miércoles, 18 de enero de 2012

284.- Matanza de TLATELOLCO




Matanza de Tlatelolco

La matanza de Tlatelolco ocurrió el 2 de octubre de 1968 en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco, Ciudad de México. No se ha logrado esclarecer la cantidad de muertos: algunos estimados apuntan a miles, pero casi todas las fuentes oficiales reportan entre 200 y 300. Centenares de personas resultaron heridas y varios miles arrestadas.
La masacre estuvo precedida por meses de intranquilidad política en la capital mexicana, con demostraciones y protestas estudiantiles para apoyar los eventos que sucedían en el mundo en 1968.
El 27 de agosto más de 200.000 estudiantes marcharon por el centro de la ciudad de México y se instalaron en el Zócalo (plaza central del D. F.). Al día siguiente fueron reprimidos por la policía y el ejército mexicano.
Los estudiantes buscaban atraer la atención que había sobre la ciudad por los Juegos Olímpicos de 1968. El entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz, estaba empeñado en detener las protestas y en septiembre, semanas antes de la masacre, ordenó al ejercito ocupar el campus de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). El ejército detuvo y golpeó indiscriminadamente a muchos estudiantes. Como señal de protesta el rector Javier Barros Seirra renunció el 23 de septiembre.
A pesar de esto, las protestas estudiantiles no se acallaron. Las manifestaciones crecieron en tamaño hasta que el 2 de octubre, luego de nueve semanas de huelga estudiantil, 15.000 estudiantes de varias universidades marcharon por las calles de la ciudad, llevando claveles rojos para protestar por la ocupación del campus universitario. Al caer la noche, 5.000 estudiantes y trabajadores, muchos de ellos con sus esposas e hijos, se congregaron en la céntrica Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco.
Al final del día fuerzas militares y policiales —equipadas con coches blindados y tanques de guerra— rodearon completamente la plaza y abrieron fuego, apuntando a las personas que protestaban y a las que pa0saban en ese momento por el lugar. En breve una masa de cuerpos cubría toda la superficie de la plaza.
La masacre continuó durante la noche, los soldados allanaron los edificios de apartamentos adyacentes a la plaza. Testigos de los hechos aseguran que los cuerpos fueron sacados en camiones de basura.
La explicación oficial del incidente fue que provocadores armados, ubicados en los edificios que rodeaban la plaza, iniciaron el tiroteo, y las fuerzas de seguridad respondieron en defensa propia.
Los medios de difusión de todo el mundo publicaron la noticia de que se había registrado el choque más sangriento entre los estudiantes y tropas del gobierno.
En octubre de 1997, 29 años después de la masacre, el congreso mexicano formó un comité para investigar la masacre de Tlatelolco. El comité tomó testimonio a varios testigos y activistas políticos involucrados, incluyendo al expresidente de México Luis Echeverría Álvarez (quien en aquella época era ministro del Interior). Echeverría admitió que los estudiantes estaban desarmados y también sugirió que la acción militar fue planificada anticipadamente para destruir o debilitar el movimiento estudiantil.
En octubre de 2003 (35 años más tarde de la masacre), se conoció la relación del gobierno los Estados Unidos en la masacre cuando el National Security Archive de la Universidad George Washington publicó documentos de la CIA, el Pentágono, el Departamento de Estado, el FBI y el Poder Ejecutivo. Los documentos detallan que:
En respuesta a la preocupación del gobierno mexicano por la seguridad de los Juegos Olímpicos, antes y durante la crisis el Pentágono envió al país más instructores en lucha antisubversiva, armas, municiones, material para control de protestas y equipo sofisticado de comunicación militar.
Entre julio y octubre los numerosos agentes de la CIA que se encontraban en el país reportaban casi diariamente los hechos que ocurrían dentro de la comunidad universitaria y del gobierno. Seis días antes de la masacre, el ministro del interior Echeverría y el director de la oficina mexicana de Seguridad Federal dijeron a varios agentes de la CIA que la "situación se controlaría brevemente" (traducido del inglés).
Según la CIA, el gobierno mexicano "arregló" con el líder estudiantil Sócrates Campos Lemus una acusación contra dirigentes políticos disidentes de apoyar económica y logísticamente el movimiento. Entre los líderes acusados se encontraba Carlos Madrazo.

Libros y películas
Estos hechos son narrados en la película Rojo Amanecer (1989), dirigida por Jorge Fons, y el libro La noche de Tlatelolco de Elena Poniatowska.





