jueves, 5 de enero de 2012

204.- Con los Borbones la realidad supera a la ficción







Jose María Zavala, autor del libro 
'Bastardos y borbones': 
"Con los Borbones, la realidad supera a la ficción"




Alfonso XII




El escritor saca a luz los hijos secretos de príncipes y reyes españoles y descubre documentos que dan un giro a la historia de la dinastía real.


"A todos los bastardos, reales o no, despojados de su historia", con esta dedicatoria, José María Zavala comienza su libro 'Bastardos y Borbones' (Editorial Plaza &Janés). En él, el escritor hace un recorrido por el pasado más desconocido de la dinastía: los hijos secretos de príncipes y reyes.

Fruto de un arduo trabajo de investigación, Zavala saca a la luz hijos bastardos de los que hasta ahora no se tenía conocimiento e importantes revelaciones que dan un giro a la historia de España.
Alfonso de Bourbon, hijo ilegitimo de Alfonso de Borbón y Battenberg y de la cubana Edelmira Sampedro
- Hoy Corazón: Una de las revelaciones más sorprendentes es el documento del confesor de María Luisa de Parma en el que afirma que esta le contó que ninguno de sus hijos era de Carlos IV...

- José María Zavala: Sí, a mí también me sorprendió cuando lo encontré. Fui al archivo del Ministerio de Justicia, donde localicé el expediente de Juan de Almaraz, el confesor de María Luisa de Parma. Descubrí un sobre que ponía 'reservadísimo' y ahí estaba el documento contando lo que le había dicho la Reina en el lecho de muerte: que ninguno de sus 14 hijos era del Rey Carlos IV.
Si lo que se dice es cierto se plantea un problema de legitimidad sucesoria, porque ni Fernando VII ni Francisco de Paula ni Carlos María Isidro eran hijos del Rey. ¿De quién entonces? Siempre se especuló que algunos podían ser de Manuel Godoy. Con este documento arranca el libro y toda la historia novelesca que rodea a Juan de Almaraz.
La actriz Carmen Ruiz Moragas
Como Fernando VII, para evitar que transcendiera el secreto, lo confinó en una mazmorra en el castillo de Peñíscola (Castellón) durante siete años. Es una especie de conde de Montecristo. De ser cierto lo que cuenta el documento, los Borbones pierden legitimidad desde María Luisa de Parma y no, como se pensaba, desde Alfonso XII, del que, por medio de una correspondencia vaticana se trasluce que no es hijo de Francisco de Asís, a quien apodaban 'Paquita' por razones obvias, sino del comandante de ingenieros Enrique Puig-Moltó, uno de los numerosos amantes de Isabel II, de los cuales se habla en este libro.

- ¿Qué otras revelaciones salen a la luz?

- El libro es un cúmulo de historias ligadas por la bastardía. Así, se descubren bastardos de los que no se conocía nada y que han visto en el libro un salvavidas para salir a la superficie. Me estoy acordando de Alfonso de Bourbon, un hombre entrañable de 78 años, que reside en San Diego (California) y que fue encomendado a unas monjitas de la caridad en Suiza. Cuando la Familia Real española se marchó al exilio en el año 31, el entonces Príncipe de Asturias, Alfonso, que era hemofílico, se quedó en Suiza, ingresado en una clínica.
Allí conoció a la cubana Edelmira Sampedro, de la que se enamoró perdidamente. De su romance nació Alfonso de Bourbon. Su abuela paterna, la Reina Victoria Eugenia, se preocupó de que el niño tuviera una pensión vitalicia para que pudiera costearse sus estudios en La Sorbona. Bourbon llegó a ser interprete en Naciones Unidas y, hoy en día, vive soltero y solo.
En nuestro encuentro me dijo: "Yo sé muy bien quiénes son mis padres y a estas alturas, no voy a reclamar nada en los tribunales. Lo único que quiero es que lo poco que me quede por vivir, lo haga en paz". Ha sido feliz, pero tiene que conservar esa espinita clavada, porque le hubiera gustado conocer a sus padres. También sale a la luz en el libro el caso de Mercedes Basáñez, de la que no se sabía absolutamente nada.
La cantante de ópera Elena Sanz, que estuvo muy enamorada de Alfonso XII
He consultado la opinión de un historiador uruguayo que conocía mucho sobre el que fue primer secretario de la embajada de Uruguay en Madrid, Adolfo Basáñez de la Fuente. Su mujer, Mercedes, se enamoró de Alfonso XII en una fiesta en casa de la marquesa de Esquilache. El Rey también se prendó de ella y fruto de esos escarceos amorosos nació Mercedes Basáñez. Ella se casó con el embajador de Chile en Madrid, Emilio Rodríguez Mendoza.

- Uno de los capítulos más controvertidos es el del Rey Juan Carlos, al que se llegó a atribuir dos hijas. ¿Qué nos puede contar sobre esto?

