martes, 29 de octubre de 2013

637.- MANIPULACIÓN INFORMATIVA: NI GOEBBELS LOS HUBIESE SUPERADO



MANIPULACIÓN INFORMATIVA: 
NI GOEBBELS LOS HUBIESE SUPERADO

[Los ojos de Hipatia]


Como muchos de ustedes saben, Goebbels, hombre de confianza de Hitler y jefe de propaganda nazi, fue capaz de manipular la realidad hasta tal punto que el pueblo alemán creyó a pies juntillas cada una de las cosas que, el führer, les decía en sus extensos y vehementes discursos. Sí, Goebbels, a través de unos medios de comunicación que dominaba a la perfección, fue capaz de manipular la mente humana a gran escala hasta el punto de hacer creer a muchos alemanes, por ejemplo, que los lugares en los que se recluía forzosamente a los judíos no se trataba de precarios guetos de marginación, sino de una especie de “granjas escuela” en donde los niños jugaban alegremente en los jardines (no hace mucho vi un documental de aquella época en donde se pueden ver tales imágenes).

Pero si a día de hoy creen que este tipo de manipulaciones a gran escala pasaron a la historia (desde el principio de los tiempos los que han ocupado el poder siempre han utilizado este tipo de manipulaciones para “aborregar” y dominar a las masas), la verdad es que están muy equivocados puesto que tan solo tienen que intentar buscar canales alternativos para comprender que dicha manipulación a gran escala de la menta humana sigue, desgraciadamente, muy vigente.

Porque como ustedes deben saber, hoy en día ocupan más páginas en los periódicos y en los informativos televisivos los casos de corrupción como por ejemplo el de Bárcenas, el de Urdangarín, el de los ERE de Andalucía o el de la trama  Gürtel que los análisis sobre por qué hemos llegado a una situación económica como la actual (es evidente que hay que depurar responsabilidades en los gravísimos casos de corrupción que por desgracia invaden nuestra sociedad, pero de ahí a centrar casi toda la atención mediática en estos casos para así desviar la atención sobre otras cosas si cabe más importantes, media un abismo…). Porque lo más sorprendente es que si sumamos el perjuicio económico que ha supuesto para la población estos casos de corrupción descubriremos que entre todos ellos quizá puedan sumar 100 o incluso 200 millones de euros, mientras que si nos detenemos a sumar lo que ha perdido el Estado (o sea, todos nosotros) durante los últimos años por la privatización de empresas como Telefónica, Repsol y Endesa, o todo ese dinero que el pueblo  ha perdido debido a que el BCE (Banco Central Europeo) en lugar de prestar el dinero a los Estados se lo ha dado a la banca privada a un escaso interés del 1% para que estos a su vez hagan negocio comprando la deuda de los propios Estados (curiosamente esa deuda que en cierto modo ellos mismos han originado con su especulación) a un tipo de interés del 4%, entonces descubriremos que ese fraude no ha sido de 100  o 200 millones, sino de miles y miles de millones de euros pero, con el agravante, de que ese tipo de “fraude” es legal y consentido por las leyes vigentes. Pero es que si seguimos indagando en este tipo de “fraude legal”, pero a todas luces inmoral, descubriremos también que durante los últimos años así como el pequeño y mediano empresario, como igualmente cualquier trabajador, han pagado religiosamente todos sus impuestos sin ningún tipo de rebaja fiscal considerable, diversas fuentes nos indican que a las grandes empresas o corporaciones se les han bajado de una u otra forma los impuestos más del 20%. Eso a nivel empresarial, pero si nos vamos al plano personal, veremos cómo y de qué forma a los que tienen más de 2 millones de euros se les ha creado un pequeño paraíso fiscal llamado SICAV para que apenas paguen por sus beneficios un raquítico 1%, mientras que a los que tan solo tienen unos pocos miles de euros ahorrados durante toda una vida de esfuerzo y los invierten en un plazo fijo les gravan con un impuesto de alrededor de un 20% (eso, si es que no los han “timado” con las famosas “preferentes”).

Sí, la manipulación sigue a la  orden del día, pues mientras se sigue hablando a todas horas de los temas de corrupción no se analiza un sistema económico que cada día que pasa sigue empobreciendo a la población con recortes en sanidad, en educación, con privatizaciones de las empresas rentables que tenía el Estado y, además, juzgar a unos cuantos “cabezas de turco” siempre da la sensación entre la población de que al fin van cayendo los corruptos cuando, la cruda realidad, nos demuestra que los que en realidad manejan el poder siguen, según parece, intactos por más fechorías “legales o ilegales” que hagan.

Y bueno, hablando de manipulación para distraer la atención sobre lo realmente importante, podríamos referirnos también al “culebrón veraniego de Gibraltar” que hizo pasar casi inadvertida esa inmoral reforma de las pensiones con la excusa de que son imposibles de mantener si no se recortan en uno u otro sentido (algo totalmente falso según nos demuestran los economistas NO neoliberales, y por ello les invito a leer mi artículo publicado en esta Revista titulado “Nuevo frente de guerra: nuestras pensiones”).

Sí, distraernos con “menudencias” (si lo comparamos con los miles de millones que el pueblo está perdiendo año tras año, entre otras cosas, por una fiscalidad que tan solo favorece a los que más tienen) hace que no nos fijemos y profundicemos en lo realmente importante y, encima, y como anteriormente he dicho, la apertura de diferentes procesos de corrupción hace creer a una gran parte de la población que algo está cambiando.

Pero no, como muchos de ustedes ya deben saber, lo único que está cambiando de forma considerable es que la diferencia entre ricos y pobres cada día que pasa es mayor, y eso es algo en lo que la gente no suele indagar (es decir, analizar los verdaderos motivos de este caos) porque, a fin de cuentas, existen unas cuantas “cabezas pensantes” y con mucho poder que han ideado una gran estrategia para distraer la atención de la ciudadanía hacia otro lado y así, de esa forma, tanto ellos como sus grandes empresas se siguen enriqueciendo a costa de una población que cada vez se hunde más en la miseria (de este gran poder de las multinacionales habla mi segunda novela titulada “La República dependiente de Mavisaj”).

Sí, al menos bajo mi punto de vista, probablemente ni Goebbels, jefe de propaganda nazi y uno de los grandes manipuladores de la mente humana a gran escala, los hubiese podido superar.
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Por Víctor J. Maicas, periodista y escritor, sus novelas publicadas son “La playa de Rebeca”, “La República dependiente de Mavisaj”, “Año 2112. El mundo de Godal” y el recién estrenado “MARIO Y EL REFLEJO DE LA LUZ SOBRE LA OSCURIDAD”. Son, principalmente, novelas comprometidas y de crítica social.



lunes, 28 de octubre de 2013

636.- NINOTS POLÍTICOS PATRIOS ( I )

NINOTS POLÍTICOS PATRIOS ( I )

[Las fallas de Valencia se levantan en las plazas de la ciudad, y se caracterizan por figuras representativas de la actualidad, Ninots,  que son quemadas en la noche del 19 de Marzo, excepto una, que se libra del fuego. Aquí traeremos desde hoy a nuestros políticos patrios autoconvertidos en Ninots, es posible que alguno pueda librarse del fuego en el último momento, aunque nos parece altamente improbable. Fernando Sabido Sánchez] 



1.- El Presidente de Canarias se baja el sueldo un céntimo al año

Paulino Rivero

Publicado el 26 oct 2013 por YTMC

Continúa el show de la política española. El presidente del Gobierno de Canarias cobrará el próximo año un céntimo menos que en 2013. Paulino Rivero percibirá 70.792,45 euros, en lugar de los 70.792,46 de ahora. Más afortunados, los consejeros del Ejecutivo regional verán aumentado su sueldo en un céntimo: 65.421,23.