EL POEMA "TLATELOLCO" de Marcela del Río

COMO TESTIMONIO DE CARGO


Por Ana María Camargo

University of Central Florida

El poema "Tlatelolco" del libro de poesía Tiempo en palabras(1985) de Marcela Del Río, se inserta en una sucesión de 
acontecimientos históricos, sociales, políticos y culturales que caracterizan el régimende Díaz Ordaz desde 1964 y que continúa hasta1968, año en que surge un despertar político
por parte de los jóvenes, su unión que desmentía la tradicional rivalidad entre los politécnicos y los universitarios.
Todo el poema es una expresión acusatoria sobre la masacre del dos de octubre de 1968 ocurrida en la plaza de Las Tres Culturas de Tlatelolco, en la ciudad de México. El movimiento estudiantil de ese año marca un momento de concienciación político - social de los jóvenes universitarios en su lucha por una unificación organizada de las universidades del país para participar en una reforma de sus programas de estudios.
Este trabajo se propone analizar la posición de la poeta ante un hecho histórico vivido por ella y la estrategia que ella utiliza para que su creación poética funcione como testimonio de cargo en el juicio que la historia realice de esos hechos sangrientos.


De acuerdo a mi lectura del poema Tlatelolco, la autora utiliza tres voces, cada una con una función distinta. Utilizaré la terminología de acuerdo a la siguiente significación: voz lírica a la que usa el Yo de la poeta para expresar su mundo interior y cómo la afecta lo que observa del mundo exterior; voz poético-narrativa a la que relata en tercera persona las acciones tanto de la poeta, como de los acontecimientos que se están verificando abajo de la ventana donde está situada la poeta y que quedarán insertos en la historia nacional de México, y la tercera voz, que es contextual y no ficcional, describe la caída de Tlatelolco, tal como aparece descrita en el Códice Florentino, libro XII, folios 254 a 492. (N.A.), la cual ocurrió en la época prehispánica, esto es en el enfrentamiento de los tlatelolcas con los invasores aztecas, antes de la llegada de los españoles a América. La poeta se desplaza de una voz a otra creando una plurisignificación de perspectivas que trasciende al poema.


Dentro del contexto histórico en que se desencadenan los hechos que dan origen al poema ocurren dos acontecimientos que son concomitantes: uno se refiere a la XIX (décima novena) Olimpiada que se iniciaría en México el 18 de octubre de 1968 y el otro, el anuncio de las Olimpiadas Culturales para celebrarse en la misma fecha. En esas olimpiadas culturales se abre
un concurso para ganar un premio olímpico en poesía que es donde participa la autora. También en esos momentos los estudiantes están protestando porque necesitan que se haga una reforma en sus programas de estudios.
Pero el gobierno está muy ocupado en la preparación de las olimpiadas deportivas y culturales y además, está preocupado por la buena imagen que desea que todos los extranjeros visitantes se lleven de México.
Por lo tanto, no quiere saber nada de disturbios estudiantiles.
Pero los estudiantes cansados de los desplantes del gobierno, deciden que es el momento de tomar una desición. Así, el 2 de octubre de 1968 los jóvenes llegan a la plaza de Las Tres Culturas para asistir a la reunión convocada por la asociación de estudiantes universitarios.


Paralelamente a todos estos acontecimientos la autora se encuentra en su apartamento del piso decimotercero en el edificio Chihuahua de Tlatelolco que queda al frente de la plaza y se dispone a escribir el libro de poesía para
el concurso. Del Río acababa de escribir días antes de celebrarse el mítin de estudiantes en la plaza, uno de los 52 poemas que contiene su libro Trece cielos (1970), titulado "Cuautémoc frente a la destrucción de Tenochtitlan":





Se desgarran las plumas, los oros agonizan,
conozco la vergüenza que es la soledad,
cuando sobrevivir llega a ser indignidad,
en un mundo donde ya no hay lugar para la vida .

Nadie llora conmigo, nadie llora por nadie
Si todos van muriendo ¿quién podrá condolerse
de este pueblo que muere sin que a la muerte sacie?

¡Que el mundo no recuerde este infierno de sangre
para que igual matanza no vuelva a repetirse!
¡Que los hombres olviden esta pira infamante!






Este poema que describe la historia de la tribu de los tlatelolcas que sucumbieron ante los aztecas, paradójicamente, parece estar describiendo la masacre que ocurrirá después de haberlo escrito, en el mismo lugar en que los estudiantes han convocado su mitin.


