martes, 31 de enero de 2012

323.- Vida de María Sabina



Vida de María Sabina


Chamana que nació el 25 de marzo de 1894 en Huautla de Juárez, Oaxaca, México.
Desciende de unos antepasados mazatecos que dominaban la medicina tradicional, la botánica y las artes de la curación por el bálsamo del canto y del lenguaje.

Sus padres fueron María Concepción y Crisanto Feliciano. Su bisabuelo Pedro Feliciano, su abuelo Juan Feliciano y su padre fueron notables curanderos como ella, más nunca conoció a ninguno de los tres.
Al quedar huérfana de padre, vivió con los abuelos maternos junto con su madre y su hermana menor María Ana.
Su infancia dice fue dura, se vivía entre el hambre y el frío. Desde corta edad ya ayudaba a la cría de gusanos de seda, de pollos, de cabras, siembra del maíz y del frijol, aprendió a coser, lavar y otras labores del hogar.
En una ocasión que fue a desenredar la cuerda de una cabra que había quedado atrapada, se encontró con unos hongos de blanco puro, al probarlos su vida cambió por completo, puesto que se sumergió en una experiencia sin igual que años después compartiría con tanta gente, dándole gran popularidad a nivel nacional e internacional.
A los 14 años, su madre la dio en matrimonio a Serapio Martínez, según la costumbre de la época. Al nacer su primer hijo, Serapio se fue a la revolución y después de un tiempo regresó. Luego tuvo tres hijos y quedó viuda después de seis años. Se volvió a casar quedando viuda por segunda vez.

Ella sola se hizo cargo de su madre y sus hijos, trabajó en el campo y en la venta ambulante.
A la edad de 40 años se convirtió en Chaman tras montar un potro blanco que la desafió a que lo hiciera, una experiencia que marca su entrada a la vida espiritual.




Sabina y los "Niños Santos"


Sin haber olvidado ese viaje provocado por aquellos hongos blanquecinos, se valió de ellos para curar a su hermana, tal suceso se extendió a tal grado que llegó hasta el extranjero.
Con respecto a esos hongos o niños santos como ella los llamaba decía: "Los niños santos curan las llagas, las heridas del espíritu. Los niños se toman de noche; para esto se celebra la velada frente a imágenes de santos de la iglesia".

Las curaciones que María hacía a través de cultos y la aportación de esos hongos, llegan a oídos de un banquero estadounidense. "Los milagros" de María como los llamaban la gente del Pueblo oaxaqueño despertaron la curiosidad de Wasson y su esposa Valentina Pavlovna.


En junio de 1955, R. Gordon Wasson, investigador etnomicólogo (estudio de los hongos) asistió por primera vez a una velada cantada por María Sabina en Huautla, y a invitación de ella ingirió los hongos divinos quedando pasmado.

Luego de su visita dio a conocer su nombre, al citarla profusamente en revistas, tratados médicos y en varios artículos científicos sobre los hongos alucinógenos.
Escribió libros como "The Wondrous Mushroom" y Russia and history, asi como la edición de un disco que registra los cantos de Sabina durante una ceremonia ("Mushroom Ceremony of the Mazatech Indians of Mexico", 1957. Smithsonian Folkways Recordings.


Con la ayuda de Robert Heim, entonces director del Museo de Historia Natural de París, y del científico Albert Hofmann, descubridor del LSD, entre otros; R. Gordon Wasson y "a partir de las instrucciones de María Sabina" logró rescatar de los hongos los principios activos llamados hoy "psilocibina" y "psilocina", bautizados por Wasson como "enteógenos" ("Dios dentro de nosotros").

Con el doctor Aurelio Cerletti y Jean Delay se dieron las primeras aplicaciones de estas sustancias en la medicina psiquiátrica después de 1970.

Por otro lado, durante los años 60s surgieron importantes movimientos sociales como los "hippies", gente que se caracterizaba por su estilo psicodélico y lleno de colorido que estaban inspirados por drogas alucinógenas como el ácido lisérgico (LSD).