El vicepresidente, los viceconsejeros, los secretarios generales técnicos, los directores generales y los asimilados se quedan como están. José Miguel Pérez deberá conformarse con los 67.606,06 euros. Los altos cargos de los otros grupos mencionados seguirán cobrando, respectivamente, 59.213,22 y 58.484,16 euro.

En el proyecto de ley de los presupuestos generales de la Comunidad Autónoma, las retribuciones de los empleados públicos se mantienen en las mismas cantidades que en 2013, con las dos pagas extraordinarias. Pero se suspende el complemento de atención al público, del que se benefician determinados trabajadores al servicio de la Administración. Por lo menos, esta vez no hay recortes de jornada.

Fuente Diario de avisos

Aquí, la mansión de Paulino Rivero:





2.- Felipe González crea una fundación con 
su nombre, presidida por él mismo y para 
estudiar su figura


Felipe González Márquez

Publicado el 25 oct 2013 por YTM


Decía Paco Umbral que, si veías a Felipe González hablando con alguien, y le cambiabas el interlocutor, el amado líder ni se enteraba. Ahí va eso…

El BOE recoge hoy la inscripción en el registro de la Fundación Felipe González. Las funciones de la nueva fundación, presidida por el expresidente del Gobierno, incluyen el estudio de “la trayectoria personal, profesional, política e institucional de don Felipe González Márquez”.

Este autoanálisis biográfico se entiende, según los estatutos, enmarcado en la investigación de la historia de España y el impulso de valores relacionados con la democracia, las libertades y el bienestar“. Además, también se propone potenciar el desarrollo, la innovación y el emprendimiento “en el marco de gobernanza global vinculado al nuevo orden mundial“.

Forman parte del patronato, además del propio Felipe, José María Maravall Herrero, quien fue su Ministro de Educación y Ciencia, como vicepresidente. Y María González, la hija del expresidente del Gobierno, como secretaria.

Hace solo unos días el PSOE anunció el fin de una de las fundaciones vinculadas al partido, IDEAS, tras el escándalo por el escándalo Amy Martin, cuando se hizo publico que la entidad había comprado artículos escritos bajo ese nombre falso a quien resultó ser la exmujer de su exdirector, Carlos Mulas.

Fuente El BOE nuestro de cada día






3.- Destituyen a los policías encargados de investigar el ático de Ignacio González


Publicado el 24 oct 2013 por YTM

Monarquía Bananera de Hispanistán

Novedades en torno al caso del ático marbellí de Ignacio González: la Fiscalía Anticorrupción ha pedido a la titular del juzgado número 5 de Estepona que investiga el ático de González que amplíe la comisión rogatoria internacional y reclame a las autoridades de Estados Unidos los movimientos bancarios de la sociedad Coast Investors –la propietaria oficial de la vivienda- entre los años 2008 y 2013.

También se ha conocido ahora que el gobierno de Madrid emprendió en marzo de este año una maniobra jurídica para que la investigación sobre el lujoso ático del heredero de Aguirre fuese asumida por un juez que, curiosamente, es hermano de un alto cargo de la Comunidad de Madrid.

Explicaciones al ministro y al responsable de la Policía

Además, el senador socialista Enrique Cascallana ha anunciado que su grupo pedirá la comparecencia en la Cámara Alta del director general de la Policía, Ignacio Cosidó, y preguntará al ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, para que expliquen “por qué son cesados todos aquellos que intentan eliminar la corrupción en nuestro país”.

Cascallana ha recordado que el Sindicato Unificado de Policía (SUP), que denunció el escándalo a la Fiscalía Anticorrupción, sostiene que el ático -con piscina privada, sauna y jacuzzi en la planta superior- “siempre fue del presidente madrileño” y que lo habría adquirido “con fondos procedentes de una comisión ilegal”.

“El destino de los que investigan: cese fulminante”

Al saltar a la luz el escándalo, el director del Cuerpo, el popular Ignacio Cosidó, amigo personal de González, destituyó y expedientó al entonces comisario de Marbella, Hermés de Dios. Idénticos destinos sufrieron los dos comisarios de Policía Judicial de Madrid que investigaban el caso Gürtel y a Ignacio González… Por ello, el diputado socialista ha alertado de que “todos aquellos que investigan, sean áticos o Gürtel, parece que tienen un fin: su cese fulminante”.

“Los madrileños no merecen un presidente de esta naturaleza, sumergido en numerosos escándalos: Gürtel, áticos, espionaje… un presidente que presiona a periodistas y a jueces”, ha insistido Cascallana.

Fuente El Plural





4.-  Rajoy en Bruselas: “Las cosas son como son”

Publicado el 24 oct 2013 por YTM




El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha dicho este jueves que no le gusta “nada” el fallo del Tribunal Europeo de Derechos Humanos que anula la llamada ‘doctrina Parot’, porque considera esta sentencia “injusta y equivocada”, pero “las cosas son como son”.

“Desgraciadamente se ha producido el peor de los escenarios. A mí esa sentencia no me gusta nada, me parece una sentencia injusta y equivocada”, ha declarado Rajoy a la prensa en Bruselas, a su llegada a una cumbre de líderes del Partido Popular Europeo previa al Consejo europeo.

Rajoy ha lamentado que “hay cosas en la vida que no nos gustan” y que los tribunales españoles, al igual que el Gobierno, deben “respetar” la sentencia de Estrasburgo.

El presidente también ha reiterado el “apoyo” del Ejecutivo a las víctimas del terrorismo, aunque no participe en la manifestación prevista para este domingo. “El Gobierno tiene que estar en su sitio, apoyando a las víctimas, pero no vamos a estar como tal Gobierno, sí como partido, en la manifestación”, ha dicho al respecto.





5.- FAES (José María Aznar): Zapatero controla el Tribunal de Estrasburgo


Publicado el 23 oct 2013 por YTM






La culpa es de Zapatero. La Fundación FAES, presidida por el expresidente del Gobierno José María Aznar, ha recurrido a este novedoso argumento a la hora de valorar la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos contra la ‘doctrina Parot’. En su opinión, es “una herencia indeseable” de la “negociación política” con ETA puesta en marcha por el Gobierno del socialista José Luis Rodríguez Zapatero.

El secretario general de la Fundación, Javier Zarzalejos, que se sentó en Suiza en 1999 a hablar con ETA por orden de Aznar, firma un artículo en el que asegura que la derogación de la ‘doctrina Parot’ formó parte de la negociación del Gobierno socialista con ETA “bajo la piadosa etiqueta de proceso de paz” y la sentencia emitida este lunes por el TEDH es “la inercia” de esa “operación política” de Zapatero.

La fundación del PP denuncia que el expresidente del Gobierno asumió que el cese del terrorismo exigía “el desmantelamiento de la arquitectura legal con la que ETA estaba siendo derrotada”. “Que el gobierno del Partido Popular tenga que hacer frente a esta inercia es una herencia indeseable –otra más– pero, en todo caso, una responsabilidad exigente”, sostiene.

