sábado, 14 de enero de 2012

270.- El conflicto árabe - israelí en Medio Oriente



El conflicto árabe - israelí en Medio Oriente

Aspecto territorial

Desde las primeras décadas del siglo XX, la presencia de judíos en Palestina ha provocado el rechazo de los árabes musulmanes. En 1948 Palestina se dividió en dos estados: el judío (Israel) y el árabe (Palestina). Las guerras que siguieron a la declaración del estado de Israel (1949 y 1967) llevaron a la ocupación de territorios árabes por el ejército israelí. Actualmente, los territorios ocupados por las fuerzas armadas israelíes son: los Altos del Golán (frontera con Siria), Franja de Gaza (frontera con Egipto), Cisjordania (frontera con Jordania). Ésta ocupación militar impide que los árabes palestinos puedan ejercer su soberanía política y económica.


Problemática social

El ingreso promedio anual de un israelí es de casi 19 mil dólares; el de un árabe-palestino es de unos 1,600 dólares por año. Las profundas diferencias socioeconómicas entre árabes y judíos han creado una situación de profunda tensión social.

Asimismo, otro problema social difícil de superar es el hondo rencor que se ha arraigado entre judíos y musulmanes a raíz de los agravios (matanzas, humillaciones, engaños, etc.) que se reclaman mutuamente desde 1948. Esta situación ha creado una sensación de crisis perpetua y una militarización de la vida.


Política internacional

La situación geográfica de Israel es estratégica para mantener un equilibrio de fuerzas en Medio Oriente. En el conflicto árabe-israelí se enfrentan también los intereses políticos y económicos de los países occidentales, Estados Unidos a la cabeza, con los intereses regionales de los países árabes. El control de las reservas petrolíferas de Medio Oriente es uno de los asuntos que se dirimen a través de este conflicto. Desde su origen como estado independiente, Israel ha contando con el apoyo de los Estados Unidos.


Terrorismo

Una de las vías por medio de las cuales los palestinos ejercen presión política sobre Israel es a través de atentados terroristas. En 1992 se inició la práctica de suicidas-bomba, que desde entonces mantiene en estado de alerta a la población civil israelí. Los israelíes superan enormemente a los palestinos en armamento y fuerzas armadas, por eso muchos palestinos consideran que el terrorismo es la única alternativa que tiene su pueblo para luchar por la autodeterminación. También hay palestinos moderados que piensan que el terrorismo no debe convertirse en un instrumento de presión porque una vez que obtengan su autonomía política los grupos radicales usarán el terrorismo como medio de negociación aún entre los propios palestinos.

El 28 de Septiembre del 2000 el primer ministro israelí Ariel Sharon entró al Monte del Templo (Haram esh-Sharif), recinto sagrado de los musulmanes, en la ciudad antigua de Jerusalén. Los palestinos tomaron esta acción como un acto de provocación y declararon la segunda Intifada, intensificando los ataques terroristas contra el estado de Israel. La mayor cantidad de actos terroristas registrados últimamente fueron una respuesta al cerco militar que organizó el ejército israelí en torno al cuartel de Arafat en la ciudad de Ramallah, desde el 28 de marzo pasado.



¿Qué quieren los palestinos?

En términos generales, los árabes palestinos quieren que:

Israel les permita tener un estado independiente y autónomo
Garantías para que la nación palestina pueda desarrollarse económicamente
Salgan las fuerzas de Israel de los territorios ocupados en 1967
Se desmantelen los asentamientos judíos (más de 200 mil habitantes) de sus territorios
Quede bajo su jurisdicción la zona este de Jerusalén, barrio musulmán
Regresen los refugiados palestinos que se encuentran en otros países árabes, especialmente en Jordania y Líbano


¿Qué quieren los israelíes?

