jueves, 27 de marzo de 2014

714.- Carta oculta de Arrabal al Rey Juan Carlos

Arrabal critica el desprestigio y despilfarro que destruye a la universidad española


(I) Carta oculta de Arrabal al rey: 


“Corrupción y despilfarro son lodos del barro fiscal absolutista”

El dramaturgo Fernando Arrabal escribió hace 10 años una “Carta al Rey de España” dirigida a Juan Carlos que fue ocultada primero y desacreditada después por las élites mediáticas, políticas y financieras porque anticipaba el colapso que sufre actualmente el país. La catástrofe laboral y económica que están padeciendo sus compatriotas le ha llevado a esta entrevista, donde pone su grano de arena desvelando el contenido de esta desgarradora carta. En ella, su sentencia es tajante y fulminante: “los impuestos se pierden y aparecen luego en letrinas de corrupción”. Y en la carta al monarca le compara al Estado con una mafia: “Forma el Estado intervencionista, Señor, una asociación de personas indiferentes a la moral y sólo de acuerdo para llamar Estado a su asociación. De lo que se hace no deducimos lo que hacer debemos. No situamos nuestros deberes morales ni en el laberinto de las ideologías ni en el mapa de las doctrinas políticas. Los Estados intervencionistas son incapaces de conseguir la imposible misión de armoniosamente repartir la gigantesca masa de dinero que obtienen. Corrupción, despilfarro, prevaricación y malversación son los lodos forzosos del barro fiscal absolutista. Condenar a los infractores olvidando la causa es perpetuar la inmoralidad generadora inevitable de la corrupción. Los ciudadanos, Señor, abandonan cada día en mayor número el dogma tribal de la contribución obligatoria. Desean que los gobiernos reduzcan masivamente presupuestos y gastos de administración”. “Espía en el Congreso” publicará en tres partes esta larga reflexión del escritor español de teatro más representado fuera de España.

Comienza su carta con una sucesión de relatos sobre los despropósitos en la sanidad pública…

– Sí, una crónica de la periodista Inmaculada G. Mardones afirmaba que el turno para una operación de cataratas podía tardar siete años. Las listas de espera en Cardiología, Trauma y Otorrinolaringología eran parecidas. La consulta de Oftalmología del 12 de Octubre parecía un vomitorio de una plaza de toros en un día triunfante de Curro Romero. Y el ciudadano piensa: una operación con láser dura menos de media hora. Y puede costar en una clínica “extranjera” menos de 600 euros…

Después añade que los gobernantes de hoy no escuchan el mensaje de la ópera “La Tosca” y usted se lo transmite al rey.

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“El Estado no ha existido siempre” (Engels).

– La carta dice así: “El Estado absolutista, Señor, acrecienta su intervencionismo sin compromiso “tosquiano” alguno. Sus feligreses pretenden que es de “derechas” o “reaccionario” o “fascista” anhelar un Estado mínimo, moderno, modesto… ¡desamortizador! ¿Puede imaginarse un Estado más absoluto que el fascista? Stalin escribió en “Anarquismo o Socialismo” que Engels ya había dicho: “El Estado no ha existido siempre. Ha habido sociedades sin él, sin la menor idea de Estado. Las clases desaparecerán como aparecieron y con ellas a su vez el Estado. En la sociedad socialista no habrá lugar para eso que llamamos Estado, para el poder político con sus ministros, sus gobernantes, sus guardias, sus policías y sus soldados”.

¿Como sustituímos al Estado?

– Vuelvo a Stalin y Engels: “El Estado toma posesión de todos los medios de producción en nombre de la sociedad, es el último acto propio del Estado. La intervención del Estado en las relaciones sociales se convierte en superflua en todos los campos y finalmente desaparece… El Estado no es abolido, sino que perece. La sociedad que reorganice la producción sobre la base de la libre e igualitaria asociación de los productores, enviará la máquina del Estado al lugar que le corresponde: al museo de antigüedades, al lado de la rueca para hilar y del hacha de bronce”.

¿Estado frente a sociedad civil? Y para salir de esta crisis: ¿valores morales o eficacia en su gestión? ¿Como se lo dijo al rey? 