Pero además, rechaza que el fallo del Tribunal de Estrasburgo pueda atribuirse a una Corte “distante y ajena a la tragedia que el terrorismo ha causado en España” y recuerda que en el TEDH está presente un magistrado español, Luis López Guerra, “con trayectoria política y puestos de alta responsabilidad en el Ministerio de Justicia del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero”.

“No puede extrañar que si es el propio magistrado español el que aboga por la nulidad de esa doctrina, los demás le sigan no sólo en la interpretación del Convenio Europeo de Derechos Humanos sino en la interpretación de la legislación internacional”, avisa. Sin embargo, cree que ni la nulidad de la ‘doctrina Parot’ era “evidente en sí misma”, ni faltan argumentos en la jurisprudencia del propio TEDH para sostener su validez.

Y así, advierte de las consecuencias del fallo. “Pensar que lo que está pasando no tendrá consecuencias o se trata de la liquidación desafortunada de episodios del pasado, no sería más que una temeraria despreocupación sobre el futuro del País Vasco y de toda España”, subraya.

Zarzalejos descarta además la idea de que los políticos durante años asistieron pasivamente a los beneficios de redención de penas a los terroristas y ha achacado esta “pasividad” únicamente a “las sucesivas mayorías parlamentarias socialistas desde 1982, apoyadas por los nacionalistas”. Según denuncia, estas mayorías convirtieron “en un tabú antidemocrático” hablar de la necesidad del cumplimiento íntegro de las penas para delitos de terrorismo”.

FAES asegura que se rechazaron “una y otra vez” las iniciativas del PP para exigir el cumplimiento íntegro de penas “con la coartada de no romper la unidad de la lucha antiterrorista” y tildando de inconstitucional esta medida. Y tras la “insuficiente” reforma del Código Penal en 1995, asegura que sólo en 2003 cuando el PP logró su primera mayoría absoluta “pudo salir adelante la reforma legal que hoy garantiza el cumplimiento efectivo de las penas en estos delitos de máxima gravedad”.

En este punto, lamenta que se está consiguiendo el objetivo de desmantelar esa “arquitectura jurídica” que llevó a ETA a desistir de la violencia terrorista, con la derogación de la ‘doctrina Parot’ junto a la situación “neutralizada” de la Ley de Partidos.

Y según recuerda, todo ello ocurre “sin arrepentimiento, sin condena alguna de la trayectoria criminal de ETA, sin renuncia a la intimidación, sin rectificación del proyecto totalitario, con las víctimas luchando por un relato que salvaguarde su dignidad y su memoria”.





6.-  Los 56 etarras en activo que Aznar liberó

Publicado el 23 oct 2013 por YTM




Un sector del PP y de las víctimas callaron cuando Aznar liberó a 56 etarras y hoy critican con dureza a Rajoy.

Entre 1996 y 2004, los sucesivos gobiernos de José María Aznar pusieron en libertad a 56 miembros de ETA. Algunos, tras ser liberados, volvieron a participar en actos violentos. El caso más llamativo y cruel fue el de Ignacio Bilbao Goicoechea, condenado a 52 años de prisión, quien después de ser excarcelado tras cumplir solo 17 años, asesinó al concejal socialista de Orio Juan Priede.

Los tres ministros del Interior que autorizaron las excarcelaciones fueron Jaime Mayor Oreja (19), Mariano Rajoy (14) y Ángel Acebes (23). Sin lugar a dudas actuaron conforme a lo que les dictaba su conciencia, la ley y el interés general. En aquellos años la Asociación de Víctimas del terrorismo (AVT) asumió sin grandes problemas que la política antiterrorista exige a veces decisiones difíciles. Hoy, esta asociación y Mayor Oreja critican con dureza el anunciado traslado de presos etarras a cárceles cercanas al País Vasco, iniciativa de legalidad incuestionable y que permite al Gobierno recuperar la iniciativa en esta materia.

Todos los gobiernos democráticos han tomado decisiones arriesgadas en materia antiterrorista. Y este no va a ser el último. Lo que sorprende es la falta de lealtad de algunos. Por eso, para que quede constancia no solo de esa deslealtad sino de la incongruencia y contradicciones de algunas posturas, reproducimos la lista de miembros de ETA en prisión que fueron excarcelados durante las dos legislaturas de Aznar.

La lista está ordenada de mayor a menor condena, contiene el nombre del recluso, pena acumulada, periodo de inicio de ingreso en prisión y fecha de excarcelación; y ministro del Interior en el cargo cuando se produjo la liberación de cada recluso.

