jueves, 26 de abril de 2012

359.- La mayor empresa del mundo utiliza España como paraíso fiscal





La mayor empresa del mundo utiliza España como paraíso fiscal

ExxonMobil Spain ganó 10.000 millones en dos años sin pagar un euro en impuestos 

El único empleado de ExxonMobil Spain seguramente estaría a favor de la idea de la canciller Angela Merkel de ligar los sueldos a los beneficios. En dos años, esta empresa, filial del gigante del petróleo ExxonMobil logró 9.907 millones de beneficio neto. En realidad, en este caso sobra lo de neto, pues la empresa no pagó ni un solo euro de impuestos por esas ganancias. La mayor empresa del mundo usa su filial española solo para ahorrar impuestos. Exxon, al igual que otras muchas multinacionales, ha encontrado en España su particular paraíso fiscal.

Lo primero que hay que dejar claro es que Exxon usa una fórmula completamente legal para ahorrar impuestos: las entidades de tenencia de valores extranjeros (ETVE). El uso de esta figura se puede calificar de ingeniería financiera, de planificación fiscal, pero no de fraude, salvo que se demuestre lo contrario (que a veces se demuestra).

ExxonMobil es la mayor empresa del mundo por valor en Bolsa y la primera por facturación, con unos ingresos de 383.221 millones de dólares (unos 280.000 millones de euros) en 2010. En España y Portugal operaba bajo su marca Esso una red de unas 130 gasolineras, que vendió a la portuguesa Galp en 2008. Pero además Exxon tiene en España otra sociedad discreta, alejada de los focos, que mueve cifras multimillonarias.

Las cuentas consolidadas de ExxonMobil Spain de 2009, recién depositadas en el Registro Mercantil, muestran que cerró ese año con un resultado de 5.333 millones, frente a los 4.573 millones de 2008. Ni en un ejercicio ni en otro pagó impuesto de sociedades. Al revés, en 2009 generó una base imponible negativa de 1,5 millones, con el consiguiente crédito fiscal.

Exxon es una de las multinacionales que se vieron atraídas por la creación en España, a mediados de los años noventa, de un régimen de sociedad holding con una tributación privilegiada. La justificación de este tipo de sociedades es impedir la doble tributación internacional. Es decir, que los beneficios que genera la empresa en una filial en un país no paguen impuestos dos veces, primero en el de la filial y luego en el de la matriz. Pero las empresas y los asesores fiscales son capaces de utilizar los resquicios que el sistema ofrece tanto en paraísos fiscales como en jurisdicciones respetables para lograr lo contrario: que apenas pague impuestos ni en el país de origen ni en el de destino del dinero.
El régimen español es muy favorable y al tiempo está bien visto gracias a algunas cautelas (como que las filiales de la ETVE no estén en paraísos fiscales, salvo que sean de la UE). En la práctica, esas cautelas no impiden las maniobras de ingeniería fiscal. Prácticas como el subholding (la ETVE es accionista de otro holding que a su vez posee filiales en paraísos fiscales) o la subcapitalización (la española paga fuertes intereses por sus inversiones que se apunta como gastos deducibles que restan impuestos a otras firmas del grupo) ha provocado que, según la propia Agencia Tributaria, la figura se haya convertido en un foco de alto riesgo de fraude.

El de ExxonMobil Spain es solo un ejemplo de cómo hacer pasar fugazmente el dinero por España sirve a una multinacional para ahorrar millones en impuestos. La ETVE española es accionista del holding ExxonMobil Luxembourg et Cie. Esta sociedad tiene a su vez un centenar de filiales en países de todo el mundo, incluidos holdings en Luxemburgo u Holanda, sociedades en paraísos fiscales como las Bahamas o Martinica, o filiales operativas en Australia, Alemania, Francia o Italia, por citar algunos.

Durante 2009, ExxonMobil Luxembourg pagó a ExxonMobil Spain un dividendo de 3.650,9 millones. En virtud de la denominada directiva matriz-filial, "dichas rentas no fueron sometidas a retención en el extranjero", indica la empresa, y en España quedaron "fiscalmente exentas por aplicación del régimen de entidades de tenencia de valores extranjeros". A su vez, ExxonMobil Spain pagó a su matriz en Estados Unidos dividendos por 2.265 millones que, en aplicación del régimen de las ETVE quedaron exentos de tributación y retención. Además, la ETVE efectuó una devolución de prima de emisión a su matriz en EE UU por 1.384 millones, también exenta. El dinero llegó de Luxemburgo a Estados Unidos sin tributar gracias a su paso por España.

Como todas las petroleras, ExxonMobil está sometida a una fuerte tributación en los países donde extrae crudo. Sus cuentas de 2010 muestran que la tasa fiscal fue de más del 40% de sus beneficios (hay países que cargan hasta con un 90% la producción de petróleo). Pero si se baja al detalle, en otras actividades la cosa cambia. En refino y comercialización, ExxonMobil paga impuestos por el 31,8% de sus beneficios en EE UU mientras que logra rebajar la factura al 16,6% en el exterior. Y en el negocio químico logra que los impuestos para su beneficio en el exterior sean del 12,2%, frente al 23,3% en EE UU.
No es un caso extremo. Google usa estructuras fiscales en Holanda, Irlanda y paraísos fiscales para tributar solo por un 2,4% de sus beneficios de fuera de Estados Unidos, según Bloomberg, que afirmaba que Facebook prepara una estructura similar. La Administración de Obama cree necesario atajar el uso de deducciones y paraísos fiscales y el secretario del Tesoro, Timothy Geithner, acaba de iniciar consultas con las compañías para reformar el impuesto sobre sociedades. Uno de los primeros en visitarle fue un vicepresidente de ExxonMobil.

En España, multinacionales como Vodafone, Hewlett Packard, American Express, General Mills o Eli Lilly han utilizado las ETVE para canalizar sus participaciones en empresas extranjeras. Algunas de estas sociedades tienen un solo empleado. El de ExxonMobile Spain cobró en 2009 44.000 euros. No parece mucho para una empresa que ganó 5.333 millones.

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358.- EE.UU., el paraíso fiscal de los millonarios


EE.UU., el paraíso fiscal de los millonarios

William Márquez
BBC Mundo



En Estados Unidos los ricos y las grandes corporaciones pagan menos en impuestos que un ciudadano común y corriente.

Ese es el mensaje que el presidente Barack Obama trató de enviar al Congreso con su propuesta de ley Buffett -rechazada en el Senado- y llamada así por el multimillonario inversionista que cuestionó un sistema en el que el salario de su secretaria es gravado a tasas superiores que toda su fortuna.

No solo los ricos y corporaciones tienen el beneficio de este trato preferencial sino que a través de procesos complejos de contabilidad y reclasificación de sus ingresos pueden terminar pagando cero impuestos al gobierno federal por sus ganancias.

Este manejo está a disposición de una élite reducida: el 75% de los beneficios impositivos recae sobre el 1% de la población, coinciden los expertos. El ciudadano de medianos a bajos recursos tiene muy pocas oportunidades para hacer que los números sumen a su favor.

Sueldo vs. dividendos
Seamos claros, sin embargo. En Estados Unidos todo el mundo paga impuestos de una u otra manera. Hay unos que, si sus ingresos son menores a US$20.000 anuales, no pagan impuestos al gobierno federal pero son sujetos a una retención en la fuente para programas de asistencia social. También hay impuestos estatales y municipales, impuestos prediales e impuesto a las ventas.

Todos pagan alguna combinación de los anteriores pero la mayoría paga los impuestos federales, que es el recaudo que va al gobierno central y que es objeto de los debates más acalorados entre el ejecutivo y los legisladores a lo largo de líneas partidistas.

El sistema de impuestos federales es el más progresivo de todos o, sea, la tasa gravable incrementa a medida que suben los ingresos del individuo, la familia o la corporación. En años recientes, sin embargo, una serie de reformas al código fiscal iniciadas en 1986 por el entonces presidente Ronald Reagan y ajustadas consecutivamente por George Bush, Bill Clinton y George W. Bush, resultaron en una canasta de oportunidades para los más adinerados.