Josef Stalin
“El Estado toma los medios de producción” (Stalin)

– “Hoy, Señor, el Estado pretende actuar “por el bien de todos”, pero la sociedad debería ser objeto de ciencia, relativa o indeterminada, y no objeto de fe, como la Iglesia-Estado en el Siglo de Oro. Es posible que los atletas suscriban la tan manida tesis que asegura que el siglo XXI será espiritualista o “no será”. Por ahora, el Estado advierte al ciudadano con este chantaje moral: “O acatas mi presupuesto y tu contribución o no serás”. El desdén de la moral hubiera sorprendido a todos los hombres de bien de la historia. Todos hubieran podido decir con los estoicos: “El conocimiento es como un huevo, la yema es física, la cáscara es lógica y la clara moral”.

El Estado es caro y derrochador, aún en tiempos de colapso, paro y miseria…

– ¿Por qué la estancia en un hotel de lujo de un ciudadano ordinario cuesta menos que la de un preso en una cárcel? ¿Por qué las cárceles son tugurios con menos higiene que el más barato de los albergues?. ¿Por qué, violando la ética, el contribuyente con una parte de su salario tiene que pagar tan pésimos servicios? Los Estados absolutistas se distinguen de usureros capitalistas en que no solo “prestan” servicios inconsistentes a precios desmesurados, sino que realizan semejante inmoralidad gracias a leyes que ellos mismos promulgan. Se comprende la razón por la cual la moral ha desparecido de los programas de enseñanza para ser sustituida por sucedáneos hueros. El Estado intervencionista de hoy, defiende en materia de “solidaridad” y “contribución social”, tesis parecidas a las del Estado intervencionista nacional-sindicalista de hace 40 años.

Habla en su carta al rey de cierta incapacidad humana para entender esto. ¿Con qué palabras exactamente?


El estado crea mártires y verdugos (Sócrates tomando la cicuta)
El estado crea mártires y verdugos (Sócrates tomando la cicuta)
Sócrates murió a manos del Estado, igual que Jesús, Séneca y tantos otros genios

– “El ser humano, Señor, pertenece a especie laberíntica y múltiple capaz de dar genios y cretinos, santos y miserables, mártires y verdugos. Sócrates y Pol Pot, Newton y Landrú, Cervantes y Stalin, Montaigne y el doctor Petiot, Shakespeare y Torquemada. Homero terminó sus días pidiendo limosna, Cervantes conoció esclavitud y cárcel, Dostoievski un simulacro de fusilamiento, Platón y Diógenes vendidos fueron como esclavos, y Pitágoras asesinado murió en un campo de habas… Sócrates, Jesús, Séneca… El Estado intervencionista, Señor, viola la dignidad individual al preferir eficacia a la moral… y esta virulencia es generadora de corrupción. La ética individual, en un principio supeditada a la duda, se afirma y confirma con el conocimiento, como moral”.

¿Y como defenderse del Estado?

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George Darien: “Mi profesión es vil, pero tengo una excusa: la ejerzo con vileza”

– Contra el pillaje del Estado intervencionista, el individuo hostil a sus servicios no tiene defensa alguna. Las leyes “legitimizan” la violencia del Estado. Las cuadrillas de bandoleros proxenetas o mafiosos no delinquen amparadas por la ley: arriesgan cárcel o muerte. Darien reconocía en “El ladrón”: “Mi profesión es vil, pero tengo una excusa: la ejerzo con vileza”. Las pandillas más célebres de protectores están fuera de la ley y van de los proxenetas urbanos a los mafiosos agrupados en clanes. Por sus servicios, estos grupos de malhechores exigen de sus “protegidos” una contribución periódica. El individuo, no conforme con esta expoliación, tiene la posibilidad de recurrir a tribunales o policía. Este recurso no ampara al ciudadano frente al Estado. Y sin embargo, el dinero que de los contribuyentes el Estado recibe, fuente es de corrupción. Los servicios prestados por gobiernos mastodónticos son tan caros como ineficaces. Gran parte de la contribución obligatoria se pierde en laberintos de administración y aparecen luego en letrinas de corrupción.

A usted le encarcelaron en tiempos de Franco ¿le dijo al rey quienes lo hicieron?