1) Artola Santiesteban, José Ramón – 327 años –02/09/1986-04/08/2002 – Ángel Jesús Acebes
2) Letona Viteri, Enrique – 311 años – 09/10/1987 –14/05/2003 – – Ángel Jesús Acebes
3) Larriaga Echevarría, Juan José – 221 años -28/11/1980 – 14/11/2000 – – Mayor Oreja
4) Rementería Beotegui, Jaime – 220 años – 11/08/1983– 08/01/2004 – – Ángel Jesús Acebes
5) Esquisabel Echevarría, Francisco – 180 años –13/10/1980 – 17/08/2002 Ángel Jesús Acebes
6) Ugarte Zincunegui, Jon J. – 174 años – 19/06/1987 –03/07/2003 – — Ángel Jesús Acebes
7) Echeandia Zorroza, Juan Carlos – 172 años –26/05/1983 – 06/07/2001 – – Mariano Rajoy
8)Otegui Arrezabala, Luis Mª – 162 años – 28/04/1987– 20/06/2003 – – Ángel Jesús Acebes
9) González García, Fidel – 160 años – 19/06/1981- 05/09/2000 – – Mayor Oreja
10) Alberdi Olano, Ernesto – 135 años – 28/11/1980- 15/09/2001 – – Mariano Rajoy
11) Bengoa Unzurrazaga, Félix – 134 años -14/11/1980 – 21/10/1999 – – Mayor Oreja
12) Aguirre Aguirre, José Ángel – 134 años – 28/10/1985– 26/05/2003 – – Ángel Jesús Acebes
13) Ancizar Tellechea, Fermín – 126 años – 19/05/1981– 23/07/2001 – – Ángel Jesús Acebes
14) Cabello Pérez, Francisco – 120 años – 05/11/1986– 12/02/2003 – – Ángel Jesús Acebes
15) Nazabal Auzmendi, Juan – 106 años – 03/10/1979- 20/1998 – – Mayor Oreja
16) Galardi Sagarcía, Itziar – 101 años -01/03/1982 – 12/02/2002 – – Mariano Rajoy
17) Anza Ortuartez, Juan Mª – 101 años – 20/02/1982- 18/10/2002 – – Ángel Jesús Acebes
18) Iraculis Albizu, Fernando – 99 años – 30/03/1982 – 27/11/2002 – – Ángel Jesús Acebes
19) Irastorza Fernández, Eugenio – 96 años – 28/02/1980– 09/09/2003 – – Ángel Jesús Acebes
20) Echevaría Ayesta, José Antonio – 94 años –09/07/1980 – 18/01/2002 – – Mariano Rajoy
21) Jiménez Zurbano, Jesús – 94 años – 22/11/1988 –31/05/2003 – – Ángel Jesús Acebes
22) Zabaleta Meddía, Ángel – 94 años – 13/06/1989- 08/03/2004 – – Ángel Jesús Acebes
23) Ormaechea Antepara, Jesús Mª – 88 años – 08/05/1984– 24/01/2003 – Ángel Jesús Acebes
24) Muiatos Díaz, Agustín – 88 años – 16/05/1984- 25/02/2002 – – Mariano Rajoy
25) Ostolaza Alcocer, Manuel – 85 años – 05/02/1981- 07/07/1999 – – Mayor Oreja
26) Pagola Cortajarena, José A. – 78 años – 27/06/1984– 17/10/2003 – – Ángel Jesús Acebes
27) Garciandía Solano, Ricardo – 73 años -20/10/1981 – 23/11/1999 – – Mayor Oreja
28) Guridi Arocena, Pedro Juan – 68 años -14/11/1980 – 11/04/2001 – – Mariano Rajoy
29) Alberti Zubizarreta, Miguel – 68 años -06/12/1984 – 14/11/2001 – – Mariano Rajoy
30) Araizaga Arozamena, Salvador – 67 años – 17/11/1981- 12/12/2002 – Ángel Jesús Acebes
31) Zabaleta Garmendía, José R. – 66 años – 12/12/1987- 07/02/2003 – Ángel Jesús Acebes
32) Recarte Gutiérrez, Gloria Mª – 65 años -29/10/1981 – 24/11/200 – – Mayor Oreja
33) Jaio Bustinduy, Jon Yanqui – 64 años – 09/06/1985– 11/09/2003 – Ángel Jesús Acebes
34) González Merino, Juan Manuel – 63 años -20/06/1984 – 04/03/2000 – – Mayor Oreja
35) Aldanondo Luzuiriaga, Joaquín Mª – 58 años -21/12/1986 – 27/10/1999 – – Mayor Oreja
36) Merino Quijano, José Luis – 57 años – 28/03/1984 – 27/09/2001 – – Mariano Rajoy
37) Eguibar Michelena, Coro – 53 años – 20/02/1982- 05/08/2000 – – Mayor Oreja
38) Bilbao Goicoechea, Ignacio J. – 52 años -06/07/1983 – 28/09/2000 – – Mayor Oreja. Dos años después de su excarcelación asesinó al concejal socialista de Orio.
39) Marcos Olaizola, Luis M. – 51 años – 04/02/1981- 07/10/2001 – – Mariano Rajoy
40) Apecechea Arozamena, Juan M. – 50 años -17/05/1980 – 08/04/1999 – – Mayor Oreja
41) Arluciaga Iribar, José A. – 48 años -19/05/1981 – 27/05/1999 – – Mayor Oreja
42) Zomárraga Luzuriaga, Miguel G. – 48 años –31/12/1986 – 14/02/2003 – Ángel Jesús Acebes
43) Pastor Landa, Luis Alberto – 46 años -22/01/1982 – 19/11/1999 – – Mayor Oreja
44) Izaga González, Ricardo – 45 años – 07/03/1986- 21/04/2002 – – Mariano Rajoy
45) Izaguirre Iglesias, Teodoro – 44 años –22/01/1981 – 12/06/2003 – – Ángel Jesús Acebes
46) Aguirre Arín, Gervasio – 43 años – 01/01/1980- 17/05/2002 – – Mariano Rajoy
47) Viata Balda, Emiliano – 42 años – 27/10/1987 -10/09/1999 – – Mayor Oreja
48) Arzallus Eguiguren, José M. – 42 años – 02/06/1980- 15/04/2000 – – Mayor Oreja
49) Aguirre Echetía, Enrique – 42 años – 16/07/1980- 14/05/2000 – – Mayor Oreja
50) Olagorta Arana, Juan A. – 41 años – 16/07/1980- 11/04/2001 – – Mariano Rajoy
51) Izaga González, Luis Javier – 36 años – 03/07/1981 – 19/06/2002 – – Mariano Rajoy
52) López Domaica, Saturnino – 36 años – 03/04/1981- 19/02/2003 – Ángel Jesús Acebes
53) Arnaiz Echevarría, José J. – 35 años – 06/09/1982 –20/03/2004 – Ángel Jesús Acebes
54) Beloqui Cortajerena, José J. – 33 años -01/10/82 – 08/06/2000 – – Mayor Oreja
55) Martínez Apestegía, Francisco J. – 32 años –03/03/1979 – 16/03/2000 – Mayor Oreja
56) Astola Ituretagoyena, José M. – 30 Años -22/01/1982 – 17/01/2002 – Mariano Rajoy

Fuente Tiempoedehoy



http://www.yometiroalmonte.es/



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viernes, 25 de octubre de 2013

635.- El éxodo tras el éxodo: 130.000 refugiados sirios huyen de sus campamentos por los bombardeos


Campamento Abou Djirin. Casi todos civiles de la ciudad de Al Safira o de campos cercanos a los que MSF ha dado asistencia, han huido hacia el norte.



El éxodo tras el éxodo: 
130.000 refugiados sirios huyen de sus campamentos por los bombardeos

EL HUFFINGTON POST  |  Publicado: 25/10/13 CEST  | 



Cientos de miles de ciudadanos sirios tuvieron que abandonar sus hogares por la guerra civil. Ahora, han tenido que dejar atrás sus tiendas. Médicos sin Fronteras denuncia que 130.000 personas se han visto obligadas a huir de los campamentos donde se habían refugiado debido a los ataques en la zona.

Según los datos de la ONG, los nuevos desplazados, casi todos civiles, han escapado del distrito de Al Safira, en la provincia de Alepo, por los violentos combates y ataques aéreos que se están produciendo desde el 8 de octubre y que han dejado cientos de heridos.

La situación ha desbordado a las organizaciones humanitarias, ya que los campamentos del norte donde tratan de cobijarse se encuentran saturados.

Esta serie de fotografías fueron tomadas por MSF hace apenas unos días en dos campos de refugiados de Al Safira. Estos campamentos ahora han quedado desiertos.




Campamento Abou Djirin. Estos campamentos donde se instalaron huyendo de la guerra han quedado desiertos porque han tenido que escapar de nuevo.




Campamento El Djabboul. “Llegan a zonas que ya están repletas de desplazados y donde un puñado de organizaciones humanitarias hacen frente a grandes necesidades”, denuncia Marie-Noëlle Rodrigue, directora de operaciones de MSF.





Campamento El Djabboul. En la ciudad de Manbij, voluntarios de la Media Luna Roja ya han registrado a casi 200.000 desplazados. Estiman las nuevas llegadas en 100.000, pero ya han dejado de contar porque no tienen forma de asistirles.




Campamento El Djabboul. Los que huyeron sin nada están ahora desamparados y tienen que afrontar el segundo invierno desde que empezó la guerra.




Campamento Abou Djirin. La capacidad de recepción de los campamentos donde se refugian los nuevos desplazados está saturada. Las familias se aglomeran en edificios abandonadas, granjas, aparcamientos...




Campamento Abou Djirin. UNICEF ha advertido este jueves de que existe un "riesgo real" de que se pierda "una generación entera" de niños sirios a causa del conflicto armado en su país.



Campamento Abou Djirin. No solo los civiles son víctimas directas de los bombardeos, sino que se hallan con un acceso a la salud muy limitado, ya que los centros de salud del este de Alepo están siendo atacados.






Infancia robada en Siria: Issa, un niño de 10 años que trabaja en una fábrica de armas 



Miles de niños sufren a diario las consecuencias de la guerra civil en Siria. La Coalición Nacional Siria (CNFROS), principal alianza opositora, denunciaba recientemente la muerte de 10.913 menores el comienzo del conflicto hace dos años. Otros cientos de miles viven desplazados, en campos de refugiados. Y casi dos millones de menores han tenido que abandonar la escuela, según los datos de Unicef.