"La manera más fácil para los ricos de reducir sus responsabilidades fiscales es reclasificando su renta de ingresos percibidos por trabajo o salario a ingresos percibidos por intereses o plusvalía", dijo a BBC Mundo Andrew Fieldhouse, analista en temas de presupuesto federal del Instituto de Política Económica en Washington.

Las reformas fiscales redujeron las tasas que rigen los dividendos y la plusvalía de la riqueza a niveles muy favorables de 15%, comparados al nivel tope de 35% que se impone al ingreso por trabajo.

La mayoría de la renta por dividendos es legítima, señala Fieldhouse, pero los ricos tienen esa habilidad de reclasificar su salario y presentarlo como intereses. Eso quedó en evidencia con la declaración de impuestos que publicó Mitt Romney en su trabajo para la empresa de inversiones Bain Capital cuando se amparó de la fisura legal para reclamar su salario en forma de inversión en acciones de la compañía.

Gastos y donaciones
Una segunda preferencia para los adinerados está en la llamada "exclusión de intereses de bonos municipales". Los gobiernos estatales y locales financian sus proyectos públicos mediante la emisión de bonos cuyos intereses el gobierno federal permite que no se graven.

Eso ayuda a los estados y municipios pues reduce el costo del crédito y sirve de incentivo para que los inversionistas compren los bonos pero, al fin de cuentas, los verdaderos beneficiados son los ricos, indica Andrew Fieldhouse.

"La mayoría de la gente no tiene cómo comprar bonos municipales pero si un millonario invirtiera todo su dinero en esos bonos no tendría que pagar un centavo de impuestos por sus ganancias".

Y hay otros beneficios para los muy ricos que tienden a ser desproporcionados y con resultados aberrantes, añade el experto en impuestos.

Se trata de gastos deducibles, que pueden estar representados en intereses hipotecarios que haya pagado en contribuyente o en donaciones que haya hecho.

En el primer caso, el gobierno federal da créditos por los intereses anuales que se pagan por el préstamo hasta por un millón de dólares para comprar una vivienda. El crédito beneficia a los adinerados pues sube de acuerdo a la tasa de impuestos que le corresponde al contribuyente: si es rico y su nivel fiscal es del 35%, el gobierno le devuelve 35 centavos de cada dólar que pagó en intereses, si es de ingresos menores y su nivel es de 28%, el gobierno sólo reembolsa 28 centavos.

Los cosas no paran ahí. Como la definición de lo que es una vivienda es tan vaga, ese reembolso puede aplicarse a casas de veraneo o, inclusive, a un barco.

"Un magnate puede comprar un yate de diez millones, deber un millón sobre éste, y el gobierno le pagará 35 centavos de cada dólar que paga en intereses sobre ese préstamo", recalcó Fieldhouse.

Esta ayuda desproporcionada también sucede con las donaciones que los ricos suelen hacer a sus causas más allegadas y no necesariamente para el bien público, con tal de que sean organizaciones sin ánimo de lucro como la Asociación Nacional del Rifle.

Generalmente individuos y familias de recursos medios, que pagan hipotecas modestas y de vez en cuando hacen donaciones a sus iglesias, solo toman las deducciones estándar en sus declaraciones de renta, así que no reciben ningún crédito por gastos deducibles.

Más allá de la tumba
El sistema asegura que la desigualdad continúe generación tras generación. El precio de compra de un bien es su valor base. Sobre éste se mide su apreciación cuando el bien se vende y esa diferencia es la plusvalía.

Pues, bien, cuando alguien muere y pasa en herencia ese bien, el precio base se restablece, lo que llaman "incremento de la base". Una persona rica puede tener un portafolio de acciones que le costó US$1 millón que, ahora, cuesta US$1.000 millones y cuando lo reciben sus herederos esa última cifra es la que se convierte en la base sin que haya plusvalía.

"Mientras un rico esté dispuesto a no percibir las ganancias de un bien, puede pasar enormes sumas de dinero a sus herederos sin pagar impuestos. Toda responsabilidad fiscal queda blanqueada", afirmó Andrew Fieldhouse.

Los ahorros fiscales son más exorbitantes cuando se trata de compañías. Los impuestos para las grandes corporaciones existen, pero también una "plétora de créditos que se tejieron dentro de las reformas del código", asegura el experto en impuestos, así como innumerables fisuras en la ley que pueden usar.

Es por eso que las grandes corporaciones tiene inmensas divisiones de contabilidad en las cuales invierten mucho dinero para buscar esas fisuras y jugar con el factor tiempo de cuándo mueven capital y cuándo lo declaran.

"Son herramientas que no están a disposición de las empresas pequeñas y medianas pero que representan muy buenos beneficios para quienes puedan invertir en el esfuerzo", dijo a BBC Mundo Fieldhouse.

Asueto impositivo

Algunas empresas que pagaron cero o menos impuestos entre 2008-2010
General Electric: (-)US$4.737 millones
Verizon Communications: (-)US$951 millones
Wells Fargo: (-)US$681 millones
Boeing: (-)US$178 millones
DuPont: (-)US$72 millones
Mattel: (-)US$9 millones
Corning: (-)US$4 millones
(Fuente: Ciudadanos para la Justicia Impositiva, CTJ)

La organización Ciudadanos por la Justicia Impositiva (CTJ, por sus siglas en inglés) publicó un estudio que revela que 78 de las 280 principales grandes empresas en Estados Unidos no pagaron impuesto alguno durante por lo menos un año, entre 2008 y 2010.

General Electric, por ejemplo, una empresa que registró más de mil millones en ganancias, registró una tasa de impuestos negativa en 2010. Eso quiere decir que el gobierno terminó debiéndoles dinero.

Muchas de estas empresas son multinacionales y el gobierno no les exige la repatriación automática de capitales en el exterior. Las compañías lo hacen de forma voluntaria y, cuando eso sucede, se gravan los capitales.

Sin embargo, las corporaciones tienden a "parquear" esos dineros en el exterior esperando amnistías o asuetos impositivos, como sucedió una vez bajo el presidente George Bush, padre, que redujo el gravamen de 35% a 5,25%.

Según Andrew Fieldhouse, ese capital no generó producción ni empleo, sino se fue a pagar dividendos para los accionistas o reinversión en más acciones.

No se sabe aún si el gobierno declarará otro asueto impositivo para los capitales en el exterior, pero las corporaciones están ocupadas haciendo lobby y presión en los corredores del Congreso para que se de la amnistía.

Mucha de la política fiscal en Estados Unidos no es permanente, son códigos que se cambian anualmente y es por eso que los lobbistas están activos y los grupos de presión, como la Cámara de Comercio de EE.UU., invierten cuantiosas sumas abogando por sus intereses.

Un refrán muy común dice que los impuestos, como la muerte, son inevitables. No obstante, concluye Andrew Fieldhouse, "es fácil para una corporación escaparse del Tío Sam y mucho más difícil para un individuo". Pero si el individuo es rico, son muchas ventajas las que tiene.

http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2012/04/120417_eeuu_impuestos_ricos_corporaciones_wbm.shtml?print=1

357.- El estado neoliberal




El estado neoliberal

María Vacas Sentís
Rebelión


El vaciamiento de la soberanía de los Estados y el desmantelamiento del Estado de Bienestar van aparejados al deterioro de su tejido administrativo. En el Renacimiento, para garantizar la preeminencia de unos señores feudales sobre otros, surge el primer embrión de estructura de Estado, con un ejército profesionalizado, más estable que las mesnadas feudales, que requería un cuerpo de funcionarios que recaudara ingresos para su sostenimiento. Administración y Estado nacen, pues, a la par. Tras las revoluciones liberales se despersonaliza el poder, se consagran los derechos individuales, y se somete el Estado al Derecho. Pero es en el siglo XX, con el Estado del Bienestar, cuando se generaliza la intervención de los poderes públicos para garantizar el disfrute ciudadano de derechos sociales, extendiendo a toda la población la sanidad, la educación o la protección social. Crecen los servicios, y crece la estructura pública.