En términos generales, los judíos-israelíes quieren que los árabes:

Cesen los atentados terroristas contra la población civil judía
Reconozcan el estado de Israel
Acepten los asentamientos judíos en los territorios ocupados
No insistan más en el retorno de los refugiados palestinos
Permitan que los israelíes mantengan cierto control sobre los territorios palestinos para asegurar sus fronteras


Grupos armados musulmanes

Hamas
Es un grupo islámico radical que promueve el terrorismo y que provee servicios sociales a la comunidad musulmana, como clínicas, escuelas y clubes juveniles. Hamas se originó en 1987 al inicio de la primera Intifada. Está compuesto de dos grupos, el ala política y el ala militar. Sus fuerzas militares se calculan entre 200 y 300 miembros. Su objetivo es destruir a Israel y crear un estado islámico en todo el territorio. Hamas introdujo los suicidos terroristas con bombas en 1992.




Brigadas de mártires de Al-Aqsa
Es un sub-grupo radical del partido Fatah, de Yasser Arafat. Se calcula que cuenta con unos 1000 miembros. Estas brigadas se han atribuído un 70% de los ataques contra Israel. Este grupo presiona a Israel para un cese al fuego y espera obtener grandes concesiones una vez que se lleven a acabo negociaciones para la paz.




Jihad islámica
Es un grupo menor relacionado con Hamas, políticamente muy radical. Se centra en atacar a Israel y recibe financiamiento de Irán. Tienen pocos miembros, no llegan a 100, y han organizado atentados suicidas. Su objetivo es eliminar a Israel e imponer un estado islámico en Palestina.




Hizballah
Es una milicia fundamentalista shiita que surgió en el sur de Líbano en 1982 para combatir la ocupación israelí. Actualmente es un partido político en Líbano y brindan su apoyo a los palestinos. Tiene 800 soldados activos, con 2 mil reservas y un amplio armamento. Quieren crear un estado islámico en Líbano, destruir a Israel y declarar Jerusalén para el Islam. Secuestran soldados israelíes, infiltrándose por la frontera norte de Israel. También envían armas a los palestinos a través de Jordania.


Arafat y Sharon, líderes en conflicto

Se ha dicho que en el conflicto árabe-israelí hay dos obstáculos muy difíciles de salvar: Ariel Sharon y Yasser Arafat. En la apreciación de las personalidades de los dos líderes nacionales hay opiniones divididas, pero la mayoría de los analistas están de acuerdo que el odio entre ellos se extiende más allá de la política, a un nivel personal, lo cual complica aún más la negociaciones de paz en Medio Oriente.
Desde que Yasser Arafat fue electo dirigente de la Organización de Liberación de Palestina (OLP), se convirtió una de las figuras políticas más controvertidas del siglo XX. Hay quienes lo ven como un luchador social, emblema de una causa libertaria y justa y otros que ven en él a un terrorista, oportunista y tirano del pueblo palestino. Ariel Sharon, primer ministro israelí, no se queda atrás. Mientras que oficialmente es considerado como héroe militar, para lo palestinos y ciertas organizaciones humanitarias es un criminal de guerra y un ultraderechista. Aquí te presentamos las semblanzas de estos hombres tan discutidos para que los conozcas mejor.



---- Historia de Palestina

-Historia antigua de Palestina
-Los Musulmanes llegan en el siglo VII
-Los cruzados en Tierra Santa
-Los judíos regresan a la Tierra Prometida



En Medio Oriente, cada una de las partes en conflicto usan a la Historia para legitimar su derecho al territorio de Palestina. Los judíos alegan que sus ancestros vivieron allí hace más de tres mil años y, aunque después se dispersaron por el mundo, sus raíces y su destino están en esa "tierra prometida" por Dios; los árabes musulmanes acusan que el estado judío fue una imposición de Occidente -y un acto de intervencionismo- sobre un territorio que conquistó el Islam desde el siglo VII d.C.. La realidad es que actualmente judíos y musulmanes viven en el mismo territorio y, a pesar de la Historia, el futuro de Palestina le pertenece a ambos pueblos.
La historia de Palestina es larga y compleja. Su situación geográfica, de corredor natural entre Asia y África y con salida al mar Mediterráneo, la convirtió desde temprano en una zona estratégica, tanto para el comercio como para la política y para el intercambio cultural. Muchos pueblos han vivido y combatido en Palestina.