Es el caso de Issa, de 10 años, que intenta sobrevivir en Alepo.

Ha cambiado los libros por bombas. Trabaja 10 horas al día con su padre en una fábrica que repara armamento para el Ejército Libre Sirio.

Esta serie de fotografías de la agencia Reuters narra su historia.





Este es Issa. El pequeño posa en una silla de plástico en un momento de descanso en la fábrica






Su rostro y sus manos están tiznadas por el trabajo en la factoría






El niño de 10 años carga un proyectil de mortero






También maneja la maquinaria con la que ponen a punto el armamento






Esto es una lanzadera de proyectiles de mortero. Issa lo está reparando.






Midiendo uno de los proyectiles de mortero






Debajo de una lanzadera de mortero






Montando misiles de mortero






Después de 10 horas de trabajo, cena con su familia en su casa en Alepo

















634.- Cuando Hitler mandó en Hollywood

Fotograma de 'Sin novedad en el frente', cuyo estreno en Alemania Adolf Hitler saboteó.


Cuando Hitler mandó en Hollywood

El libro ‘The collaboration’ desentraña la íntima relación entre las ‘majors’ y el Tercer Reich

Por TONI GARCÍA Barcelona 25 OCT 2013

“Hitler se levantaba sobre la una del mediodía y después de comer siempre le apetecía ver una película. Su secretario llevaba una libreta de críticas, o algo parecido, y anotaba las opiniones del Führer sobre cada proyección. Al principio pensé en hacer un libro sobre las críticas de Hitler, en un tono humorístico, hasta que encontré aquella nota de la Metro-Goldywn-Mayer, MGM, que acababa con un ‘Heil, Hitler!’. De repente, creí que podía hacer un libro más relevante”. Lo cuenta Ben Urwand, un hombre que se ha pasado el último lustro investigando las oscuras relaciones entre los grandes estudios de Hollywood y el Tercer Reich, desde principios de los años treinta hasta los años cuarenta, en un alud de revelaciones que casi se lo lleva a él por delante: “No esperaba la reacción tan virulenta de algunas personas relacionadas con Hollywood, de algunos críticos e incluso de algunos directores”.

Adolf Hitler, en un acto público.


Urwand, habla —sin citarlo— de Quentin Tarantino y de la polvareda que levantaron algunas de las afirmaciones del escritor en las que hablaba de la complicidad del propio Jack Warner con el nazismo, argumentando que si bien es cierto que su estudio fue el único que plantó cara a la influencia germana, no es menos cierto que el gran capataz de Warner Brothers se paseó al final de la guerra con el yate de Hitler en una visita a Alemania, además de “boicotear ciertas producciones como La vida de Emil Zola, obligando a quitar del guion la palabra ‘judío”. Tarantino descalificaba el libro al decir que los grandes mandamases se vieron obligados a seguir la corriente por la importancia del mercado alemán (“Un mercado que influencia a toda Europa”, añadía) y defendía la figura de Warner. “Cogió el dinero porque todo el mundo cogía el dinero. Así es cómo era: de la misma manera que ahora todo el mundo hace negocios con China”, decía el director al Jewish Journal al mismo tiempo que —paradójicamente— reconocía no haber leído el libro.

La cuestión es que The collaboration (título del libro, editado por Belknap Harvard) se ha convertido en una de las grandes polémicas del año en Estados Unidos, donde, por supuesto, lo de explayarse sobre las complicidades entre uno de los regímenes más sanguinarios de la historia de la humanidad y la industria cinematográfica más poderosa del planeta no ha sentado bien: “Hay millares de documentos que certifican lo que pasó. No solo el documento de MGM con el membrete de la compañía y el ‘Heil, Hitler!’, sino actas de las reuniones entre el cónsul alemán en Los Ángeles y los grandes estudios donde este decidía qué era aceptable para el régimen y lo que no”, cuenta Urwand vía telefónica desde Nueva York. “El problema es que hasta ahora todo se había intentado estudiar desde el lado estadounidense y los grandes archivos sobre esta relación están en Alemania: es imposible sacar nada en claro desde aquí”.

Al dictador alemán le gustaba Mickey Mouse y odiaba a Ernst Lubitsch

“A Hitler le gustaba Mickey Mouse, le encantaban el Gordo y el Flaco y le repugnaban Ernst Lubitsch (ordenó parar la proyección en sus aposentos de La octava mujer de Barbazul) y King Kong”, cuenta Urwand. Esta última por la insinuación de un romance entre un gorila y una mujer blanca, que el Führer consideraba un ataque directo a la raza aria y una (despreciable) metáfora del multiculturalismo. Pero, sobre todo, odiaba la muy eficaz maquinaria del estadounidense que fue capaz de parir Sin novedad en el frente. El filme de 1930 dirigido por Lewis Milestone molestó tanto al dictador que ordenó a sus tropas de asalto que boicotearan la première en Berlín, con el mismísimo Goebbels, secretario de propaganda del régimen. Más de 200 cachorros de las SA compraron entradas para el estreno, interrumpieron la proyección y ya con las luces encendidas Goebbels soltó un incendiario discurso sobre los males del capitalismo. “La afición de Hitler por el cine era muy particular, y Sin novedad en el frente era un compendio de todo lo que el dictador odiaba. Cuando la vio ya advirtió de que era muy peligrosa para la moral alemana: lo teatral de la intervención ligaba mucho con el sentido del espectáculo que tenían los nazis. Para ellos el cine podía ser un aliado muy ventajoso y la taquilla seguía siendo muy importante para Hollywood. El pacto fue una cosa lógica, para ambas partes”.




jueves, 24 de octubre de 2013

633.- Los que vieron morir a JFK

Oswald, el asesino de Kennedy, esposado. / MONDADORI (GETTY)




Los que vieron morir a JFK


Medio siglo después, Dallas es aún el lugar maldito donde mataron a John F. Kennedy. Cinco testigos presenciales de aquel día ayudan a reconstruir las últimas horas del presidente

Por DAVID LÓPEZ 

"Lamento su pérdida”. Fueron solo tres palabras. Pero la enfermera Phyllis Jean tardó años en acordarse de que las había pronunciado. Y no lo habría hecho si no se lo hubiese recordado uno de los médicos del hospital Parkland Memorial. Era la una de la tarde del 22 de noviembre de 1963, y el doctor William Kemp Clark decretaba la muerte del paciente del quirófano 1 del servicio de urgencias. “Señora, su marido ha muerto”, le dijo entonces a aquella mujer de traje rosa salpicado de sangre que no se había alejado de la camilla donde reposaba el cuerpo de su esposo ni había separado su mano de sus pies. El paciente, John Fitzgerald Kennedy, el trigésimo quinto presidente de Estados Unidos, acababa de fallecer en Dallas. Y Jean se acercó a su mujer, la primera dama, Jackie Kennedy, la miró a los ojos y pronunció aquellas tres palabras de pésame.