Hoy, asistimos en Europa al gradual despojamiento de derechos que creíamos consolidados, y al consentido deterioro de los servicios públicos, en un proceso que guarda relación con la pérdida de soberanía de los Estados, que no se han visto sustituidos por verdaderas estructuras políticas superiores con la globalización. El Estado va perdiendo su dimensión social, y se va convirtiendo en un mero aparato represor, como en los antiguos Estados liberales; de ahí su denominación de neoliberal; aunque ejecutor y descaradamente intervencionista, al servicio ahora de entes supranacionales y poderes económicos desdibujados, no elegidos democráticamente. Y si lo político y lo administrativo son interdependientes. Y si la política ya no la dictan los gobiernos y parlamentos legítimamente constituidos, también la administración llega a carecer de sentido. La pérdida de soberanía de los Estados hace que todo lo público se convierta en una piedra en el camino para la extensión del poder económico a ámbitos anteriormente fuera de su alcance.

En el libro “Hay alternativas”, varios economistas proponen como vía reforzar el gobierno europeo, construir más Europa, ya que la Zona Euro necesita un verdadero Estado, una estructura política superior que cimente sus piezas, y que intervenga cuando una de ellas tiene problemas, comparando el presupuesto federal estadounidense (30% del PIB) con el europeo (1 %). Pasar, en definitiva –añado yo-, de ser confederación débil e inestable a constituirse como potente federación. Estos autores demandan un sistema fiscal europeo unificado y progresivo, al servicio del equilibrio interterritorial, que garantice demanda interna suficiente para sostener el Estado del Bienestar, ante el riesgo de la ruptura de la Zona euro. Este sistema fiscal –continúan-, permitiría la emisión de eurobonos o títulos de deuda pública europeos en mejores condiciones, evitando que los Estados soberanos queden en manos de  especuladores a la hora de financiar sus deudas, como sucede ahora. Y consideran que el Banco Central Europeo debería tener bajo su responsabilidad el estímulo de la actividad económica, y prestar directamente a los Estados dinero a bajo interés, y no funcionar como un mero lobby de bancos. Propuestas para evitar el sangrante despojamiento del Estado del Bienestar y su suicida sustitución por el Estado neoliberal hay muchas. Lo que falta por ahora es libertad, interés, sensatez o humildad para secundarlas.  

356.- LA LEYENDA DEL JABON JUDÍO






LA LEYENDA DEL JABON JUDÍO

Mark Weber

Una de las demandas del Holocausto más pavorosas y calumniosas es el cuento de que los alemanes fabricaron jabón de los cuerpos de sus víctimas. Aunque se expuso como una broma un cargo similar durante la Primera Guerra Mundial, casi inmediatamente después, se reavivó, no obstante, y se creyó extensamente durante la Segunda. Más importante, esta acusación se “probó” en el Juicio Principal de Nuremberg de 1945-1946, y se ha confirmado autoritariamente por numerosos historiadores desde hace décadas. En años recientes, aunque como parte de una amplia retirada de los aspectos obviamente más insostenibles del “ortodoxo” cuento del exterminio, historiadores del Holocausto han concedido de mala gana que el cuento del jabón humano es una propaganda de los tiempos de guerra. En su retirada, sin embargo, estos historiadores han tratado de despedir el cuento del jabón como un mero “rumor” de tiempos de guerra, evitando mencionar que organizaciones judías internacionales y los entonces gobiernos Aliados aceptaron y sancionaron esta calumnia difamatoria.
En tiempo de guerra se rumoreaba que los alemanes fabricaban jabón de los cadáveres de Judíos muertos, lo que se basó en parte en el hecho que barras de jabón fueron distribuidas por autoridades alemanas en ghettos y en los campamentos con la impresion de las iniciales “RIF”, que muchos aficionados de representan “Rein juedisches FetY’ o “Grasa Judía Pura” (no pareció importarles que las letras eran “RIF” y no “RJF”). Estos rumores se difundieron extensamente en 1941 y 1942, y por eso, alrededor de 1942 las
autoridades alemanas en Polonia y Eslovaquia expresaban preocupación oficial acerca del impacto de la noticia.
Según una fuente polaca citada durante la guerra en un Informe Confidencial de Inteligencia Militar del Ejército de U.S., los alemanes operaban una “fábrica jabón del humano” en 1941, en Turek, Polonia. “Los alemanes habían llevado miles de maestros polacos, sacerdotes y judíos hasta allí y, después de extraer el suero de la sangre de sus cuerpos, los habían tirado en grandes ollas y fundido la grasa para hacer jabón”, agrega el informe de la inteligencia. Macabros chistes del “jabón Judío” llegaron a ser populares en los ghettos y campamentos, y muchos no judíos de afuera vinieron a creer el cuento.

Cuando trenes cargados con judíos deportados se detenía temporalmente en las estaciones de la ruta, reportes de los polacos dicen que les gritaban alegremente: “¡Judíos para jabón!”. Igualmente, prisioneros de guerra británicos que se internaron en Auschwitz en 1944, testificaron más tarde que durante la guerra se rumorea de que se llegaban a hacer jabón con los cadáveres de las víctimas allí gaseadas.
A pesar de su inherente carácter no creíble, el cuento del jabón llegó a ser un rasgo importante de propaganda de la guerra Judía y Aliada. El Rabí Stephen S. alise, que durante la guerra encabeza el Congreso Mundial Judío y el Congreso Americano Judío, públicamente declaró en noviembre de 1942 que los cadáveres de judíos eran “procesados en artículos de guerra tales como jabón, grasa y fertilizante” por los alemanes. Más tarde, anunció que los alemanes estaban “exhumanado igualmente a los muertos por el valor de los cadáveres”, y pagaban cincuenta marcos por cada cuerpo.

A fines de 1942, durante la semana del Congreso, el Congreso Judío Americano publicó editoriales diciendo que los alemanes convertían a los Judíos “por métodos científicos de disolución en fertilizante, jabón y cola”. Un artículo en la misma emisión informó también que deportados judíos de Francia y Holanda eran procesados en “jabón, cola y aceite para trenes” en por lo menos dos fábricas especiales de Alemania. Típico de muchas otras
publicaciones periódicas americanas, el influyente New Republic informó a principios de 1943 que los alemanes estaban “usando los cuerpos de sus víctimas Judías hacer jabón y fertilizante en una fábrica de Siedlce.”

Durante junio y julio de 1943, dos representantes prominentes del “Comité Judaico Antifascista”, con sede en Moscú, recorrió los Estados Unidos y reunió más de dos millones de dólares para la fuerza soviética de reuniones en una serie de reuniones en masa. En cada una de estas reuniones, el jefe judío-soviético Solomon Mikhoels mostró a la muchedumbre una barra de jabón que dijo hecha de cadáveres Judíos. Después de la guerra, al cuento del jabón se le dio una importante legitimidad en el Juicio de Nuremberg.
L. N. Smirnov, Principal Consultor de Justicia por la USSR, declaró en el Tribunal:

“…La misma base que racionalizó en las mentes de los SS técnicas que crearon las cámaras del gas y el carro de carga para asesinatos, empezó a inventar tales métodos de aniquilación completa de cuerpos humanos, que no sólo harían ocultar los rastros de sus crimenes, sino que también servían en la industria de productos seguros. En el Instituto Anatómico de Danzig, experimentos semiindustriales sobre la producción de jabón de cuerpos humanos se llevaron a cabo, así como el curte de piel humana para propósitos industriales”.
Smimov citó una larga declaración jurada por Sigmund Mazur, un empleado del Instituto, la que se aceptó en Nuremberg, archivos USSR-197. Alegaba este que el Dr. Rudolf Spanner, jefe del Instituto de Danzig había ordenado la producción de jabón de cadáveres en 1943. Según la declaración jurada de Mazur, las funciones del Dr. Spanner eran de
interés del alta clasificación jerárquica para los oficiales alemanes. El Ministro de Educación, Bernhard Rust, y el Jefe de Salud, Dr. Leonard Conti, así como profesores de otros institutos médicos, dieron testimonio en favor de Spanner. Mazur también alegó haber usado el “jabón humano” para lavarse a sí mismo y para lavar ropa.

Una “receta” del jabón del humano, según se alega haber preparado el Dr. Spanner (Documento de Nuremberg USSR-196), fue presentada también. Finalmente, una muestra de lo que supuestamente era un pedazo de “jabón humano” se presentó en el Tribunal de Nuremberg como exhibición USSR-393. Al cierre del Tribunal, el fiscal jefe británico, Sir Hartley Shawcross, replicó a su colega soviético: “En la ocasión, igual se usó jabón los cuerpos de sus víctimas por la escasez de los tiempos de guerra”. Y en su juicio conclusivo, el Tribunal de Nuremberg decidió que “intentos se hicieron para utilizar la grasa de los cuerpos de las víctimas en la fabricación comercial de jabón.”