Cuando Wasson saca a María del misterio comenzó el aniquilamiento al perderse el secreto; ya no sólo los hippies invadían su territorio, también jóvenes de las clases adineradas de América iban hacia las montañas en busca de un éxtasis provocado por esos hongos.

Incluso grandes celebridades de la música como los Rolling Stones, los Beatles, Jim Morrison y Bob Dylan fueron a verla con la intención de probarlos.

A tal grado llegó su fama que dirigía ceremonias espirituales (donde mezclaba los conocimientos prehispánicos con la influencia de la corriente católica) que duraban hasta 6 horas y eran dirigidas para más 30 personas en su mayoría universitarios.





La fama de María Sabina

Entre los tantos trabajos que se realizaron sobre María Sabina se encuentran el documental de1979 titulado "María Sabina La mujer Espíritu", teniéndola por supuesto como protagonista y con relatos de Andrés Henestrosa. Éste es el retrato cinematográfico de una de las más famosas curanderas de México dirigido por Nicolas Echevarria.

En 1980 se publicó un trabajo editado por Hilda O'Farrill de Compeán para la revista VOGUE. El autor de este trabajo fue Waldemar Verdugo Fuentes quien realizó una serie de entrevistas sobre varios personajes como María Luisa Bombal, Juan Rulfo, Gabriel García Márquez y María Sabina; personas que según Verdugo fuentes tenían algo en común :Humildad; a tal recopilación se le llamó "Magos de América" y las fotografías fueron aportación de Nadine Markova

De igual manera ha sido inspiración para la música, pues una banda de rock mexicana le rinde tributo al nombrarse Santa Sabina.

El Tri de Lora le dedicó una canción donde la proclama como "un símbolo de la sabiduría y el amor".

Luzmila Carpio, cantante de música folklórica boliviana le dedico la canción "Homenaje a María Sabina".

Por su parte, el escritor español Camilo José Cela le dedicó un oratorio y Gabriel Zaid la incluye en la primera edición de su Ómnibus de poesía mexicana.
Álvaro Estrada escribió un libro biográfico titulado "Vida de María Sabina, la sabia de los hongos" que fue publicado en 1977 y hasta la fecha lleva catorce ediciones.




Últimos días de María Sabina

Como su nombre se mencionaba en variedad de proyectos, su fama crecía aceleradamente aunque no en el modo en que hubiera querido, pues independientemente de los aportes que hizo para la medicina psiquiátrica; sus ceremonias eran algo sagrado, único; en cambio para la gente que la visitaba sólo significaba curiosidad y hasta en determinado momento moda, aun así nunca se opuso a que la conocieran y siempre se mostró como una mujer sencilla, humilde y poseedora de una gran energía que inmediatamente era percibida por quienes se encontraban a su alrededor.

Fue una mujer fuerte que supo sacar adelante a su familia con el producto de su trabajo; ella no necesitaba y ni le interesaba obtener provecho de su conocimiento, aún siendo una curandera de gran prestigio vivió con lo necesario.

Enferma de cirrosis y bronconeumonía entre otros males, queda postrada en una cama de donde ya no se vuelve a levantar. Muere un 22 de noviembre de 1985 en Huautla de Juárez, Oaxaca, México.

Ya desde años atrás estuvo acompañada de Juan García Carrera, su biógrafo, traductor (ya que hablaba puro mazateco) y administrador.

Antes de morir su deseo era donar su casa a la iglesia pero los desacuerdos entre sus familiares se lo impidieron.

Finalmente su familia se quedó con su humilde hogar. Gracias a la popularidad que por ella alcanzó el pueblo, su casa queda en manos de sus nietos quienes por cierta cantidad permiten que os turistas la visiten.

Todavía las montañas oaxaqueñas se llenan de gente durante los meses de junio a agosto, tiempo en que brotan los hongos.

En el pueblo locales comerciales y hasta un hotel lleva su nombre, los taxis tienen impresa su leyenda y se venden camisetas con su imagen.


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