Del Río se da cuenta de que lo que ha escrito en el poema sobre la destrucción deTenochtitlan empieza a cobrar vida en las escenas que está contemplando desde su ventana días después de haber terminado de escribir el poema.


Ese momento es relatado dentro del propio poema, cuando de la visió de la masacre del 2 de octubre de 1968, la poeta (personaje del poema) va describiendo el ataque del ejército contra los estudiantes universitarios en la plaza de Tlatelolco.






En mitad de la plaza un montón de cuerpos
monstruo de cien brazos y mil miembros late
sin corazón, con la sangre revuelta de unos y de otros...
Los heridos, metidos entre los muertos,
no pueden moverse por el peso de otros cuerpos,
unos fríos otros calientes, unos gimen, otros injurian:
"se me muere uno en el vientre,
me vomita otro en la cara, mi brazo ya no se mueve
¡que se me nubla la plaza!
Allí están en las baldosas, macerándose en su salsa,
usando escudos humanos, unos vivos, otros muertos,
para cubrirse los cuerpos...







Tanto el poema que refiere la caída de Tenochtitlan, como el que narra el ataque a los estudiantes del 2 de octubre de 1968 aluden, paralelamente, al hecho histórico de la masacre en el mismo lugar sólo que en épocas diferentes:
la prehispánica y la época moderna.


Si de acuerdo con Wolfgan Iser la estética de la recepción de un texto establece conexiones con el pasado, el presente y el futuro del lector, es evidente que los textos de Del Río pueden ser percibidos por el lector de una época de una manera diferente a aquella en que un lector de otra época lo perciba, especialmente, si para ese momento el elemento receptor ha sufrido un cambio generacional. Un ejemplo concreto sería la nueva generación de lectores que surgirá a partir del nuevo milenio que analizarán lo que aconteció en La Plaza de las Tres Culturas como un simple hecho histórico plasmado por la sensibilidad y época de la escritora.


Para valorar el poema escogido de acuerdo con la teoría de la recepción conviene analizarlo en su aspecto transgresor del pensamiento de la generación que sufrió las consecuencias de la represión de sus libertades civiles, y contrastarlo con la actual generación.
Después de los acontecimientos del 2 de octubre de 1968, el tema de Tlatelolco fue tabú en los años subsiguientes.
No se podía hablar del asunto. Así Elena Poniatowska lo manifiesta en su libro Fuerte es el silencio (1980).


Después de la masacre, el mismo 2 de octubre, los taxis, los ciclistas, los peatones pasaban junto a la plaza de las tres culturas como si nada hubiera ocurrido. La vida volvió a una normalidad insultante. Hubo pocas protestas públicas.
O el gobierno las silenció o la gente estaba aterrada. Raúl álvarez Garín nos dijo en Lecumberri: "La masacre del 2 de octubre fue justificada por todos los sectores gubernamentales, los más impúdicos, con ruidosas declaraciones públicas, y los otros con un profundo silencio cómplice. No se oyó ni una voz oficial de protesta por el asesinato de estudiantes, salvo, fuera del país, la renuncia de Octavio Paz a la embajada de México en la India...


Marcela del Río denuncia la masacre de Tlatelolco en tres obras de sus obras: en el poema premonitorio "Cuauhtémoc frente a la destrucción de Tenochtitlan", que forma parte del libro Trece cielos, y que paradójicamente
resulta con un Premio Olímpico precisamente en esas nefastas Olimpiadas de 1968 en México; después, en la sección "Los remolinos", que es el tercer afluente de la novela La cripta del espejo (312) y, finalmente, en dos de sus poemas del libro Tiempo en palabras publicado en París en edición bilingüe: "Dos de octubre" y el que ahora se analiza titulado: "Tlatelolco."


Este poema da inicio con la voz lírica. Voz que no es la que contiene narración, sino la voz del Yo de la poeta que interpreta la realidad y que al rememorar los hechos de sus antecesores va transformando en el lector la imagen del pasado hasta hacer que su metáfora vaya desvaneciendo gradualmente el recuerdo de lo sufrido hace centurias por el pueblo de México para dar paso, en su lugar, a la representación de lo que está sufriendo en el presente ese mismo pueblo.
El poema se inicia con la voz lírica que expone las intenciones de la poeta al escribir este poema:






Debo escribir el canto de mis ancestros idos,
de aquellos que me heredaron en torrentes globulares
sus quejas, sus lamentos, que por mis venas pulsan
en latidos de piedra labrada en mis arterias.
Canto los trece cielos de su mitología tan vasta
como el hombre
y su agonía terrestre
tan breve como el hombre