Encerrado en la cárcel, hasta quisieron castrar a Fernando Arrabal.
Encerrado en la cárcel, hasta propusieron castrar a Arrabal.

–  No, nunca, al contrario. Le dije: “No voy a tener el mal gusto, Señor, de, tirando de la manta del olvido, señalar quienes fueron los molineros de mi encarcelamiento. Maldicientes cargas me echaron, sin saber que llegaría el día en que virarían del azul del movimiento al rojo de receta. Cambiaron de chaqueta y de inspiración. Garrapatearon, mojando sus plumas en ponzoña, artículos vindicativos contra quien, yo, a la sazón encerrado en la cárcel de Carabanchel, no podía responder. El más vehemehente, Señor, pedía que se me castrara. Necesario y ejemplar les parecía ver al individuo sacrificado al Estado absolutista… entonces nacional-sindicalista”.




(II) Carta oculta de Arrabal al rey: 

“este Estado caníbal provoca desfalcos, estragos y despojos"

En esta segunda entrega, el dramaturgo Fernando Arrabal desvela parte de su carta al rey Juan Carlos, donde le denuncia que “hoy, únicamente los miembros del «sindicato de gobernantes», es decir, los altos militantes de los partidos, gozan del privilegio de administrar un país. Es un monopolio ganado gracias a la disciplina de partido y al menosprecio de los ciudadanos. Con el mismo arrebato, presidentes y primeros ministros de países democráticos o jefes de Estado y dirigentes de naciones totalitarias defienden el inmoral monopolio del poder para el partido «mayoritario».

El escritor le indica al monarca que “el caníbal moral, llamado Estado, en estos últimos años ha agravado irracionalidad y despilfarro, provocando desfalcos, estragos y despojos… de todos conocidos, Señor”. Arrabal lamenta en la carta que “a través de sus administraciones monumentales, los Estados intervencionistas eliminan a los mejores ciudadanos, o bien tratan de asignarles papeles secundarios”. Y el dramaturgo le confiesa al rey que se desmarca de la Constitución de 1978 porque “no evitó devaluaciones de la peseta, prevaricaciones, paro o corrupción, pero sí permitió secreto e impunidad a la hora de gastarse billones de pesetas en catastróficas inversiones... o en «fondos reservados» manipulados, Señor, por estafadores reconocidos”. De hecho, aboga por un país sin carta magna porque “las constituciones que la Unión Soviética tuvo no aportaron caloría alguna a la comida del trabajador ruso, ni permitieron al ciudadano defenderse de la KGB”. Y añade en su misiva: “Constituciones, Fueros y Leyes Fundamentales les autorizan a conducir semejantes cruzadas inmorales… generadoras de corrupción. Los miembros de un Estado desamortizador, de tamaño humano, sin aspiraciones faraónicas, Señor, alimentarse de ilusiones no sabrían, ni capaces serían de creer en ellas”.



Vienen unas elecciones europeas el 25-M para formar un Gran Estado Europeo. ¿qué hacer?

Estados modernos, Estados modestos, según Arrabal
Estados modernos, Estados modestos, según Arrabal

– Sugerí a los que me escuchaban, que observaran cómo los más diminutos pedazos de las «fracturas» de Europa son los más cuajados de bonanzas: los Estados menos intervencionistas. Ahora que rendimos culto a su majestad la economía, el PNB europeo lo lideran Mónaco o Liechtenstein, seguidos, naturalmente, por Luxemburgo, Islandia o Suiza. En Asia, el ejemplo lo da Singapur, meñique, pero superdotado fragmento de la península de Malasia.  Los grandes conjuntos, los Estados faraónicos que en su día se llamaron imperios, pueden ser dirigidos por temibles seres para el resto de la Humanidad, como Napoleón, Hitler o Stalin. Los pequeños Estados carecen de la fuerza necesaria para ser peligrosos, y de otro deseo que el de sobrevivir entre los grandes. Estados modestos: ¡Estados modernos!