Historia antigua de Palestina
El registro arqueológico más antiguo que se tiene del ser humano en Palestina es de hace cientos de miles de años. En este territorio subsisten restos de algunas de las aldeas más antiguas de la humanidad, como Jericó, en el río Jordan, o Beidha, al sureste del mar Muerto, que datan del 9 mil al 5 mil antes de nuestra Era.

La historia del pueblo hebreo, entre el Antiguo Testamento y la verdad histórica
Los hebreos entienden su identidad histórica como una mezcla entre la historia "científica" (hecha a partir de datos arqueológicos, testimonios escritos, etc.) y la historia sagrada. Para el judaísmo, la historia de la humanidad involucra las acciones de Dios y la respuesta del ser humano.En relación a la historia antigua de los hebreos, prácticamente la única evidencia que se conoce de los primero doscientos años de los hebreos en Palestina son los libros del Antiguo Testamento.



Los musulmanes llegan a Palestina en el siglo VII
El Islam surgió con el profeta Mahoma en el siglo VII d. C. La predicación de Mahoma no fue bien acogida en La Meca y en el año 622 él y sus seguidores tuvieron que huir a Medina. Esta huída o égira constituye el año cero del calendario musulmán. Antes de morir en 632, Mahoma pudo volver y conquistar La Meca, entonces también expresó su deseo de llevar el Islam a los pueblos del norte.

Después de la muerte del profeta, el Islam se transformó de una pequeña comunidad religiosa en un poderoso imperio político. Durante esa época, del siglo VII a medidados del siglo VIII, el Islam fue gobernado por una sucesión de califas o "sucesores" de Mahoma. Las tropas musulmanas, con el Corán y la espada, no tardaron en conquistar extensos territorios de las grandes potencias. Inicialmente, la religión impulsó la expansión de los musulmanes, pero también contribuyó a esta expansión la pobreza de Arabia, asolada por la sequía y con una carencia casi absoluta de recursos. Esta escasez había provocado que generaciones de árabes emigraran al norte, adentrándose en la zona fértil de Palestina por el norte de Siria, y hacia el sudeste, pasando por los valles de Éufrates y el Tigris hasta llegar al golfo Pérsico.

Seis años después de la muerte del profeta, en el año 638, las tropas del califa Omar derrrotaron a los bizantinos en el río Yarmuk, en la actual Siria, y los musulmanes se convirtieron en los nuevos gobernantes de Palestina.


Los cruzados en Tierra Santa

En el 1009 el califa Al-Hakim dio órdenes de destruir la Iglesia del Santo Sepulcro; aunque no fue destruida en su totalidad, sufrió daños.

Esta agresión propició que los cristianos de Europa organizaran grandes expediciones conocidas como las Cruzadas, para recuperar los lugares santos. Se realizaron alrededor de ocho cruzadas y se creó el reino Latino de Jerusalén, que duró menos de un siglo. En 1098, los cruzados derrotaron a los defensores sarracenos y turcos de Jerusalén, objetivo principal de la Cruzada y mataron a miles de judíos y musulmanes luego de caer la ciudad en 1099. El día de Navidad de 1101, un franco, Balduino de Boloña, fue coronado rey de Jerusalén. En el año 1187, los musulmanes unidos bajo el mandato del sultán Saladino I derrotaron a los cruzados y retomaron Jerusalén.

Los judíos regresan a la "tierra prometida"
Durante 400 años Palestina formó parte del imperio turco otomano, del siglo XIV a 1917. En diciembre de 1917, fuerzas británicas entraron a Jerusalén y la convirtieron en capital del Mandato Británico sobre Palestina y Transjordania. Los escasos judíos que habían quedado dispersos por los viejos barrios de Jerusalén lograron organizarse por medio del movimiento sionista nacido en 1896 a partir del libro El estado judío, del periodista vienés Theodor Herzl, que proponía la creación del estado judío de Palestina.