La poeta siente una gran necesidad de comunicar a las generaciones venideras la historia de sus antepasados.
Ese legado cultural que pueden descubrir por ellos mismos en los poemas de sus antiguos poetas.
Se advierte en el poema, cómo Marcela Del Río siente atracción por el antiguo mundo indígena, atracción que intenta trasmitir a los jóvenes, tal como lo anuncia en el propio poema de "Tlatelolco".
Por tanto, los sonetos de esa epopeya, a la que denominó
Trece cielos,contiene la representación de los dioses según el mito solar, así como un complicado uso de la numerología entre otros muchos aspectos con los que trata de transmitir la atración por la cultura prehispánica a las nuevas generaciones. Así lo confirman los siguientes versos del poema "Tlatelolco."



Narraré sus historias.
Describiré sus cielos de turquesa y basalto.
Hablaré de sus cielos de ónix, de azabache...
...Yo contaré a esos muchachos que hoy surcan
por la plaza con sus jóvenes alas ,
los dolores sufridos de sus padres y abuelos.
les diré que recuerden a los viejos poetas,
aquellos que describieron a Motecuhzoma
el horror de las armas antiguas.






Con la llegada de los jóvenes a la plaza, la poeta reacciona emotivamente y da paso a la voz poético-narrativa, la que relata en tercera persona las acciones tanto de la poeta, como de los acontecimientos históricos que se están verificando en la Plaza de Las tres culturas de Tlatelolco y que la poeta ve desde su ventana. La poeta personaje del poema, muestra cómo al estar escribiendo su libro
Trece cielos se inicia el mitin en la plaza, por lo que detiene su trabajo cuando ve llegar a los estudiantes que se reúnen con sus compañeros. Así dice:









Abajo, la plaza va apretándose de alientos jóvenes.
Llegan como los pájaros de aquella película de Hitchcock.
Parece no haber premeditación ni cita, pero llegan,
llegan de dos en tres, de tres en cuatro,
de dos en seis, pero nunca de uno en uno.
El sol octubrino entibia las baldosas. ...
Las campanas anuncian que es hora de la misa.
Pero ellos no entran en la iglesia, se quedan en la plaza. ...








De pronto la poeta ve una luz verde lanzada desde un helicóptero que cae justo en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco donde los estudiantes están reunidos. Al instante, ve salir, desde atrás de la iglesia, al ejército disparándoles.

Comenta Del Río que el ejército no sólo disparaba a los estudiantes que en ese momento quedaron atrapados en la plaza, sino que disparaban a los que trataban de refugiarse en los departamentos situados al frente de la plaza. Del Río vivía en uno de esos departamentos que estaban siendo baleados. Ella quería saber la suerte que corrían los estudiantes que estaban en la plaza, de modo que estando parapetada bajo la ventana, tomó un espejo lo alzó hasta el hueco de la ventana para tratar de ver lo que ocurría. Pero una bala le rompió el espejo.

Ese momento del inicio de la masacre queda relatado 
en el poema dando entrada a la voz contextual.

Esa tercera voz, que es contextual y no ficcional, describe la caída de Tlatelolco, tal como aparece descrita en el Códice Florentino, libro XII, folios 254 a 492. (N.A.), la cual ocurrió en la época prehispánica, esto es en el enfrentamiento de los tlatelolcas con los invasores aztecas,antes de la llegada de los españoles a América. Hay dos hechos históricos que se relacionan con la masacre en de la Plaza de las tres Culturas de Tlatelolco: La destrucción
de la tribu de los tlatelolcas por parte de los aztecas y posteriormente la destrucción de la gran ciudad de Tenochtitlan por los conquistadores. Es decir, la masacre de la tribu de los tlatelolcas que narra el Códice Florentino está inserto en el poema de Del Río como una narración paralela que al describir la masacre de la época prehispanica, a su vez, está describiendo la masacre de los estudiantesdel 2 de octubre de 1968. El poema sobre la destrucción de Tenochtitlan del libro Trece Cielos que está escribiendo la poeta para someterlo al Concurso Olímpico Literario es como una premonición de lo que va a pasar, porque, como se dijo antes, Del Río lo escribe días antes del 2 de octubre del 68 que es el día de la masacre.


La poeta-personaje reacciona y la voz poético-narrativa cuenta el suceso, paralelamente a como va narrando la voz contextual la caída de Tlatelolco centurias atrás.
Así lo confirma el siguiente texto que pertenece al Códice Florentino narrado por la voz contextual.






