jueves, 21 de junio de 2012

519.- Marco Polo


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Marco Polo

Marco Polo (15 de septiembre de 1254 – 8 de enero de 1324) fue un mercader y explorador veneciano que, junto con su padre y su tío, estuvo entre los primeros occidentales que viajaron por la ruta de la seda a China. Se dice que introdujo la pólvora en Europa, aunque la primera vez que se utilizó en Occidente acaeció en la batalla de Niebla (Huelva) en 1262.
Los Polo (Marco, su padre y su tío) vivieron allí supuestamente durante diecisiete años antes de volver a Venecia. Tras su regreso, Marco Polo contaba a la sazón 41 años y comandaba una galera veneciana el día en que se libró, ante los muros de Korcula, una batalla naval contra la gran rival de Venecia, la República de Génova, en 1298. Los genoveses apresaron a Marco Polo, lo llevaron a Génova y allí, en la prisión, Polo dictó a un tal Rustichello de Pisa las memorias de su viaje fabuloso hasta Catai (China) y el regreso por Malaca, Ceilán, la India y Persia. Rustichello redactó en un dialecto franco-véneto el libro conocido como Il Milione (El millón o «Los viajes de Marco Polo») acerca de sus viajes. El libro se llamó originalmente Divisament du monde ("Descripción del mundo"), pero se popularizó como Libro de las maravillas del mundo y, más tarde, como Il Milione. Es creencia general que tal nombre vino de la tendencia del autor a referirse a grandes cantidades; "millones" pero es más probable que derivase de su propio nombre "Emilione", abreviado en Milione. No habría, pues, en esta denominación ninguna alusión a su exageración. Marco Polo está considerado como uno de los grandes exploradores, e insigne narrador en literatura de viajes.

En la época de Marco Polo, el comercio en Europa seguía un sistema triangular, en el que los productos de lujo procedentes de Oriente (seda, especias) ocupaban un importante lugar. Éstos, en la conocida como ruta de la seda atravesaban Asia Central y las tierras controladas por los sarracenos, siendo comprados por comerciantes italianos (venecianos, genoveses, pisanos...), que obtenían grandes beneficios al revenderlos luego por Europa.
Es por ello por lo que Venecia y otros puertos italianos ganaron en importancia y comenzaron una política comercial agresiva para explotar estas rutas comerciales.

Venecia en la época

Durante la Baja Edad Media, la República de Venecia comenzó a convertirse en una potencia mediterránea. Al control del interior y de la costa de Dalmacia, se unió una extensa actividad mercantil con Oriente, que le llevó a establecer consulados y colonias de comerciantes por todo el Mediterráneo Oriental. Apoyó a los cruzados como manera de contrarrestar al Islam y mantuvo un largo conflicto con Génova por el predominio comercial.
Durante la Cuarta Cruzada, por sugerencia veneciana, los cruzados saquearon Constantinopla, decapitando el Imperio bizantino y conquistando numerosos territorios. Aunque el subsiguiente Imperio Latino fue pronto reconquistado por los griegos, Venecia siguió controlando varias islas y ciudades, y siendo una de las principales potencias mercantiles.

El Imperio Mongol

El Imperio Mongol fue instituido por Genghis Khan en 1206. Éste, tras largas luchas internas, unificó a las diversas tribus mongolas bajo su mando, involucrándolas en una expansión que les llevaría a conquistar China, Asia Central, Rusia y llegar hasta Irak, Siria y Anatolia.
A su muerte le sucedió su hijo Ogodei, quien continuó con esta expansión y consolidó la jerarquía del Gran Khan sobre los diversos reinos mongoles. En tiempos de Marco Polo este Gran Khan era Kublai Khan.