Asimismo, después de la caída del Imperio Otomano, los pueblos árabes tendieron a fundar estados independientes. En Palestina, tales tendencias entraron en conflicto con los activistas sionistas. La situación se agudizó debido a la ambigua actitud de la política británica frente a judíos y árabes. Para ganarse el apoyo de ambos grupos en la Primera Guerra Mundial, el gobierno británico prometió a los dos prestarles su apoyo en sus deseos independentistas. En la Declaración de Balfour de 1917, Gran Bretaña manifestó estar de acuerdo en la creación de un estado para el pueblo judío en Palestina.
En junio de 1922, la Liga o Sociedad de Naciones reconoció "la conexión histórica del pueblo judío con Palestina" y exhortó a Gran Bretaña a "facilitar la inmigración y el asentamiento de judíos en ese país". Ese año. Gran Bretaña estableció el emirato árabe de la Transjordania (hoy Jordania) dentro de tres cuartas partes del territorio del Mandato y prohibió que los judíos se asentaran allí. En 1932, Gran Bretaña cedió la Meseta del Golán a Siria.


La inmigración judía fue aumentando constantemente. Los crecientes enfrentamientos entre judíos y árabes desembocaron en el levantamiento árabe de 1936, sofocado conjuntamente por tropas británicas y grupos de autodefensa judíos. Con el fin de la Segunda Guerra Mundial, en la que el pueblo judío fue diezmado por los nazis, la oleada de inmigrantes aumentó y con ello la presión de que se creara en Palestina un estado judío.

El renacimiento nacional judío tropezó desde un principio con la oposición de los nacionalistas árabes. La imposibilidad de Gran Bretaña de reconciliar las exigencias de la comunidad judía y de la árabe llevaron al gobierno británico a pedir que la "cuestión palestina" fuera incluida en la agenda de la Asamblea General de las Naciones Unidas. El 29 de noviembre de 1947, la Asamblea votó la partición de Palestina en dos estados: uno judío y otro árabe. La comunidad judía aceptó la partición, los árabes la rechazaron.



La creación del estado de Israel en 1948
En noviembre de 1947, la Organización de las Naciones Unidas aprobó la división de Palestina en dos estados, uno judío y otro árabe, así como la jurisdicción internacional sobre Jerusalén, ciudad santa para judíos, musulmanes y cristianos. El nuevo estado judio adoptó el nombre histórico de Israel (que en hebreo significa "pueblo de Dios"), se fijó la capital y sede del Parlamento (la Knesset) en Tel Aviv, y se constituyó una democracia parlamentaria.
El 14 de mayo de 1948, se proclamó el nuevo estado de Israel, pocas horas antes de que las últimas tropas británicas abandonaran Palestina. David Ben Gurión, dirigiente socialista del movimiento sionista, leyó el acta fundacional y se convirtió en el primer presidente del gobierno del nuevo país. Ante el fin del mandato británico, se intensificaron los conflictos entre árabes y judíos. Los extremistas judíos ataban aldeas palestinas y los palestinos armados hacían lo mismo con los asentamientos judíos.
Guerra de 1948
Al día siguiente de la fundación de Israel, los países de la Liga Árabe (Egipto, Siria, Irak, Líbano, Transjordania) declararon su inconformidad e iniciaron la linvasión del territorio israelí. Las fuerzas israelíes eran menores a las árabes pero la descoordinación de los árabes y el apoyo, en armas y equipos, que obtuvieron los israelíes de Checoslovaquia y Estados Unidos favorecieron a Israel y en 1949 se firmó un tratado de alto al fuego.


Jerusalén, ciudad sagrada de judíos, cristianos y musulmanes

La ciudad de Jerusalén reúne lugares sagrados de las tres grandes religiones monoteístas: judaísmo, cristianismo e Islam.