Sin embargo, los políticos prometerán el oro y el moro en la campaña electoral para hacer un Estado fuerte o una Europa fuerte…



Familias
Yugoslavia, “La Unión de Eslavos del Sur”, reflejo de otro agujero negro que es el Estado absolutista

– Tanto más el hombre de bien honra la moral cuanto que menos promete compensaciones. Plantado entre las dos porterías de un campo de fútbol, recordé a los «hinchas» de Eslovenia, Bosnia y Croacia que hasta la luz de un «sol» del espacio puede ser atraída por una fuerza de gravedad desmesurada. De tal manera que no pudiendo la luz escapar a la atracción de ese imán ciego, no llegamos a verla: es el agujero negro. Hemos pasado sin querer ver el resplandor de esos países que, como Croacia, Eslovenia o Bosnia, habían caído en el torbellino de ese agujero negro llamado “La Unión de Eslavos del Sur”, reflejo de otro agujero negro que es el Estado absolutista. Durante mis estudios, mi profesor de Química disponía de la famosa tira de papel de tornasol que reconocía los ácidos y las bases. Espectacularmente, se ponía roja con los primeros y recobraba el color violáceo con las segundas. Hoy en día, gracias a la opinión que nuestro interlocutor tiene del Estado, cual mágico papelito, podemos averiguar quién es hombre de bien y quién obediente quitamotas.

¿Le habló al rey de la corrupción?

– En estos términos: “El caníbal moral, llamado Estado, en estos últimos años ha agravado irracionalidad y despilfarro, provocando desfalcos, estragos y despojos… de todos conocidos, Señor. El ciudadano es hombre que existe como fin y nunca solamente como medio. Cuando el Estado de los años cuarenta pretendió socorrer a los que sufrían con el dinero que arrebataba por la fuerza a todos los ciudadanos, se inició el inevitable ciclo de la corrupción, de los agujeros negros del Estado. La Seguridad Social se está tragando, Señor, no solamente las cotizaciones que los más pobres fueron pagando semana tras semana con la esperanza de estar asegurados, sino, lo que es peor, la moral del país.



Roland Topor
Roland Topor

Eso es el “Pacto de Toledo”: un acuerdo de todos los políticos de todos los partidos del régimen para ocultar que con sus desfalcos han quebrado la Seguridad Social y que cuando a uno de ellos le toque decir algún día “no hay dinero para pensiones públicas”, todos tendrán que arroparlo poniendo mil excusas con la natalidad. Un juramento político mafioso.

– El hombre no es por naturaleza animal político sino individuo ético. El altruismo forzado o el canibalismo moral, aun en mínimas dosis, son el pedacito de excremento del que nos habla Roland Topor, capaz de corromper un kilo de caviar… mientras que una cucharadita de caviar no puede mejorar un kilo de excrementos.

¿Y qué pueden hacer por los demás los hombres de bien que son la mayoría de los ciudadanos frente a la pequeña casta corrupta?

– A través de sus administraciones monumentales, los Estados intervencionistas eliminan a los mejores ciudadanos, o bien tratan de asignarles papeles secundarios. La conciencia moral no es producto de la existencia social, ni se desarrolla con relaciones entre los hombres. Si Colón no se hubiera dejado ganar por recelos de la tripulación erigida en Estado, ¡qué diferente sería hoy la estrella y el sino de Nueva York! Navegando a toda vela por la calle de enmedio, hubiera tomado puerto en Manhattan. En línea recta desde las Canarias, derechito iba hacia la Urbe, con U mayúscula, cuando la marinería encrespada –¡hombres de poca fe!– le obligó a corregir rumbo para tocar tierra en las Bahamas.


La constitución quería enterrar a un muerto, según Arrabal
La Constitución quería enterrar a un muerto, según Arrabal

En 1978, pronto hará 40 años, un grupo de españoles refrendó la Constitución en un referéndum plebiscitario. Ahora los historiadores desvelan que los partidarios del “no” y la “abstención” fueron perseguidos y atacados. ¿Es el momento de un nuevo proceso de libertad constituyente? ¿Qué le dijo al rey?

– “En la Constitución Española, Señor, no aparece, por ejemplo, la indeterminación cuántica, ya que el documento, sin valor contractual, fue redactado en plena euforia por unas Cortes felices de enterrar … a un muerto. Ley votada de corrido, Señor, tan sólo por ciudadanos que hoy tienen más de cincuenta años, y que entonces creían en el Estado intervencionista”.