- Son casos muy distintos: Uno fue desmentido por la Casa Real: el de María José de la Ruelle, que dice que es hija de don Juan Carlos y de María Gabriela de Saboya. Ella puso una demanda de filiación y acabó perdiéndola. No se practicó la prueba de ADN, como ella requería. Y es que en esta historia hay datos que no acaban de encajar: esta mujer nació en 1954, cuando don Juan Carlos tenía 16 años y María Gabriela, 14. Si a eso le unimos que María José perdió el juicio y que previamente esta noticia había sido desmentida por la Casa Real, hay razones para creer que su historia no es cierta.
La Reina María Cristina Borbón, que tras morir su esposo, Fernándo VII, tuvo ocho hijos ilegítimos con su guardia de corps Agustín Fernando Muñoz
Luego está el caso de Paula di Robilant, hija de Olghina di Robilant. Ella y don Juan Carlos se conocieron en el verano del 56, en Portugal, y luego se siguieron viendo esporádicamente. Cruzaron cartas de amor entre los años 57 y 59. En octubre del 59, nació Paola, que hoy vive en Inglaterra, está soltera y no quiere saber nada de este asunto. En el año 60, estando en Roma, Olghina comunicó a don Juan Carlos que había tenido una niña. Años después, en 1989, la revista italiana Oggi publicó una entrevista de Olghina en la que decía que el padre de su hija era don Juan Carlos. Desde entonces, no había vuelto a hablar y ha roto su silencio en este libro. Me explicó que un periodista de Oggi le insistió en que tenía que decir que el Rey era el padre de su hija y que ella en ningún momento afirmó que lo fuera.
Según Olghina, su madre había extendido el rumor de que don Juan Carlos era el padre para darse ínfulas de grandeza. Aseguró que había demandado a la revista, pero que, en aquel momento, no tenía dinero y no pudo contratar a un buen abogado y perdió el juicio. Sobre el verdadero padre de Paola, dijo que era un señor de Roma, que no era el Rey –remarcó–, que estaba casado y al que no quería poner en ningún compromiso. Afirmó que de lo único que se arrepentía era de haber vendido, hace años, las cartas de amor con don Juan Carlos por 70 millones de liras –una miseria–, porque necesitaba dinero.

- El libro también se hace eco de algunos romances...

- Sí, en el caso de Alfonso XIII, con Celia Gámez, Genoveva Vix o La Bella Otero, entre otras, pero yo he puesto el acento en las relaciones extramatrimoniales que han dejado descendencia. Como es el caso de la otra Eulalia de Borbón, que nació en 1883 y fue bautizada con ese nombre. Por entonces, la Infanta Eulalia, hija de Isabel II, una de las más bellas y eruditas, tenía 19 años y había estado el año anterior en la Feria de Sevilla con el rey Carlos de Portugal, con el que existen cartas de amor. Esta niña murió a los pocos días de nacer, pero el caso es cuanto menos curioso...
La reina María Luisa de Parma. Según su confesor, ninguno de sus 14 hijos era de Carlos IV
H.C. Hay mucho que contar sobre Alfonso XII y XIII...

J.M.Z. Sobre Alfonso XII hay un capítulo de su relación con Elena Sanz, de la que nacieron Alfonso y Fernando Sanz. La película '¿Dónde vas Alfonso XII?' era un cuento chino, porque, en aquel momento, él estaba con otras mujeres. Hay una carta de Isabel II en la que habla sobre ello. También hablo de los hijos bastardos de Alfonso XIII. Por ejemplo, de Juana Alfonsa Milán, a la que cedió uno de sus títulos, el ducado de Milán. Esta se crió en París, bajo la influencia de José Quiñones León, que se convirtió en una especie de padre putativo. Muchos años después, fue ingresada en una clínica de Cercedilla (Madrid), donde yo conocí a una persona que iba a visitarla. Juana padecía ya demencia senil y decía que era hija de Alfonso XIII. La gente se reía de ella. Esta persona que medió para que le dieran un trato digno me contó que en su habitación tenía fotos con Alfonso XIII, Victoria Eugenia de Battemberg, don Juan Carlos...
Alfonso XIII
- ¿Ha sido habitual que los Borbones tuvieran contacto con los hijos no reconocidos?

- En el caso de Alfonso XIII y Juana Alfonsa Milán, sí. Con Leandro de Borbón, hijo de Alfonso XIII y Carmen Ruiz Moragas, también ha habido algún contacto. Por otro lado, hay cartas de Alfonso XII en las que se preocupa por sus hijos con Elena Sanz, de los que también se acordó en el lecho de muerte.

- ¿Legalmente la bastardía afecta a la situación actual de los Borbones?
Leandro de Borbón Ruiz
- En absoluto. Hay dos polos. Uno es el dinástico y otro, el legal. El primero se ajusta a las leyes dinásticas, que se han respetado escrupulosamente hasta que el Príncipe Felipe se casó con Letizia Ortiz. Anteriormente, los sucesores al trono, si se casaban con una persona que no era de estirpe regia, tenían que renunciar a sus derechos.
En el ámbito dinástico sí tiene trascendencia, pero eso hoy en día no nos importa. Lo que vale es la Constitución de 1978, que es la que faculta al Príncipe Felipe a casarse con quien quiera. El tema de Fray Juan de Almaraz tiene una importancia histórica y dinástica, pero no tiene una aplicación hoy día.
Isabel II y Francisco de Asís 1865
- Pero seguimos teniendo pudor con estos temas...

- Sí. Esto le hace flaco favor a la Monarquía. Lo que no se debe de permitir es la falta de rigor y las calumnias. Pero en este libro se intenta reconstruir los hechos tal y como ocurrieron. Hablar de la monarquía con respeto es bueno. Quizás por ello jamás he tenido ninguna indicación de Casa Real y sé que todos los libros que se escriben sobre la Familia Real se leen con lupa en Zarzuela.
Hay cosas que a lo mejor no han gustado y otras sí. Todavía hay mucho que investigar sobre los Borbones. Siempre he dicho que, en su caso, la realidad supera con creces la ficción.






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