El conocimiento europeo de Oriente

El mundo conocido por los europeos no iba mucho más allá del actual Oriente Medio. Las pocas noticias que se tenían de lo que estaba más allá eran generalmente confusas y muy mitificadas. Es de destacar la leyenda del Preste Juan, un mítico rey cristiano que se suponía existía rodeado de infieles en Asia Central. Los intercambios comerciales se encontraban casi siempre mediatizados por persas y árabes.
La expansión del imperio mongol les llevó a las mismas puertas de Europa tras atravesar las estepas rusas y amenazar Polonia, aunque pronto se retiraron. Más al sur, sin embargo, los mongoles saquearon Bagdad (Iraq) y sometieron a reinos musulmanes que se habían enfrentado en las cruzadas con los cristianos.
Es así como se despierta el interés por los mongoles en Europa. A la curiosidad por esos bárbaros, tenidos hasta entonces como seres casi mitológicos, se le suma en lo político la posibilidad de obtener un aliado contra el enemigo islámico, una forma más ventajosa de negociar con Oriente en lo económico, y un deseo evangelizador, dada la gran tolerancia religiosa de los mongoles. Antes de Marco Polo, varios misioneros, como Giovanni da Pian del Carpine, viajaron como embajadores a Oriente, aunque sin conseguir resultados concretos. Se hace referencia a los contactos entre romanos y el Imperio Chino, pero éste también estableció contacto con los romanos con anterioridad a la Ruta de la Seda. Uno de los primeros contactos que tuvo China con Roma fue cuando el emperador Ban Chao hizo una campaña contra los nómadas de Asia Central y envió a uno de sus colaboradores, Ga Yin, que viajó hacia occidente visitando los establecimientos comerciales romanos de la costa oriental del Mar Negro. Por tanto, el contacto entre Roma y China era recíproco, pese a que Roma tenía más información sobre China gracias a la multitud de viajes que se habían hecho hacia aquella zona.

La familia de Marco Polo



Casa de la isla Curzola (Croacia) en la que habría nacido Marco Polo.

Cronistas posteriores a Marco Polo rastrearon sus orígenes hasta la “isla de Curzola” en el Mar Adriático (actualmente Curzola, en Croacia) donde incluso se sigue conservando una vieja casa en la que se dice que nació. Sin embargo, la historiografía moderna tiene serias dudas de este origen, pues el apellido Polo (de origen veneciano) aparece mencionado varias veces en ciudades del norte de Italia. No obstante, hay quienes afirman que su verdadero nombre y apellido eran Marc Pol, apellido que, efectivamente, tuvo su primera aparición en Dalmacia. Esta última afirmación es dada en base a los registros aparecidos en el anuario veneciano Chronicon Iustiniani (1358). El escudo familiar de los Pol contiene tres pájaros de agua, aves que recibían el nombre de "pol" en Dalmacia del Sur, mientras que en Venecia se les llamaban "pola", palabra de la cual se cree se derivaron los apellidos "Polo" y "Pollo" en Italia.

El primer viaje

En la familia Polo hubo otros exploradores además de Marco. Su padre Nicolás (o Niccolò en veneciano) y su tío Mateo (o Maffeo, también en veneciano) eran prósperos mercaderes dedicados al comercio con Oriente. Ambos partieron hacia Asia en 1255 y alcanzaron China en 1266, llegando a Khanbaliq o Cambaluc (Pekín). Volvieron de China como enviados del Kublai Khan con una carta para el Papa en la que pedía que enviase a gente ilustrada que enseñase en su imperio, para informar a los mongoles sobre su forma de vida.

Ruta seguida

Salida de Venecia.
Rodeo de Grecia hasta llegar a Constantinopla.
Cruce del Mar Negro y el de Azov.
Tránsito de las estepas euroasiáticas, cruzando el Volga y rodeando el Mar Caspio por el norte hasta llegar al Mar de Aral y la ciudad de Bujará.
Cruce de las montañas y desiertos de Asia Central a través de la Ruta de la Seda, hasta alcanzar Pekín.