"¡Es cercado por la guerra el tenochca.
Es cercado por la guerra el tlatelolca!"
"Mientras se está gozando de la fiesta
y los cantos son como un estruendo de olas,
en ese preciso momento, los soldados
toman la determinación de matar a la gente."







De la misma manera que los tlatelolcas estaban festejando y escuchando sus cantos cuando fueron cercados por los aztecas, en forma similar, Del Río describe el momento en que los soldados del gobierno cercan a los estudiantes
para matarlos en el mismo lugar muchos años después.
Según cuenta la autora, conforme los estudiantes llegaban a la plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco, se quedaban de pie formando la V de la victoria, otros se sentaban frente al edificio Chihuahua disponiéndose a escuchar los discursos de sus dirigentes, en ese momento, se dio la orden de dispararles.







Las puertas de la iglesia se cerraron
para que nadie entrara...
pronto llegaron los tanques de hierro
los tanques de hierro a luchar contra los niños,
las mujeres, los vecinos,
La anciana que salió a comprar leche no los burló
ni la dueña de la papelería
ni el hombre que hacía trajes de cuero...
Desde la azotea de la iglesia , hasta las seis de la tarde...
sale la metralla hacia el norte, hacia el sur,
hacia el este, hacia el oeste,
y allí quedan los jóvenes imberbes
y las muchachas núbiles. Allí queda su espíritu: ...







La poeta continúa debajo de la ventana tratando de protegerse de las balas, cuando se acorda de que un violín de su esposo
Hermilo Novelo estaba recién barnizado y él lo había colgado de una lámpara en medio de la sala para que se secara.
Arrastrándose y protegiéndose con una silla de metal pudo llegar a la sala, se subió a otra silla, lo descolgó y lo guardó.
Cuando regresó a su puesto debajo de la ventana encontró un enorme agujero en la pared donde ella estaba agachada. Es decir que, el ir a salvar el le salvó a ella la vida.
Desde su departamento escucha los gemidos de los heridos, y tal como ella me lo dijo, le fue muy difícil olvidar aquellos gemidos.
Cuenta Del Río que lo que más le impresionó.
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Marcela del Río
Nace en Coyoacán, ciudad de México, el 30 de mayo de 1932, crece en el seno de una familia de escritores. Su madre: María Aurelia Reyes de del Río, escritora, periodista y pintora; su padre: Manuel del Río Govea, abogado, historiador y, en su juventud: actor; su hermano: Carlos Pacheco Reyes, filósofo, periodista y psiquiatra. De su madre aprende a pintar y hereda su afición a las letras y a la música clásica. De su padre, su gusto por el teatro y su interés por la historia. A la muerte de su madre, es su tío abuelo, Alfonso Reyes, quien le revisa sus primeros artículos periodísticos que inicia a los diecisiete años, aunque ya había ganado un galardón por su poesía, a los quince años.

Estudios

Doctora en Filosofía por la Universidad de California, Irvine. Secundaria en la Universidad Femenina de México. Preparatoria en la Universidad Nacional Autónoma de México. Arte Dramático en la Academia Cinematográfica de México, que dirigía Celestino Gorostiza, en donde estudia con José de Jesús Aceves, Salvador Novo, Felipe Montoya, Clementina Oero de arrios, Pin Crespo, entre otros maestros. Al ser nombrado Gorostiza director del Instituto Nacional de Bellas Artes, éste clausura su Academia y se lleva a sus alumnos aventajados a la Escuela de Arte Teatral de Bellas Artes, entre ellos a Marcela del Río. Ahí, ella tiene como profesores, además de Novo, a André Moreau, Francisco Monterde y al propio Gorostiza. Después de graduarse, el maestro y director teatral, Seki Sano le otorga una beca para estudiar en su Academia, donde comparte aula con actores de generaciones anteriores, como Wolf Ruvinskis y María Douglas.

Referencias

Desde hace más de 25 años pueden encontrarse referencias sobre Marcela del Río Reyes en distintas enciclopedias y revistas académicas y literrias. Los ensayos, artículos y reseñas sobre su obra literaria y pictórica son numerosas, tanto en revistas académicas como en medios periodísticos y televisivos.
Se han dictado numerosas ponencias en conferencias internacionales en las que han dedicado sesiones enteras al estudio de su obra dramática, fílmica, literaria y pictórica, que también se estudia en varias universidades.

Además de su sitio hay varias páginas dedicadas a ella en la internet, como la realizada por la Universidad de la Ciudad de Nueva York que aparece entre los enlaces de la página de inicio, la del Mundo hispano y otras


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