momentos vamos por 1948-1949. Harán falta por lo menos tres años para terminar el trabajo. Hay que tener paciencia», insiste el prefecto. Algunos documentos, útiles por ejemplo para localizar personas dispersas o refugiadas en el seno de la Iglesia, ya se han desclasificado. Más recientemente, Pablo VI quiso que todas las actas del Concilio Vaticano II (1962-1965) se publica­sen de inmediato.



Pero, ¿cómo trabaja un archivero? Giuseppe Lo Bianco, por poner un ejemplo, está ordenando los despachos enviados por la nunciatura de Varsovia entre los años 1921 y 1939. Su gabinete, situado en la segunda planta «noble» del Archivo, uno de los más antiguos del edificio, consta de un sencillo escritorio rodeado de armarios de madera del siglo xvii, cada uno rotulado con su etiqueta identificativa: «España», «Portugal», «Malta», «Lucerna», «Polonia»… Contienen la co­­rrespondencia entre la Santa Sede y sus nuncios.
En los legajos que hay sobre la mesa, una palabra se repite con insistencia: «Rusia». «Se refiere a la época inmediatamente posterior a la revolución bolchevique, a las persecuciones contra obispos y religiosos –explica Lo Bianco–. He en­­contrado muchos expedientes relativos a eclesiásticos encarcelados y condenados a muerte.» Cuando concluya la investigación, todos esos documentos podrán prestarse para su consulta.
Descender a los pisos inferiores del Archivo es casi un viaje a través del tiempo que acaba de­­teniéndose una vez más en los tristemente célebres templarios. Aquí no falta información sobre los caballeros más misteriosos de la historia.
Alessandro Rubechini y Maurizio Vinelli son dos expertos restauradores. Uno manipula con delicadeza el extremo de un enorme rollo de pergamino mientras el otro acerca una lámpara de luz ultravioleta que hace resaltar la tinta desvaída por el tiempo y perdida tras mohos seculares. Se trata de una pieza única en el mundo: las actas del proceso contra los caballeros de la Orden del Temple, celebrado entre 1308 y 1310 bajo el papado de Clemente V. Una sucesión de 80 pergaminos cosidos entre sí para formar un cuerpo único de 56 metros de longitud.
El objetivo principal de los restauradores era poner coto a las bacterias que estaban creando una pátina violácea en la superficie de los pergaminos. Pero los técnicos también aprovecharon la ocasión para verificar el estado de los parches aplicados en los puntos donde había agujeros. «Hace 50 años nuestros predecesores usaron un tipo de pergamino incompatible con el original por tipología y grosor, lo que ha creado tensiones en el documento que podrían traducirse en roturas», explica Vinelli. El rollo, por lo tanto, está sometido a una vigilancia especial.
Detrás de una puerta se abre el gran laboratorio de Luca Becchetti, especialista en sigilografía, la ciencia de los sellos. Trabaja en completa soledad, sin colegas ni colaboradores. Heredó esta pasión de su padre, también experto en la materia. Sobre dos mesas el erudito ha extendido decenas de sellos de cera, de plomo y de papel para estudiarlos y compararlos. Al terminar introducirá los detalles en la base de datos de su ordenador, que contiene ya cerca de 10.000 registros. Meticuloso, retira minúsculas impurezas de los yelmos, gualdrapas y caballos grabados en los sellos.
«Los más delicados son los sellos de cera virgen, porque tienden a deshidratarse y desmenuzarse –explica–. Los de plomo, conservados durante años en estuches de madera o en cartones, sufren otro proceso de degradación llamado carbonatación, que conduce a su lenta desintegración. Mi misión es diagnosticar el problema y resolverlo, sin intervenir en la iconografía.»
Entre los «descubrimientos» más recientes de Bechetti, una orden de pago cursada por el papa Paulo III Farnesio en favor de Benvenuto Cellini, el orfebre más importante del siglo xvi, por confeccionar el molde de su sello pontificio («pro manifactura plumbi apostolici»). Una pequeña anécdota histórica que confirma que ni siquiera los grandes maestros hacían ascos a aventurarse en el arte de los sellos.
Uno de los lugares más protegidos del Archivo es la cámara acorazada subterránea que custodia los sellos de oro remitidos al Vaticano por soberanos de toda Europa. «Son unos ejemplares únicos, todos ellos repujados», prosigue el restaurador, mientras extrae de un estuche un pergamino del 1 de octubre de 1555 del que pende el emblema del rey de España Felipe II. Un sello de ochocientos gramos de peso, más de once centímetros de diámetro y siete de grosor. «Se manufacturó con el oro robado a los incas por Francisco Pizarro.»
Bechetti es capaz de identificar los sellos con una facilidad pasmosa y de distinguir si los documentos son auténticos o falsos. Su especialidad tiene escasos seguidores: «En Italia, únicamente se enseña en tres o cuatro universidades». Al margen, claro está, del Vaticano. «Fue el papa León XIII quien abrió el Archivo Secreto a los investigadores en 1881 –cuenta Carboni–, y tres años después fundó la Escuela Vaticana de Paleografía, Diplomática y Archivística. En un principio atraía predominantemente personal eclesiástico, pero en la actualidad los estudiantes son en su gran mayoría seglares.»
En la asignatura anual de iniciación a la archivística se matriculan todos los años 72 alumnos divididos en dos clases. Casi todos son mujeres. Para acceder se exige una licenciatura en cualquier disciplina y una carta de presentación de un docente universitario o de un prelado. El aula en la que se imparten las clases cuenta con puestos informáticos en los cuales los alumnos comienzan a familiarizarse con los documentos antiguos. «Al principio se asustan –comenta Carboni–. En la primera clase se les pone delante un texto en lengua vulgar. Con el tiempo comprenden que aquí tienen la oportunidad de practicar con documentos que no encontrarán en ningún otro archivo del mundo. Créame, de aquí salen todos sabiendo leer perfectamente…»
Todos los años se propone a los 15 mejores alumnos del curso para unas prácticas en el Archivo Secreto. Contratar personal nuevo en estos momentos es imposible a causa de la crisis económica mundial, que, según afirman los responsables del Archivo, también se percibe en el Vaticano. «No podríamos pagar a nuevos em­­pleados –sostiene el prefecto–. Nuestros ingresos son mínimos: solo un poco de merchandising y algún que otro souvenir que se vende a los turistas.» Tres salas del Archivo, situadas en la primera planta noble, están abiertas al público: se accede a ellas desde el Salón Sixtino de los Museos Vaticanos. «Ingresamos algo de dinero por las tareas de digitalización o fotocopiado de los documentos que solicitan los estudiosos, pero aparte de eso el servicio que ofrecemos es totalmente gratuito.»