Ha tardado casi medio siglo en contar su historia. En compartir su experiencia. En recordar y verbalizar todos los detalles de aquel día. Una jornada de trabajo que preveía rutinaria. Por la mañana, en la unidad de cuidados intensivos. El turno de tarde, en la de obstetricia. Pero todo se trastocó cuando Jean pasó por urgencias antes de salir a almorzar para saludar a sus colegas de la recepción. Aquel era, de hecho, un día con menos pacientes de lo habitual. La ciudad se había volcado para recibir al presidente en su visita al Estado de Texas y miles de personas lo aclamaban en las calles. “Entonces nos anunciaron que se había producido un accidente en la caravana presidencial. En ese momento se abrieron las puertas y todo se convirtió en un caos”, recuerda por teléfono. “Aún resuenan en mi cabeza los gritos entre los agentes del servicio secreto y del FBI por decidir quién debía vigilar el interior del hospital… Aún los veo increparse y empujarse unos a otros por lo que había sucedido”, relata. Primero introdujeron al gobernador demócrata John Connally, sentado en una camilla, escupiendo con cada espiración sangre del pulmón que le había perforado la bala que antes había alcanzado al presidente en el cuello. Después, tumbado, inerte, Kennedy. Jean fue requerida en el quirófano 1. Llevaba menos de un año de trabajo en el hospital, pero conocía la unidad de urgencias. Y en cuanto entró a aquella habitación de apenas 12 metros cuadrados, donde vio a Jackie Kennedy inmóvil frente a su esposo, negándose a esperar fuera, lo supo.

“El presidente estaba muerto”, afirma. La enfermera percibió el color grisáceo azulado de la piel y el azul aún más intenso del contorno de la boca. Se concentró en los ojos, entreabiertos, que dejaban ver una mirada fija y unas pupilas dilatadas. Trató, sin éxito, de encontrarle el pulso. Y cuando uno de los doctores le apartó el cabello para poder evaluar la herida de la cabeza, lo confirmó definitivamente. “Tenía un agujero como la palma de mi mano. Había perdido mucho tejido cerebral”, explica la antigua enfermera, que hoy vive jubilada en la ciudad texana de Irving. “Los doctores sabían que era imposible. Pero lo intentaron. No porque fuera el presidente o porque su mujer estuviera allí. Habríamos hecho lo mismo con cualquier paciente. Pero creo que Dios es quien tiene el control. Y en este caso, nosotros no pudimos hacer nada”.

Jean ha callado su historia prácticamente el medio siglo transcurrido desde que Kennedy fue asesinado, aquella mañana en Dallas, por Lee Harvey Oswald, que fue detenido solo una hora y media después y que moriría dos días más tarde también asesinado, por Jack Ruby, el dueño de un cabaré local. Primero calló por miedo. Explica que los trabajadores que ese día estuvieron en urgencias recibieron durante las semanas siguientes llamadas y cartas anónimas con amenazas en las que les culpaban por la muerte del presidente de EE UU. Algunas de sus compañeras enfermeras dejaron el trabajo e incluso abandonaron el Estado. Ella también las recibió, pero continuó en el centro hasta 1965. Sin embargo, jamás compartió su historia con nadie. Hasta que hace dos años una sobrina suya la convenció para que la contara. Para que participara en las charlas que en ocasiones organiza el Sixth Floor Museum, el museo dedicado al asesinato del presidente que se encuentra en la sexta planta del antiguo Depósito de Libros de Dallas. El edificio en el que Harvey Oswald, aquella mañana de noviembre de 1963 que conmocionó al mundo, se escondió hasta que llegó la caravana del presidente. La misma planta por la que se asomó con su rifle Mann­licher y disparó tres balas en ocho segundos. La primera vez falló. La segunda alcanzó al presidente en la garganta e hirió a Connally. Y la tercera acertó a Kennedy en la cabeza. El lugar donde hoy se puede visitar, vallada por cristales, una recreación del aspecto que aquel día tenía el rincón polvoriento y atestado de cajas marrones de libros desde el que Harvey Oswald entró en la historia y por cuyas ventanas se ve, en la calle Elm, la equis marcada con pintura blanca que señala el punto exacto donde se encontraba el Lincoln Continental negro descubierto que trasladaba al presidente.

Mi padre vio a un hombre de blanco en la ventana que no parecía oswald, pero nadie le interrogó”. Tina Pender, testigo.
Ahora Jean da un paso más y comparte su testimonio públicamente. Quiere que la gente la escuche porque dice sentir que, “como testigo de aquel acontecimiento, uno de los más importantes en la historia de mi país, tengo el deber de dejar que se sepa al menos lo que yo vi y viví aquel día”. La enfermera, de voz cálida pero entrecortada, reconoce que según lo cuenta le resulta más fácil repetirlo. Y que al hacerlo siente, sobre todo, un “alivio por haber sido capaz finalmente de romper una barrera personal”. Pero confiesa que todavía hoy, 50 años después, no sabe qué sucedió realmente aquel día. “Yo soy una de las personas que creen en las teorías de la conspiración”, admite. “Hay demasiadas preguntas sin respuesta… Lee Harvey Oswald era un tipo pequeño intentando labrarse un gran nombre. No pudo hacerlo solo”.

Jean no es la única que piensa así. Hoy, un 59% de los estadounidenses, según un sondeo realizado el pasado mes de abril por la agencia informativa Associated Press y la empresa GfK, cree aún que hubo varias personas implicadas en el asesinato de Kennedy. Frente a ellos, solo un 24% considera que Harvey Oswald actuó en solitario, como determinó la Comisión Warren, que investigó el atentado por orden del presidente Lyndon B. Johnson durante 10 meses, en 1964. Y todavía hay un 16% que duda al responder. Sin embargo, los números han cambiado notablemente. En 2003, cuando se cumplieron 40 años del crimen, tres de cada cuatro norteamericanos creían en la conspiración. Muchos más de los que lo hacían en 1966, cuando tres años después de la tragedia era uno de cada dos, de acuerdo con la encuesta que entonces realizó la empresa Gallup.

La muerte de Kennedy fue el magnicidio más impactante del siglo XX. Comparable al asesinato en 1914 del archiduque Francisco Fernando de Austria, que espoleó la Primera Guerra Mundial. Y la noticia que cambió para siempre la función de un nuevo medio de comunicación, la televisión, al que hasta aquel momento solo se recurría como entretenimiento. Incluso Dallas parece hoy, a ojos del visitante, haberse quedado anclada en aquella mañana. Atrapada en una escena del crimen que es el principal atractivo turístico de la ciudad. El próximo 22 de noviembre, la urbe honrará al presidente en el aniversario de su muerte, en una de las contadas ocasiones en que lo ha hecho, con una ceremonia en la que, sin embargo, no participará ningún político relevante. Dice su alcalde, el demócrata Mike Rawlings, que no es “por vergüenza”, que la ciudad, la más progresista de Texas – donde Barack Obama ha ganado sus dos elecciones–, “hace años que lo superó”. Añade que el objetivo de la celebración es hacer “algo íntimo” dirigido por líderes locales de la comunidad y para sus habitantes, “pero que podrá ver el mundo entero”. Sin embargo, 50 años después Dallas se mantiene como ese lugar maldito donde mataron al que los estado­unidenses consideran su presidente favorito. Y con un crimen que perciben aún sin resolver.

“Yo no creo que sepamos qué sucedió realmente. Hay muchas teorías. Pero no he querido meterme en ellas. No concibo ninguna pregunta concreta para la que me gustaría tener respuesta”, afirma, con cierta resignación, Tina Pender, que nació en Dallas y tenía 13 años el día que Kennedy murió. Ella estaba allí, en la esquina de las calles Houston y Elm, cuando le dispararon. Su padre portaba una cámara de fotos. Ella, un tomavistas de ocho milímetros con el que grababa a la primera dama, que saludaba desde el coche. “Recuerdo que estaba fantástica. Parecía mirar directamente a mi objetivo”, rememora. Entonces escuchó los disparos. Primero pensó que eran petardos. Pero su padre, exmilitar, supo que no lo eran y que alguien acababa de disparar a Kennedy.

