El discurso de José -Pepe- Mujica en la ONU
Vida, humanidad y mundo fueron algunos de los conceptos más repetidos por el presidente de Uruguay en su discurso ante la Asamblea General de la ONU
- ¿Qué le pasaría a este planeta si los hindúes tuvieran la misma proporción de autos por familia que tienen los alemanes? ¿Cuánto oxígeno nos quedaría para poder respirar?
- El planeta, ¿tiene los elementos materiales como para hacer posible que siete mil, ocho mil millones de personas puedan tener el mismo grado de consumo y de despilfarro que tienen las más opulentas sociedades occidentales? ¿Será posible?
- ¿Estamos gobernando esta globalización, o la globalización nos gobierna a nosotros?
- ¿Es posible hablar de solidaridad y de que estamos todos juntos, en una economía que está basada en una competencia despiadada? ¿Hasta dónde llega nuestra fraternidad?
- La gran crisis no es ecológica, es política. El hombre no gobierna hoy, sino que las fuerzas que ha desatado lo gobiernan al hombre.
- No venimos al planeta para desarrollarnos… venimos a la vida intentando ser felices. Porque la vida es corta y se nos va. Y ningún bien vale como la vida. Esto es elemental.
- Si se paraliza el consumo, se detiene la economía, y si se detiene la economía es el fantasma del estancamiento. Pero ese hiperconsumo es, a su vez, el que está agrediendo al planeta.
- No se trata de volver al hombre de las cavernas, es que no podemos indefinidamente continuar gobernados por el mercado.
- Pobre no es el que tiene poco, sino que verdaderamente pobre es el que necesita infinitamente mucho, y desea y desea y desea más y más.
- El desarrollo no puede ser en contra de la felicidad, tiene que ser a favor de la felicidad humana, a favor del amor, de las relaciones humanas, de cuidar a los hijos, de tener amigos, de tener lo elemental. Precisamente porque eso es el tesoro más importante que tenemos.
Mujica sorprendió a la ONU con su lenguaje
de poesía
de poesía
Con discurso distinto, presidente uruguayo denunció hegemonía del mercado.
Discurso de Pepe Mujica, presidente de Uruguay deja reflexiones en la red
Dónde acaba el hombre y dónde empieza el presidente. Esa es la pregunta que trasnocha a José "Pepe" Mujica desde que asumió el poder en Uruguay el 1 de marzo de 2010, y que inspira hasta su peculiar forma de expresarse pese a la investidura presidencial.
Polémico, locuaz, directo, auténtico y carismático. Así definen algunos al exguerrillero de 78 años que emocionó a muchos esta semana con su primer discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Y es que el líder, quien vive en una granja en las afueras de Montevideo, había rechazado asistir a la cumbre en los primeros tres años de su mandato, a pesar de que cautiva con su estilo directo y humanista.
Solo el año pasado, el Presidente se dio cuenta de que el mundo quería escuchar lo que decía: su discurso ante la cumbre en Río de Janeiro sobre desarrollo sustentable fue visto un millón de veces en YouTube.
"Creemos que el presidente Mujica vino a la ONU cuando entendió que los temas que iba a tratar eran de importancia global y que merecían su presencia", dijo el cónsul de Uruguay en N.Y. Carlos Orlando.
Analistas coinciden en que su presentación en esta Asamblea de la ONU fue como una bocanada de aire fresco entre tanto discurso reiterativo, en los que los disertantes machacan sobre los mismos temas.
En vez de ofrecer soluciones inmediatas, Mujica dijo que era imperioso cambiar la mentalidad mercantilista que rige el mundo para lograr reducir la pobreza y cambiar la calidad de vida: "Pareciera que hemos nacido para consumir".
"Soy el presidente de la república y camino por el país, voy a cualquier boliche (café), voy a cualquier lado, no preciso un ejército de guardaespaldas", expresó el líder ante los miembros de la comunidad uruguaya en la Universidad Cuny, en la Quinta Avenida. Insistió en su mensaje de la ONU y criticó los gastos militares. "En este mundo se gastan 2.000 millones de dólares por minuto en presupuestos militares. Hay ‘guita’ (dinero). Si agarran el lápiz y se ponen a sacar cuentas van a ver lo que es. Hay guita para enfrentar la pobreza".
Cuando se le preguntó ayer qué impresión se llevaba de la ciudad, respondió: "Que hay un montón de trabajo de albañiles aquí... que los arquitectos han hecho una fortuna y que tienen unos ingenieros bárbaros". "Pero sabe una cosa?", añadió quien es considerado a veces como el presidente más austero del mundo, "no me gustaría vivir en esta gigantesca colmena. Me parece que cuando es tan grande se pierde la escala humana".
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