Vale hacer notar que aquí, de la “evidencia” presentada en el Tribunal de Nuremberg por el cuento del jabón ficticio, ninguna era menos substancial que el “evidencia” presentada por las demandas de exterminio en masa en las “cámaras de gas”. Por lo menos en el caso anterior, una muestra real de jabón supuestamente hecho de cadáveres se sometió en la evidencia.

Después de la guerra, supuestas víctimas del Holocausto fueron solemnemente enterradas, en la forma de barras del jabón, en cementerios Judíos. En 1948 por ejemplo, cuatro barras como aquellas se envolvieron en una mortaja de entierro ceremonial y, según ritual religioso judío, se les sepultó en el cementerio de Haifa, en Israel. Otras barras de “jabón Judío” se ha exhibido como áusteras reliquias del Holocausto en el Instituto Histórico Judío de Warsaw, el Museo Stutthof de Gdansk (Danzig), el Instituto Yivo de New York, el Museo del Holocausto en Filadeltle, el centro del Holocausto Judío en Melbourne (Australia), y en varias localidades de Israel

Numerosos judíos que vivieron en ghettos y campaos alemanes durante la guerra ayudaron a mantener el cuento del jabón vivo por muchos años después. Ben Edelbaum, por ejemplo, escribió en su Memoria Sobre el Holocausto, de 1980:

“A menudo, con nuestras raciones en los ghettos, los alemanes habían incluido una barra de jabón marcada con hierro con Iniciales R.J.F, que vino a conocerse como jabón “RIF”. No sería hasta que la guerra había acabado que supimos la terrible verdad sobre la barra de jabón. Nosotros sabíamos en el ghetto que por cada barra de jabón “RIF” se había acordado un entierro judío sagrado en el cementerio de Marysin. Cuando esto ocurría, éramos completamente ignorantes de su origen y que usábamos los huesos y la carne de nuestros seres queridos asesinados al lavar nuestros cuerpos.”
Nesse Godin fue transferido de un ghetto judío en Lituania al Campo de Concentración de Stutthof en la primavera de 1944. En una entrevista de 19i83, habló de su llegada allí:

“Ese día nos dieron una ducha y un pedazo de jabón. Después de la guerra nos enteramos que el jabón se hizo de Pura Grasa de Judío, Rienda Juden Fett, marcado en las Iniciales en el jabón con el que me lavé. Por todo esto, a veces creo que ha de haber un poco de la grasa de ml padre en que jabón con el que me lavé. ¿Cómo piensa que me pongo cuando pienso eso?”
Mel Mermelstein, el preso de Auschwitz que con anterioridad había aparecido en abril de 1991 en la sensacionalista película del televisión por cable “Never Forget” (y quien demandó al Instituto de Revisión Histórica y a otros tres demandados por U$11 millones), declaró en un 1981 bajo juramento que él y otros presos del campamento usaron barras del jabón hecho grasa humana. Era un “hecho establecido”, insistió, que el jabón con el que lavó con se hizo de cuerpos Judíos.

El renombrado “Cazanazis” Simon Wiesenthal repitió el cuento del jabón en una serie de artículos publicados en 1946 en el periodico austríaco de la comunidad judía Der Neue Weg. En el primero de estos escribió:

“Durante las últimas semanas de marzo el Romanlan Press informó una extraña nota de noticias: En la pequeña ciudad romana de Foltlceni se enterraron veinte cajas de jabón en el cementerio Judío con ceremonia y ritos del entierro completos. Se había hallado este jabón recientemente en un depósito del anterior ejército alemán. En las cajas estaban las iniciales RIF, “Pura Grasa Judía”, se destinaron por las Waffen-SS. La envoltura empapelada reveló con objetividad completamente cínica que este jabón se fabricó con cuerpos Judíos.

Sorprendentemente, la totalidad de los alemanes se olvidaron de describir si se produjo el jabón de niños, muchachas, hombres o personas mayores”.
Wiesenthal sigue:

“Después de 1942, personal en el Gobierno General (Polonia) sabrían bien lo que el jabón RIF significaba. El mundo civilizado no creería la alegría con que los Nazis y sus mujeres en el Gobierno General pensaban sobre este jabón. En cada pedazo de jabón veían un Judío que había sido magicamente puesto allí, y se había impedido así la aparición de un segundo Freud, Ehrlich o Einstein”.

En otro artículo observaba: “La producción de jabón de grasa humana es así increíble, y era para algunos de los que estaban en campos de concentración un hallazgo difícil de comprender.” Con el paso de los años, numerosos de los supuestamente honrados historiadores han promovido el cuento del jabón. El periodista e historiador William L. Shirer, por ejemplo, lo repitió en su best-seller, El Auge y Caída del Tercer Reich.

El principal propagandista de guerra soviético Ilya Ehrenburg, escribió en su memoria de postguerra: “he tenido en mi mano una torta de jabón estampado con la leyenda “Pura Grasa Judía”, preparado de los cadáveres de personas a quienes se habían destruido. Pero nadie necesita hablar de estas cosas: ya se han escrito cientos de libros acerca de ellos.”

Una historia normal estudiada en los libros de textos en uso en escuelas secundarias de Canadá: El Siglo XX, dice a estudiantes que los alemanes habían “hervido” los cadáveres de sus víctimas Judías “para hacer jabón”. La Anatomía del Nazismo, un librito publicado y distribuido por la “Liga Anti-Difamatoria” Sionista de la B’nai B’rith, declaró: “El proceso de
brutalización no acabó con los asesinatos en masa. Se fabricaron enormes cantidades de jabón de los cadáveres de esos asesinados”.
En 1981, un detallado trabajo trabajo, Los Campos de la Muerte de Hitler, repitió el cuento del jabón con detalle pavoroso. Mientras nota que “unos historiadores alegan que la fábrica nazi de jabón de grasa humana es sólo un rumor austero”, el autor, Konnilyn Feig, no obstante, acepta el cuento porque “más Escuelas de la Europa del Este… aceptan las historias del jabón, y otros tipos de barras hechas de humanos se encuentran en Europa
Oríental-he visto muchas en estos años.”

El Rabí de New York rabí Arthur Schneier repitió el cuento a la ceremonia de apertura de la reunión del Holocausto más grande de la historia. En su invocación a la “Recolección Americana de Sobrevivientes del Holocausto Judío”, que tuvo lugar en Washington en Abril de 1983, el Rabí declaró solemnemente: “recordamos las barras de jabón con los iniciales RJF -Reind Jüdisches Fett, Pura Grasa Judía-hecha de los cuerpos de nuestros seres queridos”.

A pesar de todo llega a parecer una evidencia impresionante, el cargo de que los alemanes fabricaron jabón de seres humanos es una falsedad, como los historiadores del Holocausto ahora lo reconoces [belatedly]. La barra de jabón “RIF”, con iniciales que supuestamente significan “Pura Grasa Judía” realmente indicaban nada más siniestro que “Centro de Provisión del Reich de Grasa Industrial” (“Reichsstelle für Industrielle Fettversorgung”),
una agencia alemana responsable de la producción y distribución de jabón y productos de lavado durante la guerra. El jabón RIF era un sustituto de pobre calidad, que no contuvo nada de grasa, ni humano ni de otro origen.

Poco después de la guerra, la oficina de la fiscal público de Flensburg, Alemanía, empezó procedimientos legales contra Dr. Rudolf Spanner por su alegado papel en la producción de jabón humano en el Instituto de Danzig. Pero después de una investigación, se dejó caer el cargo calladamente. En una carta de enero de 1968, la oficina declaró ese su interrogatorio había determinado que en el Intitulo de Danzig, durante la guerra, nunca se hizo jabón de cadáveres humanos.