El alcalde y el jefe de policía decidieron sacar a oswald a pie para calmar a los periodistas. y entonces ruby lo mató” Pierce Allman, periodista que cubrió el asesinato
“Cuando todo pasó, recuerdo haber vuelto a casa en el coche con mis padres, todos en silencio, escuchando la radio. Y haber seguido en silencio ya en la vivienda, con la radio también encendida, mientras anunciaban su muerte y mi madre preparaba sándwiches en la cocina. Yo no sabía qué pensar, pero no dije nada. Después, esa tarde regresé al colegio, porque era el plan previsto. Fue una sensación muy rara”, cuenta. Pender no preguntó nada sobre lo sucedido a sus padres. Ni siquiera con el paso de los años. “Mi padre apenas podía hablar de ello. Fue muy doloroso para él. Y yo no sacaba nunca el tema”.

Hoy no tiene preguntas sobre el caso. Pero confiesa que sí se guardó muchas que le hubiera gustado hacer a sus padres antes de que fallecieran. “Él dijo que había visto a un hombre con un traje blanco en la ventana que no parecía Harvey Oswald, pero nadie del FBI ni de la policía le interrogó nunca”. Y explica que para que no le suceda a ella lo mismo ha escrito recientemente un libro, al que ha dedicado tres años, en el que cuenta su historia personal. “Quiero que cuando yo no esté, mi familia tenga información mía sobre lo que sucedió. Algunos parientes, después de leerlo, me han reconocido que no sabían por lo que yo había pasado. Contarlo es algo muy bueno. Estoy aliviada y contenta”.

“¿Sabe? Yo he soñado con haberme encontrado a Oswald varias veces…”. Pierce Allman habla con una prodigiosa voz de radio, grave, modulada y de dicción impecable. Por algo fue reportero radiofónico y de televisión antes de dejar el periodismo para ser profesor. El 22 de noviembre de 1963 aún lo era. Trabajaba para la emisora de radio local WFAA. Pero no le correspondía cubrir la caravana. Sin embargo, la tarde anterior había visto a los Kennedy por televisión en el recibimiento en Fort Worth y le habían impresionado: “Eran lo más parecido a una pareja de la realeza que puede haber en Estados Unidos”. Por eso decidió acercarse hasta la plaza Dealey. Quería observarlos de cerca. “Estaba frente al Depósito de Libros. Recuerdo que cuando llegó el coche presidencial ni me percaté de que el gobernador Connally también iba a bordo. Me quedé fascinado con la señora Kennedy. Estaba maravillosa”, ensalza. A partir de ahí, “todo sucedió muy rápido”. Tres disparos. Gritos. Allman recuerda a Jackie saltando sobre su marido “no para salir del coche, como algunas personas dijeron después, sino para sujetarle la cabeza. Ella chillaba: ‘¡Han matado a John!’. Y uno de los agentes del servicio secreto apuntaba con el pulgar hacia abajo a sus compañeros y gritaba: ‘¡Vamos, vamos, vamos!”. Un policía en moto le instó a echarse al suelo. Pero enseguida Allman supo que debía incorporarse y buscar un teléfono, recuerda. Tenía que llamar a la emisora y contar lo que estaba sucediendo.

Bordeó el edificio. Entró y preguntó a un hombre que salía dónde podía encontrar un aparato. Aquel hombre se lo indicó. Después telefoneó a la emisora. “Recuerdo que cuando entré en antena no sabía bien qué contar. No quería decir que habían disparado al presidente, porque en aquel momento no se conocían bien los hechos ni sus consecuencias como para dar aquella noticia en la radio. He olvidado qué conté y cómo descubrí lo que había sucedido, pero sí sé que no dije que habían disparado a Kennedy”. El vestíbulo del edificio era un enjambre. Agentes de diferentes cuerpos de seguridad que entraban y salían. Voces. Órdenes. Allman pasó más de una hora allí, en contacto con su emisora. Desde aquel teléfono contó en antena que habían encontrado un rifle cuando vio a los policías bajar con el arma. “Aquello era un caos. Más aún porque entonces matar al presidente todavía no era un crimen federal como ahora, sino un homicidio local, y por tanto era competencia de la policía”, recuerda. Estuvo pegado al aparato hasta que un hombre que se identificó como oficial de inteligencia del Ejército le preguntó, por primera vez en todo ese tiempo, quién era y con quién hablaba. Después le pidió que colgara y se marchara. Lo hizo. Y volvió a la emisora, donde trabajó durante tres días y tres noches, en retransmisiones en directo y en programas en todo el mundo que les llamaban para pedirles información.

El jurado de Dallas que decidió sobre el asesinato de Oswald. / DONALD UHBROCK


Dos semanas después, Allman, que declararía también en 1976 ante el Comité de la Cámara de Representantes sobre Asesinatos (HSCA, según sus siglas en inglés), que tres años después haría público su informe final apuntando una “posible conspiración” sin concretar, recibió una llamada del servicio secreto. Dos agentes le visitaron en su casa y le pidieron que reconstruyera su historia. Lo hizo, como sigue haciéndolo hoy, con la minuciosidad del periodista que escribe una crónica. Aquellos agentes le revelaron entonces que, con toda probabilidad, la persona a la que había preguntado por el teléfono público había sido Harvey Oswald. “Pero yo hoy sigo sin saber si era cierto o no”, se resigna. “Sigo preguntándome qué habría pasado si hubiese mirado antes al edificio, y si al cruzarme con Oswald le hubiese reconocido. Sigo preguntándome qué habría podido hacer o si hubiera hecho algo. Aunque sé que son cosas que no tienen sentido y no se pueden pensar”, añade. ¿Y como periodista, qué le habría preguntado? “He soñado que Oswald salía del edificio. Que yo le paraba. Y que le decía: ‘Tú eres el tipo de la ventana’. Porque creo que solo habría sido capaz de decirle eso: ‘¡Tú eres el tipo de la ventana, el hombre del rifle…!”.

Allman se prepara ahora para celebrar el aniversario de forma especial. Asegura que no le importa compartir su historia. Y cuenta que, como se había casado solo un mes antes de la muerte del presidente, está preparando una celebración doble para este año. “Vendrán amigos y también colegas de aquella época con los que recordaremos lo que sucedió. Muchos, aunque no hablen de ello, no lo olvidan. Sobre todo porque, como me sucede a mí, a pesar de que todo fue muy rápido, lo viven a cámara lenta. Yo aún puedo verlo todo, escucharlo… En aquel momento no fuimos conscientes de la enormidad que había sucedido. Pero en cuestión de diez segundos el mundo había cambiado”.

Con esos excompañeros reporteros y locutores todavía analiza hoy la historia de Harvey Oswald. Sobre todo cómo fue la presión de la prensa la que, según cree, condujo a su muerte. “Éramos 200 o 300 reporteros que queríamos ver a Oswald, hacerle preguntas… El plan original de la policía era llevárselo en coche desde el ayuntamiento, donde estaba encerrado en el sótano. Pero se publicaron informaciones cuestionando la actuación de la policía y había rumores entre la prensa de que había sido maltratado. Al final, el alcalde y el jefe de policía decidieron sacarlo a pie, para calmar a todos los periodistas. Y entonces lo mató Jack Ruby”, se lamenta.