¿Para qué sirve una Constitución entonces? Hay países muy avanzados que carecen de ella, como Reino Unido, Nueva Zelanda o Canadá…



"El hombre es un dios caído que se acuerda del cielo" Lamartine
“El hombre es un dios caído que se acuerda del cielo” (Lamartine)

– Si la Constitución del intervencionista Estado autoriza ciertas libertades individuales, sobre todo permite a los gobiernos recurrir a la fuerza para conseguir su financiación propia. Este derecho de a los ciudadanos avasallar, es mancha que «ningún perfume de Arabia» podrá limpiar. La opresión moral que sufren los ciudadanos de Estados intervencionistas no se parece a nada del pasado: no rompe voluntades, sino que las pervierte inexorablemente. Los megalómanos Estados usan y abusan de las constituciones. Pero el hombre, decía Lamartine, es un Dios caído que del cielo se acuerda.

Aún hay gente, aunque por fortuna cada vez menos, que sigue votando a los partidos del régimen. ¿Por qué lo hacen si saben que pueden perpetuar a los canallas y qué le contó de esto al monarca?

– “De bondadoso no se puede calificar a un esclavista, Señor, porque trate bien a sus esclavos. Como el ciudadano no debe sacrificar por la fuerza sus derechos individuales a la colectividad, no puede existir buen Estado intervencionista. La sacralización de la Historia por parte del gobernante intervencionista es signo de amoralidad en política. Estos Estados, anclados en la ilusión, la liberación total prometen, la creación de una más justa sociedad, el equitativo reparto de las riquezas del país, la sumisión de la naturaleza al hombre y su explotación racional…”



(y III) Carta oculta de Arrabal al rey: 

“El Estado lo forman pandillas mafiosas con chantajes de “padrinos”


Arrabal le escribió una carta al rey reclamando moral pública
Arrabal le escribió una carta al rey reclamando moral pública

En esta tercera y última entrega, el dramaturgo Fernando Arrabal revela en su carta dirigida al rey Juan Carlos que una pequeña élite política mediocre y corrupta se ha adueñado de España. Como en tiempos de Sócrates, siguen adorando el dinero, la ignorancia, los tópicos, la vulgaridad, el mal gusto, las nimiedades y las vaguedades, las falsas creencias ideológicas del siglo XX y los fanatismos periclitados en perjuicio de la ciencia o la tecnología. Y añade: “El gobierno desamortizador de una moderna nación, no dirigiría, ¡serviría! Vino a verme ayer el «sabio», y me dijo: «En verdad, los Estados el mal absoluto son. Asociaciones de individuos que sólo de acuerdo están para llamarse “Estados”. Pandillas mafiosas… las más eficaces de la Historia. Consiguen dinero y servicios con chantajes de “padrinos”. Tienen interés en provocar y prolongar conflictos “sociales” y terrorismos: refuerzan estos su poder y su prestigio. Si el impuesto es robo, los servicios obligatorios son avatares de esclavitud». Y responderle no supe. Dijo Gracián: «Razón de Estado, razón de establo».

En la carta al monarca, Arrabal afirma que “la peor inflación que sufren los Estados absolutistas no es económica, sino política. La primera es consecuencia de la segunda. Esta encuentra su sede en el gigantismo de las instituciones. Es decir, en su inmoralidad. El contribuyente costea opulencias gubernamentales, exuberancias estatales, abundancia de convites, prodigalidades de la corrupción y otros despilfarros faraónicos del desmesurado Estado. El primer acto de humilde gobierno sería desamortizar ministerios, mansiones y palacios de la administración intervencionista. Es inmoral que semejantes tesoros se guarden para uso y disfrute de los administradores”.

Desde “Espía en el Congreso” combatimos informativamente de manera feroz los abusos de la partitocracia ¿qué cree que les impulsa a ser tan despiadados en estos momentos tan difíciles para la mayoría?

Arrabal nos habla de la disciplina de partido


Arrabal nos habla de la disciplina de partido
Los políticos del régimen nunca han temido que los ciudadanos honestos y honrados le disputen la urna

– Todo adicto que ha militado en organizaciones de partido desde la base, derecho tiene a acceder al más alto escalón del Estado sin temer la concurrencia de ciudadanos inteligentes y honestos. Para el hombre político humilde, gobernar es hacer lo mejor posible, en el sentido moral del término. Pero los «ministrables» afiliados del partido intervencionista sólo son «chupacuotas», según la terminología ácrata.