Más recientemente, historiador Judío Walter Laqueur “negó historia establecida” al reconocer en su libro del 980, El Secreto Terrible, que el cuento del jabón humano no tiene ninguna base en la realidad. Gitt Sereny, otro historiador Judío, escribe en su libro En Esa Oscuridad: “El universalmente aceptado cuento de que se usaron cadáveres para hacer
jabón y fertilizante es finalmente refutada por la muy fiable Autoridad Central de Ludwigsburg para la Investigación de los crimenes nazis”. Deborah Lipstadt una profesora de historia moderna Judía, semejantemente “volvió a escribir historia” cuando confirmó en 1981: “Es un hecho que los Nazis nunca usaron los cuerpos de Judíos, y el de ningún otro, para la producción de jabón.”

En Abril de 1990, el profesor Yehuda Bauer de la Universidad Hebrea de Israel, observó como uno de los principales historiadores del Holocausto, tan conocido como Shmuel Krakowski, director de los archivos del Centro del Holocausto Yad Vashem, de Israel, asegurando que el cuento del jabón del humano no es verdadero. Presos de los campos fueron preparados para creer cualquier cuento de horror acerca de sus persecutores”, dijo Bauer. Al mismo tiempo, sin embargo, él tenía el chutzpah para censurar la leyenda de “los Nazis.”

De hecho, reproche por el cuento del jabón queda más bien con individuos como Simon Wiesenthal y Stephen Wise, organizaciones como el Congreso Mundial Judaico, y los victoriosos Poderes Aliados, ninguno de los cuales se ha disculpado alguna vez por promover esta vil falsedad.

¿Qué cosa haría que Bauer y Krakowski decidieran que es éste el tiempo apropiado para abandonar oficialmente el cuento del jabón?. Krakowskí mismo da indirectas de que una gran parte de la motivación por esta “retirada táctica” ha estado en preservar las mentiras sobre un Holocausto que se hunde, enviando a tirar por la borda las falsedades más evidentes. Ante el creciente desafío Revisionista, las más falsedades más fácil de
comprobar como tales, como las historias del jabón, han llegado a ser puntos peligrosos porque levantan dudas acerca de la totalidad de la leyenda del Holocausto. Como Krakowsb lo estableció: “Los historiadores han concluido que ese jabón no se hizo de grasa humana. Mientras muchas personas niegan que el Holocausto alguna vez ocurrió, ¿por qué darles entonces algo para usar en contra de la verdad?.”

La mala fe de los fabricantes de ésta calculada y tardía concesión es mostrada por su fracaso al notar que el mito del jabón era autoritariamente “confirmado” en Nuremberg, y por su falta de disposición para tratar las implicaciones de esa confirmación para la credibilidad del Tribunal y de otras autoridades supuestamente fidedignas para establecer otros aspectos más fundamentales del cuento del Holocausto.

El contraste llamativo entre el sugerida repudio de la postguerra por el gobierno británico del infame fraude del “jabón humano” de la Primera Guerra Mundial, y la manera en que un cuento semejante de la propaganda, en la Segunda Guerra Mundial, se validó oficialmente sin base por los victoriosos Poderes Aliados, y entonces autoritariamente se mantuvo por muchos años, no sólo demuestra la falta de integridad de parte de muchos
historiadores Occidentales, sino que destaca la declinación general de las normas éticas Occidentales durante este siglo.

El cuento del “jabón del humano” demuestra nuevamente el impacto tremendo de un rumor de tiempos bélicos, por fantástico que sea, pudiendo llegar en algún momento a tomar validez, especialmente cuando se disemina como una propaganda por individuos influyentes y organizaciones poderosas. Ese así como muchas inteligentes y reflexivas
personas alguna vez pueden haber llegado a creer seriamente que los alemanes distribuyeron devergonzadamente barras de jabón etiquetada con notas indicando que se fabricaron de cadáveres Judíos, demostrando cómo realmente ¡as fábulas del Holocausto más absurdas pueden ser- y son- aceptadas como un hecho.

ACERCA DEL AUTOR
Mark Weber es editor de The Journal of Historical Review (El Periódico de Revisión Histórica), publicado en seis ediciones anuales por el Instituto por Revisión Histórica.
Estudió historia a la Universidad de Illinois (Chicago), la Universidad de Munich, la Universidad Estatal de Portland, y la Universidad de Indiana (M.A., 1977). Por cinco días, en marzo de 1988, testificó como un reconocido testigo experto sobre la “solución final” y debates sobre el Holocausto en un caso de la Corte Distrito de Toronto. Es autor de
muchos artículos publicados, repasos y ensayos en aspectos varios de historia moderna europea. Weber ha aparecido como un huésped en numerosos programas radiales, y en el programa de televisión del sindicato de nacionalidad “Montel Williams”.
Institute For Historical Review, Post Office Box 2739, Newport Beach, California 92659, USA.

http://revisionismohistorico.ning.com/profiles/blogs/la-leyenda-del-jabon-judio




355.- INDUSTRIAS ISRAELIES CONTAMINAN TIERRAS PALESTINAS

Siguen aumentando las malformaciones de recién nacidos en Gaza mientras se encuentra metales tóxicos en el cabello de niños palestinos




INDUSTRIAS ISRAELIES CONTAMINAN TIERRAS PALESTINAS CON DESECHOS TÓXICOS Y GENERAN CÁNCER EN LA POBLACIÓN

Siguen aumentando las malformaciones de recién nacidos en Gaza mientras se encuentra metales tóxicos en el cabello de niños palestinos
Las fábricas de productos químicos de los asentamientos envenenan tierras palestinas con residuos tóxicos y exponen a los residentes a los humos cancerígenos. Los trabajadores palestinos de las fábricas son más vulnerables al cáncer debido a la ausencia de ropa de protección adecuada, la cual no es entregada por los empleadores israelíes. Informe especial de Sophie Crowe para Palestine Monitor.

Nitzanei Shalom, (brotes de la paz), es una zona industrial que se encuentra entre la ciudad cisjordana de Tulkarem y la frontera con Israel. La tierra fue expropiada por el ejército israelí en los años 80 y ella se desarrolló como un sitio para fábricas de productos químicos peligrosos, ilegales en Israel. Gesur Industries es una fábrica de tales productos, que produce plaguicidas, insecticidas y fertilizantes. Fue localizada originalmente en la ciudad israelí de Kfar Saba, hasta que un tribunal la declaró un peligro para la salud, lo que le obligó a cerrar en 1982. El propietario evitó las estrictas leyes medioambientales de Israel moviendo la fábrica a Nitzanei Shalom.

Fábricas peligrosas como éstas suelen aparecer en los asentamientos, bajo la jurisdicción de la Administración Civil israelí, donde la Autoridad Palestina no tiene ningún mandato. La ley palestina es incapaz de oponerse al desarrollo de estos sitios.

Gesur está rodeado de terrenos agrícolas, que han sido arruinados por los residuos químicos de la fábrica. Los árboles han perdido sus hojas y gran parte de la tierra ya no puede ser utilizada para la agricultura. Algunos vegetales que se venden en los mercados en los pueblos cercanos, crecen a 100 metros de la fábrica sobre la tierra envenenada.

La Dra. Kifaya Abu-El Huda de la Universidad de El Cairo ha llevado a cabo una amplia investigación sobre los efectos ambientales de las fábricas de productos químicos en la Ribera Occidental. “La cuenca occidental del área de Tulkarem y Salfid es muy importante para el resto del territorio palestino. El agua subterránea está muy cerca de la superficie por lo que es sensible a la contaminación”, dice Kifaya. Ella cree que toda el agua de los pozos de la cuenca occidental está contaminada. La contaminación del aire causa enfermedades respiratorias y infecciones en los ojos a los residentes de la zona. “Desde que Gesur llegó a Tulkarem, los niveles de cáncer han aumentado, causado por los humos tóxicos”.

La fábrica de Gesur opera durante once meses del año. En esos meses, los vientos soplan el humo hacia la Ribera Occidental, a los territorios palestinos. La fábrica cierra cuando el viento sopla hacia Israel, para garantizar que los humos tóxicos no contaminen el medio ambiente israelí.

Arafat Amro de Kav LaOved, un grupo de defensa de los derechos del trabajador, nos dijo que Sol Or, fábrica que repara botellas de gas en Nitzanei Shalom, expone a los trabajadores palestinos a peligrosas condiciones. “Los palestinos que trabajan aquí no cuentan con las máscaras especializadas necesarias para esta tarea altamente peligrosa, el empleador sólo les suministra de máscaras para la luz ordinaria. Cinco trabajadores han muerto aquí en la última década por los accidentes en los que fueron quemados por los productos químicos. Uno de los trabajadores ahora tiene cáncer “.