El segundo viaje

Mateo y Nicolás Polo partieron en un segundo viaje, con la respuesta del Papa a Kublai Khan, en 1271. Esta vez Nicolás se llevó a su hijo Marco, quien pronto se ganó el favor de Kublai Khan, haciéndole su consejero. Poco después Marco pasó a ser emisario del Khan, quien le daría diversos destinos a lo largo de los años. En sus diecisiete años de servicio al Khan, Marco Polo, llegó a conocer las vastas regiones de China y los numerosos logros de la civilización china, muchos de los cuales eran más avanzados que los contemporáneos europeos.
Cuando una embajada del rey de Persia le solicita a Kublai Khan una princesa para el rey, los Polo la acompañan, decidiendo regresar a Venecia.

Ruta seguida

Salida de Venecia.
Desembarco en Acre.
Marcha a través del Creciente Fértil hasta llegar a Tabriz.
Llega a la capital imperial en Pekín
Atraviesa China hasta llegar a Pagán, en Birmania.
Vuelve a Pekín, donde se inicia el viaje de vuelta.
Marcha hacia sur a Yangzhou.
Embarco en Zaitun.
Rodeo de las costas de China meridional, Indochina, Malaca y Sumatra.
Cruza el Golfo de Bengala hasta Ceilán y sigue la costa de la India hasta la Península de Kathiawar.
Desembarco final en Ormuz y nuevo regreso a Tabriz.
Cruza el Cáucaso y embarca de nuevo en Trebisonda.
Recala nuevamente en Constantinopla y regresa finalmente a Venecia.

Il Milione

A su regreso de China en 1295 (escoltando a una princesa china llamada Kokacín), la familia de Marco Polo se estableció en Venecia donde se convirtió en una sensación y atrajo a multitud de oyentes, que a duras penas creían sus historias sobre la lejana China.

File:Marco Polo at the Kublai Khan.JPG
Marco Polo en la corte de Kublai Khan.

Su impaciente carácter llevó a Marco Polo a tomar parte en la batalla naval de Curzola (Kórchula) entre Génova y Venecia en 1298. Fue capturado y pasó los pocos meses de su encierro dictando un detallado relato de sus viajes por las entonces desconocidas regiones del Lejano Oriente. Su libro, Il Milione (‘El Millón’, conocido en castellano como Los viajes de Marco Polo o Libro de las Maravillas) fue escrito en provenzal y traducido pronto a muchas lenguas europeas. El original se ha perdido y se conservan varias versiones, con frecuencia contradictorias, de las traducciones. El libro se convirtió de inmediato en un éxito.