“Jack había tenido contactos con gente de la Mafia, pero él no estaba metido en nada así. Yo lo conocí durante cuatro años”. Antes de convertirse en el ayudante del sheriff en Dallas, Eugene Boone había trabajado en la sección de anuncios del periódico Dallas Times Herald. Allí llegaba todas las semanas Ruby, siempre achuchado de dinero, siempre obligado a pagar por adelantado, para publicar un anuncio de Carousel, su cabaré. “Continuamente intentaba hacer algo inusual o llamativo para atraer público a su local. El negocio no le iba bien y además tenía la sensación de que los hermanos Abe y Barney Weinstein, que tenían otros dos cabarés, querían dejarle fuera del negocio”, recuerda Boone. Hoy, cinco décadas después, no le queda ninguna duda sobre que el asesino de Harvey Oswald, el hombre que con un revólver Colt de 38 milímetros descerrajó un tiro en el estómago a quemarropa al presunto asesino de Kennedy, también actuó solo, como estableció la Comisión Warren. “Creo que Jack era un partidario del presidente. Y que pensó que podría matar a Oswald, ningún jurado le condenaría y se convertiría así en un héroe y en la gran atracción que su club necesitaba”.

El joven agente Boone, que tenía entonces 25 años, no solo conoció a Ruby. Aquel día estaba en la oficina del sheriff, en la calle Maine, a pocas manzanas de la plaza Dealey. Desde allí escuchó los disparos y echó a correr hacia la escena del crimen. Cuando llegó, enseguida centraron la búsqueda en el Depósito de Libros, recuerda. A él le tocó subir a la sexta planta. Un espacio oscuro de cajas apiladas. Pero vio en la esquina noroeste algunas que habían sido movidas. “Me acerqué, apunté con la linterna y allí oculto encontré un rifle. Protegí la escena y llamé al fotógrafo. Nunca lo toqué. Después volví a la oficina a escribir mi informe”, narra.

Han pasado 50 años. Boone asegura hoy sentirse satisfecho compartiendo su historia. Es de los que creen que “los libros conspiracionistas deben estar en las estanterías de ciencia ficción de las librerías”. Pero confiesa no saber bien todavía por qué le hicieron tantas preguntas sobre el hallazgo del rifle cuando declaró ante la comisión. El abogado Joseph A. Ball, uno de los investigadores del comité, le preguntó hasta en 22 ocasiones por el arma. ¿Puede señalar dónde la halló? ¿Qué hora era? ¿Miró usted su reloj y la anotó? ¿Tocó el rifle? ¿Cuál era la distancia entre las cajas donde reposaba? Boone vuelve a responder hoy, mientras lo recuerda, a aquel interrogatorio. “Creo que intentaban determinar cómo había terminado el rifle allí. Yo pienso que era algo que Harvey Oswald tenía decidido de antemano. Sabía que iba a disparar al presidente. Y que tendría que correr escaleras abajo, que estaban justo detrás, para huir. Por eso escogió aquella posición”, analiza. Quince años después de aquello, Boone aún guardaba silencio. No quería recordar lo que había sucedido. “Fue un fin de semana que trastocó el mundo. Éramos un país muy ingenuo. Desde entonces he visto cambiar muchas cosas. Hoy vivimos en un mundo diferente”, añade.




“En la América en la que yo crecí se elegía a un presidente y todos lo aceptábamos como el representante de nuestro país y lo apoyábamos. Creíamos que lo que el presidente decía a la gente era un hecho. Después llegó Eisenhower, que fue el primero que nos mintió. Luego lo hicieron otros, como Nixon o Clinton. Ahora la gente desconfía de su propio Gobierno”. Bob Huffaker, de 76 años, se muestra crítico con su país. Dice que ahora la mentira “parece haberse convertido en una táctica política aceptable” y cita como ejemplo la última campaña electoral de Obama y Romney. “Mucha gente se cree las mentiras de los políticos o de sus medios afines. Y eso subraya la atmósfera que hace que todavía hoy tantas personas no se crean los hechos de 1963 y que aún piensen que tiene que haber algo más siniestro detrás del asesinato”, apostilla. Huffaker era reportero de la televisión CBS cuando Kennedy murió. Retransmitió la caravana, dio la noticia de la muerte desde la puerta del hospital, presenció en directo cómo Ruby disparaba a Oswald y cubrió la agonía de este en la cárcel hasta morir por un cáncer de pulmón en enero de 1967. Todavía se confiesa orgulloso de la serenidad y ausencia de sensacionalismo con las que fueron capaces, dice, de trabajar aquellos días. Y de las preguntas que realizó entonces. Sobre todo cuando recuerda cómo le inquirió al jefe de policía si, con el pasado sospechoso que tenía Oswald, estaba bajo vigilancia, si el FBI sabía dónde se encontraba y por qué no había informado a la policía. Aunque aún le queda el remordimiento de haber cometido un error: confundir el segundo nombre de Oswald y llamarle Harold en vez de Harvey. “Pero fue porque uno de los policías con los que verifiqué mis datos, que estaban bien, me dio el nombre erróneamente y me dijo que así figuraba en la orden de arresto”, se excusa.

Poco después abandonó el periodismo. “Pensé que había sido un hito para mí, pero necesitaba dejarlo atrás. Me sentía profundamente atrapado en aquella historia, aún hoy me siento así, y quería hacer algo que mereciera más la pena que contar tragedias”, confiesa. Entonces volvió a la Universidad, hizo el doctorado y se convirtió en profesor. Durante 15 años nunca les habló a sus alumnos de Kennedy ni de cómo había cubierto la noticia. Tampoco comentaba su historia cuando regresó de nuevo al periodismo como editor de una revista mensual. Y solo en 2004 se atrevió, por fin, junto a tres colegas reporteros, a escribir un libro (When the news went live) en el que recuerdan cómo trabajaron aquellos días con la gran noticia de sus carreras. “Siempre supe que debía escribirlo y volver a contarlo porque tenía cierta obligación con la historia. Se lo debía”, ensalza.

Para Huffaker, hoy esa noticia “sigue siendo una de las historias con más malentendidos que me he encontrado nunca”. Se lamenta de que las teorías de la conspiración, múltiples –desde las más académicas, que cuestionan las conclusiones de la Comisión Warren sobre la actuación solitaria de Oswald o la teoría de la bala única que alcanzó al presidente y al gobernador, hasta las más atrevidas, que hablan de complots orquestados por el vicepresidente Johnson, la KGB o la Mafia–, sigan “dominando la opinión pública”. Él cree que los hechos, tanto hace 50 años como ahora, “están claros” y “no había, ni hay, evidencia de nada más”. Aunque eso no le impide preguntarse al recordarlos, sobre todo, cómo Oswald se las había arreglado para viajar a países como la Unión Soviética o Cuba. O por qué el FBI destruyó pruebas, entre ellas una carta que el propio Oswald había dejado días antes del asesinato en la oficina local de los federales en Dallas para el agente James Hosty, responsable de su seguimiento. “Creo que solo estaban cubriendo su propia ineptitud. Pero eso no ha ayudado nunca a disipar la nube de las conspiraciones”, destaca. Como tampoco lo hace, según añade de nuevo muy crítico el veterano reportero, que Estados Unidos “sea un país con un sistema educativo poco sofisticado en el que nuestros hijos crecen sin apenas conciencia y entendimiento sobre la historia del mundo y del propio Estados Unidos”. “Eso provoca una ignorancia generalizada. De ahí que hoy, 50 años después, sigamos creyendo que hubo una conspiración para matar a Kennedy”