El protocolo normal para estas fábricas es monitorear la salud de los trabajadores con revisiones médicas cada seis meses, una práctica descuidada por los empleadores israelíes en los asentamientos. Kav LaOved aconseja a los trabajadores visitar a un médico con regularidad y mantener un registro con el fin de demostrar que el ambiente de la fábrica es el responsable del deterioro. Amro dice que muchos trabajadores ni siquiera saben que tienen cáncer hasta que es demasiado tarde. “Esta fábrica debería haberse construido lejos de la gente, no al lado de zonas residenciales”.

“Las zonas industriales se construyen en las colinas, las aguas residuales (contaminadas) fluyen hacia abajo a las aldeas palestinas en los valles. Las fábricas también queman sus desechos y los dejan en tierra agrícola palestina “, afirma Kifaya. Barkan, el mayor asentamiento industrial en la Ribera Occidental, compuesto por más de cien fábricas de productos químicos, y el asentamiento de Ariel, son devastadores para Salfit, en el norte de Cisjordania. “La una vez hermosa Salfit, en el Valle de Qana, ha sido contaminada por las fábricas”, dice Kifaya. Brukeen, uno de los pueblos de los alrededores de Salfit, sufre de los efectos contaminantes del asentamiento de Ariel, visible en los altos niveles de cáncer reportados allí.

Fathi Nasser, portavoz de la Federación General Palestina de Sindicatos, nos dijo que “unos 20km al oeste de Nablus, un asentamiento ha comenzado una descarga de desechos muy cerca de la fuente de agua para la zona de Naplusa, la cual probablemente va a contaminar”. Autoridades de Naplusa han protestado, pero en vano, las leyes ambientales de los Territorios Palestinos no son aplicables. Un tribunal declaró una fábrica productora de petróleo cerca de Naplusa peligrosos para el medio ambiente y ordenó su cierre. El dueño pudo hacer caso omiso de esta orden al estar dentro de la zona C.

Se necesita más investigación en el número de personas que caen enfermas y la severidad de la contaminación de la tierra, aunque a la Dra. Kifayale le preocupa el daño que se hará sentir con mayor intensidad en las generaciones futuras. Estas fábricas ilegales son otro ejemplo de la política paralizante de Israel en la Ribera Occidental, en este caso afectando su medio ambiente y la salud pública.

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354.- La muerte para un musulmán





La muerte para un musulmán


La muerte, para un musulmán sincero, es el signo evidente y más rotundo de la fragilidad del ser humano. El Profeta del Islam aconsejaba reflexionar sobre lo que significa la muerte, porque nos enseña lo que somos y ante Quién existimos. Huimos de ese pensamiento porque nos asoma a abismos impensables y a terrores en los que, sin embargo, hay poderosas luces. La muerte es nuestra derrota y el triunfo de Allah, de la Verdad. Todos nuestros sueños, nuestras esperanzas, y también nuestros miedos y nuestros fantasmas son nada ante la conclusión que resulta de la meditación en la muerte. Estas certezas son las que permiten al musulmán invertir todos los valores. Son la puerta hacia otra forma de medir las cosas.

El hombre occidental, que se instala en la existencia como juez y no como parte, sólo ve males y agresiones contra él en la enfermedad, la pobreza, la desgracia, la incapacidad, la calamidad, la opresión, la desesperación y la muerte. Evidentemente, son males. Eso es obvio: nos causan daño y dolor, nos confunden y atormentan, nos dejan desarmados. Y lo hacen porque son la manifestación de nuestra debilidad ante el Poder arrollador de la Verdad Creadora que constantemente nos está diciendo que Ella es la preeminente, que está más allá de nuestros deseos e ilusiones, que escapa a nuestros juicios, que, simplemente, domina. El hombre quiere exorcizar esos males que son la prueba de su fragilidad, evitando enfrentarse con su verdad en la que está la puerta hacia Allah.

La muerte en sí es el ocaso del dios humano, el derrumbamiento de su ídolo. La vida a la que nos aferramos desesperadamente es un instante efímero. No lo remediaría el que duráramos mil años ni el que nos reencarnáramos mil veces. El tiempo mismo es nada. Ante esto, cabe el pesimismo más absoluto o bien se transforma en un trampolín hacia espacios infinitos. En realidad, la inmersión en lo que significa e implica la muerte es una clave para una liberación infinita, para una vida más allá de toda angustia. Quien, convencido de su fragilidad y la de cuanto lo rodea rompe con su propia mentira y su miseria, se asoma entonces a lo eterno porque ha salido de un circulo vicioso, de la estrechez de su mundo de in autenticidades.

La eternidad a la que nos referimos no es un tiempo sin fin, no es una esperanza, no es un alivio para quienes tienen sentimientos religiosos. Es la libertad en la que se sumerge quien ha desidolatrizado su existencia con la llave eficaz de lâ ilâha illâ llâh, no hay más verdad que Allah. Eso es al-Âjira, el Universo de Allah, que nos aguarda tras la muerte. No es un espacio mítico sino la realidad con la que se encuentra el que ha abandonado a los ídolos y se ha abierto a Allah. Es, realmente, un Jardín.

La muerte es presencia de Allah, presencia contundente, que nos arranca de nosotros. La muerte es terrible porque nos aparta de lo que amamos, de todo aquello en lo que hemos cifrado nuestro ser, corta violentamente nuestras dependencias y apegos, y nos arroja a lo indeterminado, a lo inmedible, a lo impensable, donde está la Verdad. Por ello huimos de ella, la camuflamos constantemente y lamentamos cada muerte. No podemos negar lo que sentimos, no debemos condenarlo, pero sí reflexionar. ¿Qué es lo que somos? ¿Qué tememos? En el fondo tememos a Allah, presentimos a Allah, nos da pánico esa eternidad. Él es el Irrepresentable, el Irrefutable, el Uno en el que existimos, el Poder que respalda nuestra existencia, lo que nos está velado y cuya Inmensidad asusta y apabulla.

Quienes han perdido miedo a sentir miedo ante Allah entran en el Amor a Allah. Quienes no han dudado en convertir la muerte en un tema para la reflexión y el aprendizaje han franqueado la puerta y se han asomado a lo que angustia al ser humano en sus profundidades y ahí han encontrado al Majestuoso, al Bello, y el terror se ha convertido en ellos en pasión desbordada. Han trasgredido los límites y han trastocado todo, y han convertido esta vida en Jardín. La muerte, para ellos, es un tránsito hacia la plenitud. El Profeta dijo: “Morid antes de morir”, y quienes lo han hecho han perdido el miedo a la muerte.

La vida es un don dado a la nada, y la muerte es una enseñanza profunda para conocer en ese obsequio la Inmensidad en la que existimos, ofreciendo la eternidad al ser frágil que se debate entre sueños. Puesto que es un don, el musulmán tiene, por ello mismo, la posibilidad de valorar la magnificencia de ese regalo. La reflexión en la muerte no es un rechazo a la vida, al contrario, es una enseñanza rotunda para conocer su profundidad, para que deje de ser una obsesión y se convierta en un disfrute. Y el mal que nos derrota, la enfermedad que nos agobia, la muerte que se nos anuncia, la injusticia que sufrimos, no son perversidades del Destino sino retos contra los que luchar desde una sabiduría que hunde sus raíces en una contemplación distinta de la realidad. El Islam es Yihâd, es lucha, nunca es fatalismo o pesimismo. El Islam es aspiración a la verdad, a la justicia, a la eternidad, y en esas claves el musulmán realiza su plena soberanía, su condición califal, su centralidad en la existencia.

www.musulmanesandaluces.org

353.- EL INCONFESABLE SECRETO DE CARLOS V





EL INCONFESABLE SECRETO DE CARLOS V

Manuel Fernández Álvarez/Real Academia de la Historia

A su llegada a España mantuvo relaciones amorosas con Germana de Foix, su abuelastra, de las cuales nació Isabel de Castilla. La historia se guardó bajo siete llaves para evitar su uso político por los enemigos del Emperador
El 15 de octubre de 1536 moría en su palacio de Liria, Valencia, Germana de Foix, la que había sido última reina de Aragón. En su testamento, realizado pocos días antes, dejaba diversas mandas pías, como era la costumbre de la época, y varios legados a sus parientes y criados. Entre esos legados destacaba, como muy principal, un regio collar de 133 perlas gruesas, “el mejor que tenemos”, a una mujer de la cual poco o nada se sabía: Isabel de Castilla.