La veracidad del viaje

En su lecho de muerte, su familia pidió a Marco que confesase que había mentido en sus historias. Marco se negó, insistiendo: «¡Sólo he contado la mitad de lo que vi!».
Mientras la mayoría de los historiadores creen que Marco Polo efectivamente llegó a China, recientemente algunos han propuesto que no llegó tan lejos, y que simplemente contó la información que oía de otros. Estos escépticos señalan que, entre otras omisiones, su relato falla al no mencionar la escritura china, los palillos, el té, el vendado de pies ni la Gran Muralla.
Marco Polo sólo estuvo en la región norte de China, concretamente en el Palacio del Gran Khan. Durante la dinastía Ming, desde 1368 hasta 1644, fue cuando más se amplió la muralla, es decir, que en la época del viaje de Marco Polo no estaba la edificación defensiva construida en su totalidad, lo cual explica la ausencia de menciones a ésta.
El té entra en contacto con los europeos por primera vez en la India, cuando los portugueses llegan a ella en 1497, ya que en la India el uso del té estaba muy extendido; es fácil deducir que antes no tuvo importancia en las mesas europeas. Más todavía, debe tenerse presente que las descripciones de Marco Polo se centran en miembros de la élite gobernante mongola, la cual no consumía masivamente el té a diferencia de sus súbditos chinos; por el contrario Marco Polo sí hace alusión a las bebidas preparadas a base de leche que son típicamente mongolas. Similar es la cuestión respecto a la práctica de los pies vendados de las niñas, costumbre de la aristocracia china pero no mongola. Se debe advertir además que las niñas sujetas a esta práctica permanecían recluidas en sus casas y no a la vista de los extranjeros.
No reviste mucha trascendencia que no mencione la escritura china, pues ya muchos europeos la conocían debido a que en ese tiempo ya llegaban viajeros chinos a Europa.
Además, los archivos chinos de la época no le mencionan, a pesar de que él afirmaba haber servido como emisario especial del Kublai Khan, lo que resulta insólito dado el celo con el que se llevaban los archivos en China en aquel tiempo; no obstante, otros estudios concluyen que Marco Polo sí es mencionado en archivos chinos con el nombre de "Po-Lo".
Por otra parte, Marco describe otros aspectos de la vida en el Lejano Oriente con mucho detalle: el papel moneda, el Gran Canal, la estructura del ejército mongol, los tigres y el sistema postal imperial. También se refiere a Japón por su nombre chino, Zipang o Cipango. Se considera normalmente ésta como la primera mención del Japón en la literatura occidental.
También se cree que Marco Polo describió un puente donde sucedió el incidente del Puente Marco Polo, una batalla que marcó el comienzo de la invasión japonesa del norte de China en los años previos a la Segunda Guerra Mundial.

Impacto histórico

Aunque los Polo no fueron en forma alguna los primeros europeos en llegar a China por tierra (considérese por ejemplo a Juan de Plano Carpini así como la única delegación romana que partió a la China con objeto de establecer relaciones diplomáticas entre Roma y China), gracias al libro de Marco su viaje fue el primero en conocerse ampliamente y el mejor documentado hasta entonces.
La leyenda cuenta que Marco Polo introdujo en Italia algunos productos de China, entre ellos los helados, la piñata y la pasta, especialmente los espaguetis. Sin embargo, esta leyenda está muy cuestionada. Por ejemplo, hay pruebas de que la pasta era conocida en Grecia e Italia desde la antigüedad. En la España árabe hay referencias escritas acerca de los fideos (llamados entonces aletría) desde el siglo XII.
El libro escrito por Marco Polo, a pesar de que muchas de sus aseveraciones, en su época, se pusieron en duda, inspiró a muchos viajeros y exploradores. El mismo Cristóbal Colón tenía una copia en su viaje de 1492.



Los viajes de Marco Polo


Mapa de los viajes de Marco Polo.

Los viajes de Marco Polo, conocido también como El libro de las Maravillas o El Libro del Millón: acortamiento de El Libro del Millón de costeras de Oriente: Japón, India, Sri Lanka y el Sudeste de Asia, así como la costa oriental de África. El cuarto libro trata de las guerras que mantuvieron poco antes entre sí los mongoles, y describe también algunas regiones bastante más al norte, como [Rusia].
El libro alcanzó un éxito nada frecuente en la época anterior a la invención de la imprenta. Se tradujo a varias lenguas europeas ya en vida de su autor, pero los manuscritos originales se han perdido.
Puede decirse sin duda, que es un documento importante, cuya lectura nos introduce de facto a la mentalidad predominante en el occidente cristiano medieval. El libro está más allá de la simple anécdota, una multiplicidad de significados lo rodea.