Judíos - Muro de las Lamentaciones


La historia judía atribuye a Salomón (c.970-930 a.C.) la construcción del primer Templo judío. En el año 586 a.C., los babilonios tomaron Jerusalén y destruyeron el Templo de Salomón, forzando a los judíos al exilio. En el siglo VI a.C., los judíos pudieron volver a Jerusalén y construyeron un segundo Templo sobre el emplazamieno del primero, donde colocaron el Arca de la Alianza, la urna sagrada que contenía las tablas de los Diez Mandamientos. Los constantes enfrentamientos de los judíos con los romanos en Palestino desembocaron en una revuelta en el año 66. Los romanos tardaron cuatro años en ganar esta guerra y cuando finalmente tomaron Jerusalén en el año 70, destruyeron la ciudad y demolieron el templo, todo expecto un muro.

El Muro de las Lamentaciones -único resto sobreviviente del Templo de Jerusalén- es el más sagrado de los santos lugares del judaísmo. El muro forma parte de de la murallla de contención del Monte del Templo (ahora Haram esh-Sharif ) que construyó Herodes el Grande en el año 20 a.C. para ampliar el recinto del Templo. Durante el periodo otomano, el muro se convirtió en el destino de peregrinaje de los judíos que acudían para lamentarse de la destrucción del Templo en el año 70 d.C.

Cristianos - La Vía Dolorosa e Iglesia del Santo Sepulcro

Según los evangelios, la última semana de vida de Jesús transcurrió en Jerusalén. Entró triunfalmente a la ciudad después de la pascua judía, se dirigió al templo y echó a los mercaderes, reunió a sus discípulos en la Última Cena y luego se dirigió al huerto de Getsemaní, donde fue arrestado y después condenado por las autoridades judías a morir crucificado.

La Vía Dolorosa de Jerusalén es el recorrido que siguió Jesús cargando la cruz, desde donde fue condenado hasta donde fue crucificado y la tumba donde fue enterrado. La iglesia del Santo Sepulcro es el lugar cristiano más importante en Tierra Santa. Según la tradición, esta iglesia se construyó sobre el Gólgota, lugar donde se crucificó y enterró a Cristo. Cada año, miles de peregrinos cristianos recorren la Vía Dolorosa, deteniéndose a rezar en las 14 estaciones, cada una relacionada con los hechos de la Pasión de Cristo.

Musulmanes - Haram esh-Sharif



Haram esh-Sharif, el Noble Santuario o Monte del Templo, es una explanada al sureste de la Ciudad Antigua de Jersualén donde se encuentra la Cúpula de la Roca, tercer santo lugar más importante para el Islam, después de La Meca y Medina, las ciudades del profeta Mahoma. Se dice que en el sitio que ocupa la Cúpula de la Roca (construída entre 688 y 691 d.C.) se desarrolló uno de los episodios centrales de la vida de Mahoma: el Viaje Nocturno. En este Viaje, Mahoma fue llevado desde La Meca hasta Jersualén, desde donde efectuó el ascenso a los cielos hasta la presencia de Dios, para volver de nuevo a La Meca por la mañana. En Haram esh-Sharif también se localiza la importante mezquita El-Aqsa, construida a principios del siglo VII. La Cúpula de la Roca y la mezquita de El-Aqsa representan el primer gran complejo religioso en la historia del Islam.





La Jornada
Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Miércoles 24 de abril de 2002
Política
Arnoldo Kraus

Israelíes, palestinos y "los otros"

Las voces de los pacifistas en Israel son contundentes, pero insuficientes. Los muertos palestinos suman demasiados; lamentablemente sus cadáveres siempre serán inútiles y nunca asaz para que sobre sus cuerpos se trace paz alguna. La inseguridad como cotidianidad en la vida de los israelíes, no sólo cual destino, sino como muerte, es un fenómeno brutal, devastador e incomprensible para la gran mayoría de quienes habitamos otros países. Sumidos en la peor de las barbaries, ambas poblaciones se encuentran asfixiadas en un túnel, cuyo fin parece inalcanzable. ¿Qué decir acerca de los muertos? ¿Cómo encontrar el término adecuado que describa el odio que ha infestado la región y que se ha propagado, nuevamente, sobre todo en Europa, en palabras y en acciones, bajo la realidad del antisemitismo?