Sorprende además la baja calidad no solo moral sino técnica, cultural o intelectual de los políticos del régimen, lo que se ha llamado el gobierno de los mediocres…

Los hombres de partido dejan de lado sus convicciones


Los hombres de partido dejan de lado sus convicciones
El trabajo habitual de los hombres de partido

– Los hombres políticos de partido, sin poner ni quitar trozo alguno a sus convicciones, lo mismo sirven para una función ministerial que para misión diplomática. Se les puede llevar o traer. Con el mismo acierto dirigirán el Ministerio de Justicia que el de Agricultura o pasarán del uno al otro tan fácilmente como un doctor en Filosofía se transforma en cirujano del páncreas. Los gobernantes intervencionistas, la riqueza nacional regentan, consiguen hacer trabajar a los ciudadanos tres días por semana en beneficio de las administraciones y el erario nacional distribuyen mirando a lo antojadizo de sus convicciones. Un modesto Estado desamortizador no juzgará a sus detractores, ni necesarios poderes tendrá para condenar a nadie. De la Constitución no se servirá como de una trampa para elevar a la sociedad, o «al pueblo», por encima de la moral.

A los mediocres del régimen usted los llama “genéricos” porque no admiten atisbo de heterodoxia, originalidad, incorrección política, disidencia estatal…



 Esculapio: la enfermedad se cura con ofrendas, no con medicinas
Esculapio: la enfermedad se cura con ofrendas, no con ciencia

– El poeta Meleto, tras poblar su frente de laureles, denunció a Sócrates como corruptor de la juventud y consiguió que a muerte fuera condenado. Con el vientre ya frío por el efecto de la cicuta, a Critón dijo sus palabras últimas y jocosas: «Debemos un gallo a Esculapio. No te olvides de pagar esta deuda». En verdad, Sócrates prefería ciencia a superstición, e Hipócrates a la «virgen-de-Lourdes» en la que los atenienses creían: “Esculapio, dios hijo de Apolo”. Sócrates frente a Meleto perdió: no era bastante «genérico». La Medicina, hoy, luciendo sigue en su escudo a «San» Esculapio. Dios al que Meleto y sus compatriotas obedientes ofrendas donaban en su altar -a menudo un gallo- para, por ejemplo, curarse de apendicitis. Gracias al «genérico lenguaje», sin orwelliana pesadilla alguna, con toda suavidad, hoy en nuestro país, mañana ya en nuestro continente, por fin en el mundo, alcanzaremos un mundo uniformizado. «Paraíso terrenal» en el que todos en concordia pensaremos de la misma manera, bajo la vigilancia del Estado intervencionista, veremos los mismos programas, leeremos las mismas revistas, elegiremos a los mismos dirigentes… Estos regímenes a las dictaduras demagógicas se asemejan. Sus mandamases “benefactores” son, repartiendo servicios «gratuitos».

Como los fantasmas personales en la obra de Dostoievski, el crítico con el Estado está aunque no se le vea


Como los fantasmas personales en la obra de Dostoievski, el crítico con el Estado está aunque no se le vea
Dostoievski, otra víctima del Estado

De usted suelen decir que se le reconoce pero no se le conoce y aún menos se le lee porque escribe “raro” ¿está de acuerdo?

– ¿Cuando, al fin, se permitirá al disidente ignorar al gobierno, actuar como si el Estado no le concerniera? Por ahora, se tacha de iluminado al que esto pretende. Svidrigailov (Crimen y castigo) decía: “de acuerdo, esos fantasmas sólo aparecen a los iluminados. Esto prueba que sólo ellos pueden verlos, no que no existan».

Dostoiveski era otro genio, pero a veces estos sátrapas que se dicen “demócratas” son de todo menos tontos: el pícaro o pillo ascendido al poder del Estado…

– Stalin era hombre culto, lector de latín interesado por la ciencia, la filosofía, la biología. ¡Es tan frustrante que los tiranos no acumulen todos los vicios y taras! ¿Cómo encajar al Pol Pot apasionado, en la Sorbona, por filosofía, teatro, ¡mi teatro!, y música, con el Pol Pot asesino de un tercio de sus compatriotas?