Un libro de mercadería

En principio el libro es una especie de estudio de mercado, en donde se nos señalan distancias, precauciones, consejos sobre productos y mercaderías, así como las previsiones que el comerciante debe tomar antes de adentrarse en determinada ciudad. Como toda exploración es imperfecta, antes bien es una guía rudimentaria para aquellos aventureros que decidieran establecer algún tipo de intercambio con el oriente. Véase: Rustichello de Pisa

Michel Mollat en este sentido dice:
(...) el libro de Marco Polo ha sido comparado con todos esos manuales de mercaderes que, en el curso del siglo XIV, puso en gran boga la Practica della mercatura, de Pegoloti. De hecho, más de la mitad de la Descripción du monde [como le llama Mollat] indica las distancias entre las ciudades en jornadas y en millas, proporciona consejos prácticos para el viaje, enumera los objetos del comercio, anota los pesos y medidas, las formas de pago, en metálico y en papel moneda.
Michel Mollat

Cabe aquí recordar a dos precursores del viajero que realizaron su viaje hacia oriente con una misión análoga: por un lado tenemos al discípulo de San Francisco de Asís, Jean de Plancarpín (o Giovani di Pian Carpino), que recibió del papa Inocencio IV la orden de ir hacia los dominios tártaros con el objeto de “examinarlos con todo cuidado”; así como a otro fraile es común: alcanzar al gran kan, sucesor de Gengis Kan, en su residencia ambulante, dondequiera que se encuentre, para entregarle los mensajes del papa en el primer caso, y del rey de Francia en el segundo.”2
Plancarpín partirá de Kiev en el invierno de 1246, el 3 de febrero para ser más precisos. Rubruck lo hará de Constantinopla el 7 de mayo de 1253, durante la primavera. El padre y el tío de Marco Polo (Nicolo y Mafeo) salen de Venecia hacia Constantinopla en el año de 1260, y de hecho su viaje se cruza con el del segundo religioso en cierto momento, aunque no existen datos sobre si éstos se llegaron a encontrar.
Los hermanos Polo asumen una misión similar (aunque en sentido inverso) a la de los monjes en su segundo viaje, en el que los acompañará el joven Marco. Durante el viaje obtienen la encomienda por parte del Gran Khan, de contactar al señor de los tártaros con el papa, señor de la cristiandad con miras a establecer una posible alianza en contra del área musulmana. Tiene en definitiva aires de cruzada. Y es aquí en donde Marco Polo asumirá un papel fundamental, ya que al ganarse la confianza del emperador mongol, y al ser nombrado embajador por éste, no dejará escapar oportunidad para señalar las convergencias entre ambas civilizaciones.

La crónica de un diplomático

Por lo anterior el libro de Marco Polo no puede dejar de verse como la crónica de un diplomático, es decir, como una descripción de las singularidades de los múltiples territorios y pueblos, bajo dominio mongol. Marco Polo, según su compañero de celda y redactor del libro —maese Rustichello de Pisa—, se ganó el agrado del Gran Khan, gracias a sus habilidades narrativas, que desarrolló mientras estuvo como funcionario al servicio de la corte:
Había Marco oído que cuando el Gran Khan enviaba embajadores por las diversas partes del mundo, y éstos no sabían, a su vuelta, hablarle más que de la misión que para cumplir la cual habían sido designados, él los trataba de necios e ignorantes. Le agradaba más que le hablasen de las costumbres y particularidades de las cortes extranjeras que de lo referente al pretexto que escogía para enseñarles. (...) Y [Marco Polo] lo hizo con tal sagacidad y soltura que el Gran Khan quedó maravillado.

Podemos imaginar, tal y como lo hizo Italo Calvino en su libro Las ciudades invisibles, la estrecha relación que sostienen el soberano conquistador y su embajador, quien con "maestría y soltura” entretenía a un emperador que se mostraba incapaz de conocer por sí mismo la inmensidad de sus dominios. Podemos suponer de igual manera, que con esa misma maestría y soltura, le fue transmitida en un segundo momento al compañero de celda de Marco Polo, Rustichello, la crónica de viajes y leyendas vistas y oídas por el veneciano.

