jueves, 14 de junio de 2012

502.- Nancy Spero y el compromiso con la igualdad



Nancy Spero y el compromiso con la igualdad
por Isabel Menéndez

Fue una mujer comprometida con la igualdad de género, especialmente en el arte, y como otras famosas creadoras, con una experiencia vital marcada por el dolor físico (padecía artritis degenerativa). Era Nancy Spero, pintora norteamericana y figura fundamental del arte feminista. 
Falleció el 18 de octubre del año 2009 en Manhattan, a los 83 años de edad. Con ella se nos fue una de las figuras más interesantes y controvertidas del arte contemporáneo.




Spero, natural de Cleveland, educada en París y neoyorkina de adopción, consideraba que la función del arte era lograr que el público reaccionara. “Se trata de remover las entrañas”, aseguraba. Así, durante los años sesenta se comprometió en sus obras con su propio activismo político, en un momento en que los medios de comunicación estaban plagados de imágenes del conflicto bélico en Vietnam. Para Spero, era necesario demostrar su rechazo a la guerra, y lo hizo con obras que incluían bombas, hongos nucleares, aviones gigantes o expresiones del argot militar.





Más tarde, en la década siguiente, se concentró en la denuncia de la violencia de género. De esa época es la famosa obra “Torture of Women”. En aquellas obras, que ella consideró como abiertamente feministas, ensamblaba figuras del arte antiguo con fragmentos de los informes de En este sentido, se suele afirmar que fue una artista que supo romper con la barrera que separa la obra del espacio en que se exhibe, obligando al público a participar.Amnistía Internacional sobre torturas. Su objetivo era denunciar la violencia institucional que padecen las mujeres.




En los ochenta, comenzó a reflexionar sobre el papel del público en la contemplación de la obra de arte, al tiempo que el cuerpo femenino se convertía en el único motivo que ilustraba su trabajo. Fue entonces cuando se dedicó a denunciar la invisibilidad del trabajo de las mujeres en el arte. En este sentido, se suele afirmar que fue una artista que supo romper con la barrera que separa la obra del espacio en que se exhibe, obligando al público a participar.





Spero fue, sin duda, una de las artistas y activistas que mejor supo combinar su compromiso político, la crítica social y el arte. Y lo hizo desde su primera época, cuando estudiaba en el Art Institute de Chicago. Por ello, su trabajo puede considerarse subversivo y contestatario. En efecto, su obra, que conjugaba lo pictórico con lo literario, era también una búsqueda de un arte no marcado por la visión androcéntrica. De ahí que abandonara muy pronto la pintura en lienzo pues consideraba que era una técnica tan masculina que la marginaba como artista. 
Partiendo de esa idea de búsqueda de un lenguaje femenino y de la reivindicación del espacio creativo para las mujeres, trabajó activamente por la igualdad de las artistas. Se dedicó a denunciar la infrarrepresentación femenina en museos y galerías, hasta el punto de llegar a fundar la primera galería solo para mujeres, en el Soho de Nueva York. Para ella, tanto el arte como la vida estaban marcadas por su doble condición, de artista y de mujer, lo que implicaba una lucha constante contra un arte marcado por lo masculino, un “club de hombres” que le molestaba.




En España se pudo admirar su obra el año 2008, con una exposición (“Dissidances”) en el Macba de Barcelona que supuso la mayor retrospectiva realizada hasta entonces sobre su trabajo. Por ella obtuvo el premio Ciudad de Barcelona. 



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