¿Qué diferencias existen entre los dictadores y los “políticos” de Estado de este régimen?

– El ciudadano de bien actúa moralmente gracias a su reflexión y libertad. Las formas substanciales o convencionales de su comportamiento moral están emancipadas de discursos dogmáticos. La tutela política del Estado intervencionista le impide ser moral.

¿Como cree que se está desarrollando la educación en la Universidad española que, por las denuncias que nos llegan, es otro foco permanente de corrupción?


 Arrabal critica el desprestigio y despilfarro que destruye a la universidad española
Arrabal critica el desprestigio y despilfarro que destruye a la universidad española

– La moralidad no es, como pretende el Estado intervencionista, un instante en el progreso de la Humanidad. No es una figura entre otras de una ética universal. La moderna sociedad, capaz de afrontar retos científicos, debe prescindir de tutelas gubernamentales. Un gobierno moderno y sin arrogancia se negará a manipular, por ejemplo, los faraónicos presupuestos de la «enseñanza superior» intervencionista. Chorro de gastos y despilfarros que amenaza con destruir la Universidad. Jóvenes estudiosos (y muy especialmente hijos de ministros) tuvieron que conseguir, para darse crédito y credits, un master en universidades extranjeras… ¡Cuánto dinero perdido a causa de orejeras ideológicas! Y, peor aún, ¡cuánto talento desperdiciado!

Desde “Espía en el Congreso” abogamos por la supresión de la sextuplicidad de las administraciones y políticos superfluos: ayuntamientos, diputaciones, autonomías, Congreso, Senado y ahora Parlamento Europeo. ¿Cual es su criterio?

– La humildad del gobernante del Estado inteligente, es decir, su modernidad, le impulsaría a vivir modestamente. Y no sólo porque es la única posibilidad de permanecer en contacto con el común de los mortales. La soberbia del Estado intervencionista se manifiesta por el derroche de denarios públicos. Esta sangría se incrementa a medida que crecen proyectos y planes. La corrupción es el resultado. El hombre moral, de lo superfluo no puede gozar cuando los demás lo necesario no tienen. Sin esperar reciprocidad alguna, el hombre de bien se siente responsable de las miserias y dolores de los demás.


 rey enfadado
Arrabal advierte al rey del desastre ético que vive España

¿Con qué palabras le dijo todo esto al rey Juan Carlos?

– “El poeta, Señor, quizá más que ningún otro ciudadano, traicionaría su vocación si al Estado no recordara la preeminencia de la exigencia moral. El Estado, Señor, postergar no puede la conciencia individual sin hundirse en la inmoralidad… de todas las corrupciones, madre. El hombre de bien, Señor, espera la apertura de un debate moral sobre el Estado de hoy. Bajo la presidencia de Su Majestad los mejores reflexionar deberían, Señor, sobre el desastre ético que el Estado origina”.

Por último, ¿como juzga la labor del “Espía en el Congreso”?

– Para muchos, defender la libertad de expresión se reduce a amparar las ideas que aprueban. Para los heterodoxos, el derecho a expresar ideas inhabituales es la esencia de la libertad. Lo más prudente y sencillo es defender la libertad de aquellos que no necesitan ser defendidos… porque piensan como los demás. A lo largo de tantas batallas en el tablero de la rebeldía, he ido observando que, como peoncito de a pie, el solitario heterodoxo vive los tres actos de la humana tragicomedia, que son al mismo tiempo las tres fases de la partida de ajedrez. En el primer acto (durante la apertura), a las ideas por el heterodoxo esgrimidas se las condena como absurdas, malévolas o interesadas. En el segundo acto (medio juego) se admiten estas ideas heterodoxas, pero solo como algo insignificante. Y por fin en el tercer acto (final de la partida), los denostadores de ayer reconocen las verdades del solitario heterodoxo y las reivindican… como descubrimientos propios, al tiempo que condenan definitivamente al precursor por “desfasado”.


Un espía en el congreso








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