jueves, 29 de diciembre de 2011

142.- Discurso de MIGUEL DE UNAMUNO ante la barbarie representada por MILLÁN ASTRAY





Discurso de Unamuno ante la barbarie 
representada por Millán Astray


El 12 de octubre de 1936, fecha declarada Día de la Raza y de la Hispanidad. En la Universidad de Salamanca se organizó un acto de exaltación hispánica y racial que se convirtió en un aquelarre de simbolismos y gritos rituales fascistas patrioteros. Unamuno, como rector, presidía la mesa, en la que también estaban, entre otras personas, un cardenal catalán, Enrique Pla y Daniel, arzobispo de Salamanca, el general Millán Astray, fundador de la Legión, y la esposa de Franco, Carmen Polo.
Desde la presidencia, habló Millán Astray, un aspecto mutilado por la guerra colonial (llevava un ojo cubierto, era falto de un brazo y cojeaba de una pierna): Catalunya y el Pais Vasco –dijo- son cánceres en el cuerpo de la nación. El fascismo, remedio de España, viene a exterminarlos, cortando en carne viva y sana como un frío bisturí. La carne sana es la tierra, la enferma su gente. El fascismo y el ejército arrancarán a la gente para restaurar en la tierra el sagrado reino nacional… cuando Franco lo quiera y con la ayuda de mis valientes moros, que si bien ayer me destrozaron el cuerpo, hoy merece la gratitud de mi alma por combatir a los malos españoles… Porque dan la vida por la sagrada religión de España, escoltan a nuestro Caudillo… En un ambiente enardecido, sonó una consigna en la sala: ¡Viva la Muerte!, el lema de Millán Astray, y éste coreado por el auditorio, lanzó las consignas rituales: ¡España! ¡Una! ¡España!¡Grande!¡ España!¡ Libre!.
Y el anciano Unamuno se levantó y respondió:

"Todos estáis pendientes de mis palabras y todos me conocéis y me sabéis incapaz de callar… Callar significa a veces mentir, porque el silencio puede interpretarse como aquiescencia. Yo no podría sobrevivir al divorcio entre mi conciencia y mi palabra. Seré breve y la verdad es más verdad cuando se expone desnuda. Quisiera, pues, comentar el discurso, por llamarlo de algún modo, del general Millán Astray… Dejemos aparte el insulto personal que supone la repentina explosión de ofensas contra vascos y catalanes. Yo nací en Bilbao, en medio de los bombardeos de la segunda guerra carlista. Luego me casé con esta ciudad de Salamanca, tan querida, pero jamás he olvidado mi ciudad natal. El obispo –y señaló a Pla y Daniel-, quiéralo o no, es catalán, nacido en Barcelona… Acabo de oír el grito cecrófilo y carente de sentido de ¡Viva la Muerte! Me suena lo mismo que ¡Muera la Vida! Y yo, que he pasado la vida creando paradojas, he de deciros, como autoridad en la materia, que esa ridícula paradoja me repugna. El general Millán Astray es inválido. No es preciso decirlo en tono más bajo. Es un inválido de guerra. También lo fue Cervantes. Desgraciadamente hay demasiados inválidos en España. Y pronto habrà muchos más. Me aterra pensar que el general Millán Astray pueda dictar normas de psicología de masas. Un inválido que carezca de grandeza espiritual de Cervantes, que era simplemente un hombre, y no un superhombre, viril y completo a pesar de sus mutilaciones, un inválido, como digo, que carezca de esa superioridad de espíritu, suele sentirse aliviado viendo como se multiplica el número de mutilados alrededor de él."

Cabe suponer un auditorio invadido por una ola de perplejidad, rota por la cólera de Millán Astray: ¡Mueran los intelectuales! ¡Viva la Muerte! Gritó apoyado por los ecos del coro fascista , del cual surgió la voz sutilmente de José María Pemán, el poeta de la Dictadura en ciernes: ¡No! -dijo- ¡Mueran los falsos intelectuales traidores! No sabemos si Pemán osó mirar a los ojos de Unamuno al condenarle a muerte. 
Unamuno, retomando de nuevo la palabra, concluyó: 


"Estamos en el templo de la inteligencia y yo soy aquí su sumo sacerdote. Vosotros estáis profanando su sagrado recinto. Yo siempre he sido, diga lo que diga el proverbio, un profeta en mi propio país. Y ahora os digo: venceréis pero no convenceréis, porque convencer significa persuadir. Y para persuadir necesitáis algo que os falta: la razón y el derecho en la lucha. Me parece inútil deciros que penséis en España. He dicho."


(Estos materiales son una selección de aquellos hechos publicados en La Vanguardia, 17 de agosto de 2004, bajo el epígrafe de Grandes discursos del siglo XX.)

LAS ARMAS Y LAS LETRAS (2) - Unamuno Vs. Millán Astray

Con acierto, para prevenir un posible linchamiento en aquella situación de alto riesgo (el reciente asesinado García Lorca indignaba a los medios intelectuales internacionales), un general, Carmen Polo y el cardenal protegieron al filósofo, al que condujeron fuera del Paraninfo y metieron en un automóvil. Destituido del Rectorado, Unamuno fue arrestado en su domicilio, donde fallecería dos meses y días después. Durante el arresto se mantuvo correspondencia con un periodista francés, amigo suyo donde escribió: 


En esta guerra que se libra en España, morirán cientos de miles de personas y miles de otras deberán marchar al exilio y jamás podrán volver… Porque la Dictadura que se avecina en España será la más brutal que hayan conocido los tiempos… Se nutrirá de la sacristía y el cuartel (Archivo histórico de RI). Profética y perfecta definición de lo que sería la Dictadura, soldada en dos palabras: sacristía y cuartel, que expresa la forma más degradada de otras dos: Iglesia y Ejército. 


Así fue


 

NOTA: El texto ha sido extraído literalmente de la obre de Bernat Muniesa Brito, donde su cita bibliográfica esta a continuación.



MUNIESA. B. (2005). Dictadura y Transición. La España lampedusiana: Vol. I La dictadura franquista. 1939-1975. 2 ed. Barcelona. Publicacions i Edicions de la Universitat de Barcelona.

1 comentario:

  1. Todo esta dicho.No pudo ser mas perspicaz el viejo profesor . Y MÁS VALIENTE, pero sin la Barbarie y el Rencor de los Fascistas "Liberadores de España?". Esperemos que no vuelvan Nunca. ¿O ya están aquí?...

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