El regio legado se determina en el testamento de Germana en estos precisos términos: “Ittem, llegamos (sic) y dexamos aquel hilo de perlas gruessas de nuestra persona, que es el mejor que tenemos, en el qual ay Çiento y treynta (sic) tres perlas, a la sereníssima doña Ysabel, Ynfanta de Castilla, hija de la Mat. del Emperador, mi señor e hijo, y esto por el sobrado amor que tenemos a Su Alteza”.

Sabemos muy bien quién era Germana de Foix, una princesa francesa, sobrina carnal de Luis XII, que por el Tratado de Blois, firmado por el rey francés y Fernando el Católico, se había desposado con el monarca español en 1506. El encuentro tuvo lugar en Dueñas, el 15 de marzo, y las velaciones, tres días después. Germana era una joven princesa de dieciocho años y Fernando, un hombre viejo para aquellos tiempos que había cumplido ya los cincuenta y cuatro.

Diez años escasos duró aquel matrimonio de Estado. El 23 de enero de 1516, moría en Madrigalejo el Rey Católico. El último año de su vida su salud había decaído notablemente. Un ataque cardíaco, acaso una hemiplejia, lo había desfigurado, provocando este comentario en el fidedigno cronista Andrés Bernáldez, en sus Memorias del reinado de los Reyes Católicos: “El Rey estuvo muy malo, en veinte y siete de Junio en la noche, que creyeron que no amaneciera vivo, siendo hidropesía y mal de corazón. Y habiéndose caído parte de una quixada, se había parado tan feo que no parecía el de antes. Entonces ordenó su Testamento”.

El contraste entre el caduco rey y la juvenil reina debió animar a los tenorios de turno. Al menos sabemos de uno, y de los principales personajes de la Corte, Antonio Agustín, vicecanciller de la Corona de Aragón, que provocaría con sus galanteos la cólera del rey. Y de ello dejaría constancia el mismo cronista: “Estando algo mejor -Fernando-, en veinte de Julio partió para Aranda de Duero a donde viniendo de las Cortes de Monzón Antonio Agustín, su vicecanciller del reino de Aragón, lo hizo prender y poner a buen recaudo en el castillo de Simancas, por haber requerido de amores a la reina Germana. En la cual prisión estuvo mucho tiempo”. Ambos párrafos van seguidos, como si el cronista quisiera darnos a entender que la ruina física del rey traería consigo aquel galanteo de Antonio Agustín con Germana.

No es Andrés Bernáldez el único en aludir a ese lance amoroso; también lo recoge Galíndez de Carvajal, quien al comentar la prisión del vicecanciller Agustín nos dice: “E aunque le dieron otro color, verdad fue que lo mandó prender porque requirió de amores a la reina Germana” , en cita de García de Mercadal en la obra La segunda mujer del Rey Católico, Germana de Foix, última reina de Aragón.

Dos años después, en noviembre de 1517, muerto ya Fernando el Católico, se produjo el encuentro entre Carlos I y Germana en las cercanías de Valladolid. Carlos tenía entonces diecisiete años y Germana, veintinueve. No era la mujer gorda hasta la obesidad casi repugnante en que luego se convertiría, ni mucho menos una mujer entrada en años. Se trataba de una viuda joven, en la plenitud de la vida, que desde el primer momento congeniaría con aquel rey adolescente que llegaba de Flandes.

Por orden del Rey Católico

Carlos venía muy predispuesto a favor de la viuda de su abuelo, porque así se lo había pedido Fernan­do, recordándole que estaba en deuda con su me­moria, por haber dejado libremente la Corona de Aragón. Fernando el Católico, quizás en la postrera carta firmada por su mano, ordenaba a su nieto: “… vos miraréis por ella y la honraréis y acataréis… “

Y le añadiría que la reina debía vivir:
… donde pueda ser honrada y favorescida de vos y remediada en todas sus necesidades… “, como consta en mi Corpus documental de Carlos V.

Á tono con estas recomendaciones de su abuelo estuvo el comportamiento de Carlos en sus primeros contactos con Germana de Foix. Y de ese modo, cuando supo que se acercaba para reverenciarle a Valladolid, salió antes a su encuentro para tratarla con la más extrema cortesía, bien reflejada en los cronistas, tanto flamencos como castellanos.

Un encuentro, y esto es digno de tenerse en cuenta, de un príncipe adolescente de diecisiete años con una princesa francesa que había cumplido los veintinueve, de buen talle, si hemos de creer el cuadro que poseemos, de la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos, Valencia, pues su obesidad, como ya hemos señalado, sería fruto de una enfermedad posterior. Y en una corte donde casi nadie sabía el francés, estos príncipes iban a estar pronto ligados por el idioma común, que al tiempo les unía a ellos y al tiempo les aislaba de ese entorno castellano en el que se hallaban inmersos.

El rey, enamorado

Sí. Estaba la dulce lengua francesa que los unía, cuando Carlos apenas si se entendía con sus nuevos vasallos de Castilla, extremando el rey sus gentilezas. Aquí, el relato del cronista flamenco Laurent Vital, en su Primer voyage de CharlesQuint en Espag­ne, de 1517 a 1518, es muy revelador:
“Quand il -Charles- se trouva prés, il la baisa et salua, et icella Princesse voulut descendee de sa mulle, mais le Roy ne le volut souffrir… ” (Cuando estuvo -Carlos- cerca, la besó y la saludó, y la Princesa quiso descender de su mula, pero el Rey no lo quiso permitir…)

Después nos dice cómo el joven rey saludó y besó a las otras damas de Germana, entre las que las había muy hermosas, de forma que había merecido la pena, no perdiendo el rey su tiempo, … car tost aprés je oys dire qu’il avoit conquis et faict una dame par amour, por I”amour de ¡aquella merveilles d”armes et aultres gracieux esbatements se feirent depues…” (… pues poco después oí decir que él había conquistado a una dama por amor, por el amor de la cual maravillas de armas y otras graciosas diversiones se hicieron después…).

Un rumor que confirma el propio Carlos por aquellas fechas -enero de 1518- en una confidencia amorosa a su amigo el conde de Nassau, a quien le escribiría sobre una dama que era muy de su agrado, según anota Karl Brandi en su biografía del personaje. Por esas fechas residía en Valladolid y su casona palaciega era frontera a la de Germana; para poder­la visitar y ser visitado por ella sin necesidad de cruzar la calle, Carlos mandó hacer un puente de madera, que, a decir de Laurent Vital: “… feit du bon plaisir á beaucoup de gens de bien, et nommément aux amoureux, en tant que facillement pouvoient aller par lá visitar leurs maistresses et damas par amour…” ( … hecho para el disfrute de las gentes de bien, y sobre todo para los enamorados, ya que fácilmente podían pasar por él para visitar a sus amantes y damas…)

¡El puente de los enamorados uniendo ambos pa­lacios! ¿Podía señalarse más claramente lo que esta­ba ocurriendo? Pienso que no.

¿Duró mucho esa tierna relación de Carlos con Germana? No demasiado, si hemos de creer al cro­nista Sandoval, desengañado el futuro César por la li­viandad de la reina viuda:
“Fue tanto -el respeto de Carlos a Germana- que si ella entraba y el rey estaba sentado, se levantaba de su asiento y se descubría y la hablaba la rodilla en tierra.(…) No duró esta cortesía mucho tiempo -añade Sandoval-, porque el rey luego cobró autori­dad y ella miró poco por la suya, gustando más de sus placeres, comidas, huertas y otras cosas ajenas de quien era, aunque ni en lo que toca a la limpieza de su persona, que de mirar por el respeto que sus tocas pedían…”

A la hija del Emperador

En todo caso, Germana acompañaría a Carlos en sus viajes por España y en su coronación en Aquisgrán, casándola el Emperador en junio de 1519 con un personaje de su corte, el marqués de Brandenburgo, hermano del Príncipe Elector.