Un documento etnográfico

Así, es también en tanto que narración de “particularidades y costumbres”, una especie de reportaje de carácter etnográfico en el que se observan claramente los prejuicios y la mentalidad del occidente medieval, en donde éstos se superponen a las múltiples realidades, siendo a la luz de los conceptos cristianos y grecolatinos, que se someten y explican mundos distintos y distantes.
Es en este sentido una visión de los márgenes, aunque no marginal. Es una mirada desde los límites del occidente cristiano medieval, hacia aquellos que "por ignorancia" (que es el caso de los "pueblos salvajes", así como del mismo Gran Khan), "o perversidad" (los musulmanes), estaban a su parecer, situados en un más allá, en un afuera.
Con todo, Marco Polo está lejos de ser un dogmático, lo que podemos corroborar leyendo su comparación entre "Sergamoni Bochán" (Buda) con Jesucristo, así como el elogio que hace de los abramayanes hindús, debido a su vida “saludable” y de abstinencia, lo que a su parecer les acercaba a la santidad. Dichas posturas vistas desde una posición cristiana ortodoxa, podrían haber sido consideradas como una franca herejía.
Marco Polo salió de Venecia hacia los quince años, mantuvo relaciones durante veinte con los diversos mundos de “idólatras”, con quienes en determinado momento había convivido más tiempo que con sus semejantes en imaginario, lo que lo predispuso a escudriñar de vez en vez las similitudes que estos mundos tenían con su herencia cristiano-medieval. "Salvajes bestiales y perversos", así como "sarracenos crueles y traicioneros", eran los modelos que más se alejaban de su ideal moral.

El libro de las maravillas

Finalmente podemos calificar el texto como un libro de maravillas, milagros y hechos mágicos en donde se manifiestan las tres formas de lo sobrenatural en el occidente medieval, según Jacques Le Goff:4
La maravilla propiamente dicha (mirabilis) de orígenes pre-cristianos.
Lo magicus: asociado (a pesar de que durante el medievo se habla de magia negra y blanca) al demonio. Es lo sobrenatural satánico.
Lo miracolosus, el milacorum. Que sería lo sobrenatural cristiano, en donde lo inexplicable se “normaliza” debido a la influencia del propio Dios.

File:Prester John.jpg
Imagen del Preste Juan.

En tanto que narración de lo maravilloso, el libro de Marco Polo es un espacio en donde, y desde donde se observan la vida y costumbres de seres que no están sometidos a los rigores de una ética cristiana. Es un espacio aparte, en el que el pecado (frecuentemente el de la lujuria) no es considerado como tal. Es como una proyección de los temores, pero también de los deseos, de ciertas libertades negadas al occidente cristiano-medieval, antes que una descripción de los rasgos principales de las distintas culturas de oriente.
Asimismo, es una descripción de algunos “oasis cristianos”, en medio de un espacio hostil, lleno de sarracenos, "desiertos diabólicos y bestias". Basta ver algunos milagros que se relatan en él, como el de los cristianos que con sus oraciones mueven una montaña ante los ojos estupefactos del Califa de Bagdad para salvarse de la muerte, así como la referencia continua al reino cristiano del Preste Juan, acosado siempre por infieles.
Es en fin, un anecdotario de magias, hechizos, encantamientos y sortilegios, que lindan con lo diabólico, y que vendrían a ser algo así como la contraparte a los milagros realizados ante los mencionados “oasis cristianos”, con ayuda del demonio y por tanto asociados a lo idolátrico, perverso y cruel.
Así se tiene que lo maravilloso, de origen precristiano, puede verse como una forma de resistencia cultural a la ideología oficial del cristianismo; lo milagroso, como una “normalización” de lo sobrenatural, puesto que se realiza mediante la intervención divina que banaliza la maravilla; y lo mágico, como lo que se debe excluir y combatir, ya que está profundamente ligado a lo demoniaco, lo tenebroso, y peligroso. Todo esto moviéndose en el libro, no con fronteras rígidas, sino como fenómenos mentales que se entrecruzan y mantienen lazos muy permeables entre sí.






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