La destrucción y las muertes causadas por el ejército israelí son yermas, inservibles y repugnantes. Ury Avnery, pacifista israelí y miembro del Parlamento, escribió al reflexionar sobre los sucesos actuales, y en particular en los acontecimientos de Jenin: "Nada bueno para Israel saldrá de esta aventura, así como nada bueno salió de las anteriores aventuras de Sharon. La concepción del operativo era estúpida, su ejecución cruel, y los resultados serán desastrosos. No traerá seguridad ni paz, no resolverá problema alguno, pero aislará a Tel Aviv y pondrá en peligro a los judíos en todo el mundo".
Avnery, por supuesto, tiene razón: la espiral generada por las muertes carece de fin. El odio es una enfermedad brutalmente contagiosa que se propaga como la peor de las epidemias. Sembrarlo es fácil; erradicarlo, imposible.

Los actos terroristas de los palestinos -se dice que es su única defensa- no son menos nauseabundos. Al mundo le preocupa, con razón, que el poderío del ejército israelí sea muy superior a la fuerza de los combatientes palestinos. Pero la sinrazón que cobija al palestino que decide dedicar su vida a Dios y a su pueblo no es menos temible que los tanques de Israel. Atrás de cada terrorista palestino hay una larga historia no sólo fundada por Israel: fanatismo, dinero en grandes cantidades, las torpezas de Arafat, e incontables caras embozadas que ven con buenos ojos cómo vuelan los cuerpos de 10, 15 o 20 israelíes mientras toman café o celebran una fiesta. Las madres de los suicidas dicen sentirse orgullosas de sus vástagos y ofrecen las vidas de los otros. La muerte del hijo representa un ingreso que oscila entre 25 mil y 100 mil dólares, y se lee como un acto divino que enaltece no sólo al pueblo, sino a Dios. El asesinato de israelíes no se considera un acto de venganza, sino de justicia. Al igual que la malevolencia, el fanatismo es un acto preñado de estupidez en el cual el peso y valor de las palabras son nulos. Denominar mártires a los terroristas es contraponer valores.
El dinero proveniente de "los otros" actores, quienes parecen lavarse las manos por la situación actual de los palestinos, pero que han sido actores cimentales desde siempre en el conflicto, es parte ineludible de la trama. Los palestinos han servido como pegamento para unir a las naciones árabes contra Israel y no debe soslayarse en la discusión actual. Lo mismo sucede con las naciones vecinas de Israel, que nunca han incorporado a los palestinos a sus vidas. Tampoco debe olvidarse que algunos de esos países los han vejado, asesinado y olvidado. Han suministrado mucho dinero para alimentar la inquina y crear centros de terrorismo, pero han contribuido poco, muy poco, para sembrar escuelas, mejorar la salud o la educación. ¿Quiénes presionaron a Yasser Arafat para que no aceptara el plan de paz de Barak que, como se recordará, ofrecía "casi todo" lo que el líder palestino había solicitado? La única forma de entender la persistencia de Arafat en el poder es que su presencia conviene a múltiples y oscuros intereses. O ¿acaso ha mejorado la calidad de vida de sus connacionales?

El odio de los palestinos se ha alimentado por el de los israelíes y viceversa. Esa suma rebasa todo diálogo. La inutilidad de la ONU, de Estados Unidos, de destrucción de parte de la vida palestina y la siniestra presencia de quienes apoyan y consideran justos los actos terroristas ha creado un entramado inimaginable.

Por ahora, las muertes y el odio han sepultado todo diálogo. Los palestinos merecen el derecho a la autodeterminación, el fin de la ocupación y vivir en libertad y seguridad. Los israelíes requieren ser reconocidos por las naciones árabes y garantizar su seguridad. Mientras Sharon y Arafat persistan en el poder será imposible.

No hay comentarios:

Publicar un comentario