Úrsula Germana de Foix, princesa francesa, última reina de Aragón. soberana de Nápoles, Sicilia y Jerusalén, condesa de Barcelona, marquesa de Brandeburgo, duquesa de Calabria y virreina de Valencia murió en Liria (Valencia) probablemente de hidropesía debido a su sobrepeso, en el año 1536 a los 48 años.
Sus restos fueron sepultados, por expreso deseo suyo, en el monasterio de San Miguel de los Reyes (Valencia), una fundación suya y de su esposo.
En una masía del término municipal de Liria, que fue propiedad de los jerónimos, se conserva la reproducción exacta de la lápida original que reza: «En este histórico monasterio a la sazón de los monjes Jerónimos falleció 15 de Octubre 1536 siendo Reina Gobernadora de Valencia Germana de Foix esposa que fue del rey D. Fernando el Católico Marquesa de Brandemburgo y Duquesa de Calabria. Cien clérigos con antorchas acompañaron sus restos mortales hasta Valencia, donde reposan en el Monasterio de S. Miguel de los Reyes. In memoria scripsi”


Finalmente, a poco de su regreso a España, Germana es nombrada virreina de Valencia, donde ya la vemos en diciembre de 1523. Y, a la muerte de su segundo marido, en 1525, no tardará en desposar con el duque de Calabria, siendo designados los dos virreyes de Valencia en 1526, y donde ya seguiría la reina el resto de su vida. Y a su muerte, dejaría esa joya tan valiosa, la mejor que poseía, a Isabel de Castilla. ¿Por qué? ¿Quién era para Germana aquella Isabel? ¿Quién era, en suma, Isabel de Castilla?

No he visto ninguna referencia en las crónicas del tiempo, salvo en la de Pedro Girón, en la que, en sus papeles del año 1537 la cita, entre otros personajes de la corte, pero de un modo muy escueto. Dentro de un capítulo que titula Dichos satíricos dedicados a diversos personajes, el último va así:
“A doña Isabel de Castilla: Mulier quit ploras, ¿quem querís?” (A doña Isabel de Castilla: Mujer que lloras, ¿qué quieres?). Eso es todo. Por tanto, lo que acabaremos sabiendo de ella será lo que diga el testamento de Germana y algún otro documento relacionado con él, sitos por cierto en el Archivo de Simancas y en un mismo legajo.

Quien primero estudió esa documentación fue, que yo sepa, una historiadora valenciana, la profesora Regina Pinilla, que hizo su tesis doctoral sobre el virreinato en Valencia de la reina Germana de Foix hace cosa de quince años. Yo tuve la fortuna de estar en el tribunal que juzgaba dicha tesis, y por eso pude tener conocimiento de todo ello. La primera conclusión, si volvemos a leer el legado de Germana a Isabel de Castilla, es que la reina Germana nos indica quién era el padre:
… hija de la Maj. del Emperador… “
Esta es una referencia bien precisa, y no confunde a nadie, salvo a quién esté deseando ser confundido, porque Germana añade a continuación un tratamiento afectuoso al Emperador:
… mi señor e hijo… “

En este último caso estamos, evidentemente, ante algo meramente simbólico, pues bien sabido es que Germana no tenía parentesco alguno con Carlos V; un tratamiento, insisto, meramente afectivo, que acostumbraban a usar entre sí los miembros de la realeza europea, de lo que aún queda cierto eco en nuestros mismos días: hermanos y hermanas, cuando eran de la misma generación; padres e hijos, cuando eran de generaciones distintas. Por otra parte, nuestra consulta al banco de datos de la Real Academia española no deja lugar a dudas: esa frase, “hija de la Majestad del Emperador”, alude, con toda evidencia, a una hija de Carlos V. En este punto, quisiera agradecer la ayuda que me prestó mi buen amigo el profesor Luis Santos Río, de la Universidad de Salamanca.

Ahora bien, aunque el documento es auténtico -se trata de una copia notarial del testamento, legalizada con la firma del notario y de los testigos-, queda la duda de si Germana estaba en condiciones de poder afirmar esa paternidad del Emperador. ¿Cómo lo sabía? Sin duda, el hecho de que dejara aquella valiosísima joya a Isabel de Castilla puede darnos una pista: la reina conocía muy bien a aquella mujer, justificando su legado con estas expresivas palabras:

… y esto -el darle aquel fantástico collar- por el sobrado amor y voluntad que tenemos a Su Alteza”.
Una carta esclarecedora

Es otro documento que acompaña al testamento de Germana el que nos saca de dudas. Se trata de una carta del duque de Calabria, don Fernando, el último marido de Germana, escrita a la emperatriz Isabel. En su carta, escrita cuatro días después de la muerte de su mujer, da cuenta a la Emperatriz de su enfermedad postrera y añade:

“Con ésta irá la copia del dicho testamento auctenticada, porque por ella vea V. Mag. el legado de las perlas que dexa a la serma. infanta doña Ysabel, su hija. V. Magd. mandará screuirme si es servida que se le embien con hombre propio, o si será servida embiar por ellas, o lo que más fuere de su servicio…”.
Por tanto, el duque de Calabria nos aclara el misterio: Germana, su mujer, era la madre de aquella Isabel de Castilla. Y si él conocía lo que era el gran secreto del Emperador, tras sus diez años de vida conyugal con Germana, podemos concluir de igual modo que si Germana era la madre de Isabel de Castilla, a buen seguro que conocía a ciencia cierta la personalidad del padre.

Una noticia que todavía para no pocos resulta escandalosa y, por ello, increíble, pues de hecho nos encontramos ante un incesto (aunque tan mitigado como el provocado por aquella anómala situación de una tan joven viuda del Rey Católico que se encuentra con un rey adolescente, con el que no le unía ningún lazo carnal, pues no era su abuela, sino su abuelastra). Y eso explica, por supuesto, el secreto tan estricto que se mantiene, de tal forma que ningún enemigo del Emperador pudiera hacer uso de ello en su contra: ni comuneros, ni agermanados, ni luteranos, ni franceses. Y eso explica, también, que Germana no se refiera de otra forma, declarando su maternidad en el testamento, precisamente por eso, porque el testamento era un documento público y eso sería revelar lo inconfesable; y en cambio, el duque de Calabria lo hará, a medias, pero en una carta privada, que la secretaría regia archivará.

Fernando2
Fernando el Católico


Y de esta forma, nos encontramos con el secreto mejor guardado del reinado de Carlos V. Incluso el secretario de turno, a la hora de sacar los cabos más destacados del testamento de Germana (no por el orden en que iban en el documento, sino seleccionándolos por su importancia, lo cual es otro dato a tener en cuenta), para que la Emperatriz tuviera noticia clara de su contenido, pondrá como segundo legado más importante, después de una copa de oro que la reina Germana había dejado al Emperador, el destinado a doña Isabel de Castilla, y de esta forma: “Itero, a la sma. sra. Infanta doña Ysabel, hija de Su Mt., un collar de oro con perlas, el mejor que tiene”.

Esto es, para ese secretario regio tampoco había ninguna duda: doña Isabel de Castilla era hija de Carlos V. Lo que se librará muy mucho es de señalar quién era la madre. Que Carlos V tuviera una hija natural no escandalizaba a nadie. Pero sí que la hubiera tenido con la viuda de Fernando el Católico.
Ahora bien, todavía se alza alguna duda. Y en primer lugar esa extraña titulación, al tratar a Isabel como Infanta de Castilla, título que sólo correspondía a los hijos legítimos de los reyes. Está claro que estamos ante una licencia de Germana de Foix, llevada de un exceso de amor materno, acaso porque considerase que como tal había que tener a la que era su hija, a la vez, de un rey y de una reina; un tratamiento que también mantiene lo mismo el duque de Calabria que el secretario que en la corte imperial sacó los puntos principales del testamento de Germana. Sólo el cronista Pedro Girón la denominará simplemente “Isabel de Castilla”.

En todo caso, lo que los documentos prueban, sin lugar a dudas, es que nos hallamos ante un personaje que hasta ahora había pasado desapercibido: Isabel de Castilla, la hija natural de Carlos V y Germana de Foix. Y ese sería, en definitiva, el gran secreto del Emperador; el secreto mejor guardado.